Sábado, 05 de Octubre 2024
Tecnología | El ruido que producen los barcos cortan las líneas de comunicación sónica entre ballenas

Militares y veterinarios se afanan por salvar a la cría de ballena abandonada

Colin, como es conocida la ballena abandonada por su madre, permanece junto a un bote que confunde con su progenitora

Por: EFE

SYDNEY, AUSTRALIA.- Militares y veterinarios australianos se afanan hoy por salvar la vida de una cría de ballena abandonada hace cuatro días por su madre, probablemente como consecuencia de la contaminación acústica, según declararon las autoridades australianas.

Colin, como es conocida la ballena jorobada en los medios australianos, permanece desde entonces en aguas del norte de Sidney junto a un bote al que confunde con su progenitora y del que intenta mamar.

Los expertos de biología marina del "Proyecto Oceanía" apuntaron que existe la posibilidad de que la contaminación acústica causada por el paso de barcos por las aguas de Sídney fuese la causa de que la pequeña ballena, de poco más de cuatro metros y dos semanas de edad, perdiera el contacto con su madre.

El ruido que producen los barcos puede cortar las líneas de comunicación sónica entre ballenas, explicó Wally Franklin, uno de los expertos del proyecto.

Franklin, que lleva 20 años estudiando ballenas jorobadas, explicó que las hembras no acostumbran a abandonar a sus bebés y que tienen un instinto maternal extraordinario.

Las autoridades analizan la mejor solución para Colin y barajan la posibilidad de devolverla al océano si no es capaz de comunicarse con otros cetáceos y conseguir una madre adoptiva.

Otra opción sería criarla, para lo que serían necesarios hasta 600 litros de leche diarios, según los expertos, y unas treinta personas para alimentarla durante los once meses de lactancia.

Y la última posibilidad, menos popular, pero según los expertos la más factible, es sacrificarla para evitarle una muerte lenta y dolorosa. Las aguas del sur de Australia han registrado durante los últimos meses un número récord de avistamientos de ballenas, según informó la Oficina de Turismo de la región.

Durante esta temporada los turistas y expertos han podido disfrutar de más de 166 tipos diferentes de estos mamíferos que visitan las aguas australianas de paso hacia zonas más frías de la Antártida.

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