Lunes, 02 de Diciembre 2024
Tecnología | Hace casi 150 años la muerte después de una operación era algo común

Renuevan agradecimiento a Joseph Lister por descubrimiento de asepsia

En 1870 los métodos antisépticos ideados por Lister se usaron ampliamente en la guerra franco-prusiana, y salvaron la vida de miles de soldados prusianos

Por: NTX

Actualmente es inconcebible la práctica hospitalaria sin asepsia; esa es la gran aportación de Lister. ESPECIAL  /

Actualmente es inconcebible la práctica hospitalaria sin asepsia; esa es la gran aportación de Lister. ESPECIAL /

CIUDAD DE MÉXICO (09/FEB/2012).- En el centenario de su muerte, el 10 de febrero de 1912, agradecimiento es lo que la práctica quirúrgica, y la humanidad en general, debe al médico Joseph Lister, descubridor en la asepsia en las salas de operaciones, procedimiento que ha salvado millones de vidas.  

De acuerdo con un artículo publicado en la página digital www.scostman.com, su autor, Lee Randall, recuerda como hace casi 150 años la muerte después de una operación era algo común, hasta el descubrimiento de la práctica quirúrgica de la asepsia y antisepsia.  

Entonces, añade el documento, muchos tratamientos para curar, sobre todo, afecciones en extremidades del cuerpo terminaban en amputaciones de la parte afectada, y que como consecuencia de la infección que se adquiría en este proceso la muerte era casi segura.  

De ahí el agradecimiento que la práctica quirúrgica debe a Lister, quien descubrió la importancia de la asepsia, la limpieza, esterilización de todo el instrumental médico y de la parte del cuerpo, para salvar la vida de los pacientes.  

Nacido en Upton, Essex, el 5 de abril 1827, Joseph Lister fue un cirujano británico y primer Barón de Lister. Nació en el seno de una próspera familia cuáquera, siendo sus padres Joseph Jackson Lister (uno de los pioneros en el uso del microscopio) e Isabella Harris.  

Durante su práctica profesional, Lister se percató de que la putrefacción de las heridas quirúrgicas causaba una alta mortalidad en los hospitales, equivalente a la contaminación de las infusiones que Louis Pasteur intentaba evitar en la misma época.  

Para evitarlo, mientras trabajó en el Glasgow Royal Infirmary desarrolló mediante calor la práctica quirúrgica de la asepsia y la antisepsia, mejorando notablemente la situación postoperatoria de los pacientes.  

Gracias al descubrimiento de los antisépticos en 1865, este médico contribuyó a reducir en gran medida el número de muertes por infecciones contraídas en el quirófano, después de que los pacientes fueran sometidos a intervenciones quirúrgicas.  

Joseph Lister entró a estudiar en la Universidad de Londres, una de las pocas instituciones que admitían a los cuáqueros en aquellos momentos. Primero cursó Arte, pero con 25 años entró a la Universidad Real de Cirugía.  

En marzo de 1867, el médico cirujano tuvo la brillante idea de aunar la propuesta exitosa del húngaro Ignacio Felipe Semmelweis con los recientemente adquiridos conocimientos de Louis Pasteur.  

Lister publicó en 'The Lancet' un artículo en el que proponía el origen bacteriano de la infección en las heridas y métodos para luchar contra ella: el uso del fenol como antiséptico para lavar el instrumental, las manos de los cirujanos y las heridas abiertas.  

El efecto fue espectacular; procedimientos quirúrgicos que antes eran una sentencia de muerte por infección casi segura se convirtieron en rutina.  

En 1869 inventó el pulverizador de gas carbólico (fenol). No fue fácil para Lister defender su invención, ya que la comunidad científica de su tiempo se mostraba ofendida en su saber y lo atacó duramente.  

Sin embargo, los resultados fueron contundentes: El riesgo de morir tras la cirugía decreció espectacularmente.  

En 1870 los métodos antisépticos ideados por Lister se usaron ampliamente en la guerra franco-prusiana, y salvaron la vida de miles de soldados prusianos.  

Para 1878, Robert Koch, el descubridor del bacilo de la tuberculosis, demostraría la utilidad de expandir el uso de las medidas de higiene y esterilización en la ropa y en el Instrumental quirúrgico.  

La contribución de Lister a la medicina fue vasta y variada, y otro de los mayores avances en la historia de la cirugía fue la invención del catgut, un suceso eclipsado por los aportes mayores.  

El mismo fue el descubridor y el primero que utilizó el catgut como hilo de sutura. Se trataba de filamentos realizados con láminas de membrana de serosa intestinal de gato. Su ventaja era que, al ser proteicos, eran digeridos por el organismo y reabsorbidos.  

De acuerdo con los anales de la medicina, la primera vez que los utilizó fue en una mastectomía que realizó en Edimburgo a una hermana suya.  

Por sus aportes médicos en beneficio de la humanidad, Joseph Lister fue nombrado barón en 1883 y cuatro años después se le otorgó el título de Barón de Lyme Regis; fue uno de los 12 primeros de la historia en recibir la Orden al Mérito, otorgada en 1902.  

Se le designó presidente de la Royal Society de 1895 a 1900 y el género Listeria es llamado así en su honor. Falleció el 10 de febrero 1912.

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