GUADALAJARA, JALISCO (30/ENE/2017).- La investigadora Erika Martínez López dijo que descubrió que más de una cuarta parte de la población mexicana nace con un polimorfismo, es decir, una variación en la secuencia del ADN, específicamente en el gen Fabp, el cual se relaciona con la captación de ácidos grasos. La académica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) añadió que lo anterior, combinado con otros factores como la mala alimentación, puede ocasionar obesidad y diabetes tipo II. La también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II comentó que este polimorfismo se hereda de los padres y provoca que en el estómago la proteína ifabp absorba el doble de ácidos grasos provenientes de los alimentos. La recientemente incluida en la Academia Mexicana de Ciencias por sus aportaciones en el estudio de la biología molecular agregó que a esto se debe que los pacientes con esta predisposición genética sean más propensos a padecer obesidad. Expresó que recientemente este estudio fue publicado en la revista "Nutrition", y se probó que individuos con polimorfismo del gen Fapb y con una dieta baja en grasas se benefician, ya que presentaron una mejoría metabólica, pérdida de peso significativa y bajo riesgo cardiovascular. Señaló que independiente de tener un riesgo genético, "la alimentación desempeña un papel importante para que los pacientes puedan tener una respuesta favorable. La también coordinadora del doctorado en Genética Humana del CUCS explicó que la investigación también evidenció que en la actualidad la alimentación de los mexicanos se encuentra desbalanceada. Es decir, dijo, se inclina hacia el lado de las grasas saturadas, bajo en las poliinsaturadas y muy alto en hidratos de carbono simple, es decir, muchos de los alimentos asociados con el aumento de peso. Manifestó que para detectar este polimorfismo es necesario realizar un estudio en sangre llamado discriminación alélica; la duración de esta prueba es de aproximadamente dos horas, luego de la extracción. Precisó que esta investigación es pionera en el país, y ya se cuenta con tratamiento adecuado para esta predisposición genética. Destacó que lo principal es acudir con un nutriólogo para que recomiende una dieta saludable, baja en ácidos grasos y un plan de ejercicios físicos para disminuir el sedentarismo.