La bancarrota de Atari y la nostalgia perdida

CIUDAD DE MÉXICO (24/ENE/2013).- Atari, la compañía que se hizo famosa con juegos como “Pong” o “Asteroids” en los comienzos de la industria de los videojuegos, quiere sanear sus cuentas estando protegida de los acreedores, por lo que esta semana se declaró en bancarrota en Estados Unidos para buscar su relanzamiento en el negocio.

La desaparición de la empresa -con planes a futuro, sin plazo marcado- es una de las peores noticias que pudieron recibir los gamers más veteranos, ya que, a aunque en la actualidad sea escasa la presencia de la compañía considerada como la pionera en su ramo, la influencia que generó en desarrolladores y jugadores es palpable e indiscutible incluso hoy en día, a más de 40 años de su aparición.

Fundada en Estados Unidos en 1972 por Nolan Bushnell y Ted Dabney, Atari marcó el inicio consolas caseras y máquinas de arcade, así como de computadoras personales. Su dominio en estas áreas la mantuvo con la mayor fuerza en la industria de la computación y el entretenimiento desde finales de la década de los 70 hasta mediados de la década de los 80.

La consola Atari 2600 fue durante muchos años la más popular en su tipo y se lanzó al mercado en octubre de 1977 bajo el nombre de Atari VCS, convirtiéndose en la primera en tener éxito que utilizaba cartuchos intercambiables. Sin embargo, tras varios años de dominio en el mercado, fue cediendo rápidamente ante la aparición y posterior evolución de otros aparatos y marcas, como Sega y Nintendo.

Dirían algunos aficionados a los juegos de video que no hay catástrofe mayor que la nostalgia. En este caso tal elemento, al parecer, estará presente por un buen rato, ya que la compañía en quiebra piensa seguir trabajando en juegos digitales y juegos móviles. A propósito de la emblemática consola 2600, recordamos también otros modelos clásicos (de otras compañías) que también intentaron dejar huella, pero sólo se quedaron en el intento.

1. Game Gear

Cuando Sega y Nintendo competían palmo a palmo, la batalla se libraba en todos los terrenos. Mientras que en el plano de las consolas la lucha era más o menos pareja, en lo portátil Sega tuvo el desacierto del Game Gear, un intento por desplazar al Game Boy. La sencillez del producto de Nintendo jugó un papel determinante a pesar de las promesas.

2. Virtual Boy

Hace 20 años, luego de posicionarse como el rey de los videojuegos, Nintendo trató de dar el siguiente paso a un terreno portátil y virtual. El problema con este aparato radicó en que no era ni tan movible ni tan virtual. Tras constantes quejas por parte de los jugadores sobre lo estorboso que resultaba, así como de ojos llorosos fue a dar al baúl de los recuerdos

3. Jaguar

Los modelos Jaguar de Atari representaron los últimos e infructuosos intentos de esta marca por entrar a una competencia a la que quedaron rezagados años atrás. El querer recuperar el tiempo perdido los orilló a lanzar este sistema de 64 bits cuando Sega y Nintendo apenas contaban con uno de 16. El problema aquí fue que no todo se reducía a un asunto de simples matemáticas, sino también de diseño industrial. Para ello sólo basta observar los controles

4. Nintendo 64

Es engañosa la aparición del Nintendo 64 en este rubro. Sin embargo, lo que la coloca como una consola fallida se debe más al traspiés que significó para su compañía. Luego de haber dominado el mercado de los juegos de video durante finales de los 80 y principios de los 90, el hecho de utilizar cartuchos cuando la competencia apuntaba a los discos representó un mayor costo en los títulos. Muchos fans de Nintendo lo negarán, pero este “mediano fracaso” significó el ascenso de Sony en la fabricación de consolas.

5. Dreamcast

La historia de Sega en la década de los 90 fue una constante serie de fracasos en el mercado. En su tiempo, el Dreamcast fue pensado para recuperar el mercado perdido ante PlayStation de Sony y recuperar la reputación perdida con el Saturn. No obstante, la caída de esta compañía ya había ocurrido incluso antes del lanzamiento de esta consola que significó el punto final para Sega como desarrolladora de hardware.

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