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La 'Cleopatra peruana' recibió a la Ruta Quetzal

Los sacrificios humanos eran una práctica habitual en el valle gobernado por la Señora de Cao

Por: EFE

Los ruteros durante la visita al complejo de El Brujo, centro ceremonial que se levanta junto a la costa pacífica de Perú. EFE  /

Los ruteros durante la visita al complejo de El Brujo, centro ceremonial que se levanta junto a la costa pacífica de Perú. EFE /

HUANCHACO, PERÚ (21/JUN/2011).- La momia de la Señora de Cao, gobernante mochica fallecida en el Siglo IV después de Cristo y conocida como la "Cleopatra peruana", recibió este lunes a la expedición de la Ruta Quetzal BBVA en el complejo de El Brujo, centro ceremonial que se levanta junto a la costa pacífica de Perú.

En el linde entre el desierto y las verdes plantaciones de "choclo" (maíz) de la provincia de Trujillo está localizada la "huaca" (templo) Cao Viejo, donde, hace seis años, un equipo de arqueólogos peruanos dirigidos por Régulo Franco encontró los restos embalsamados de la sacerdotisa.

Gracias a su encuentro con la poderosa dama, los jóvenes 'ruteros' se acercaron por primera vez desde el inicio de su aventura por Perú a la cultura Moche, que dominó la costa pacífica peruana entre los siglos I y VIII después de Cristo, y que vivió su máximo esplendor alrededor del V.

Es en esa época cuando se construyeron las huacas del Sol y la Luna, también visitadas por la expedición, donde se rendía culto al "Dios de la Montaña o Ai apaec", a quien los mochicas ofrecían la vida de los hombres vencidos en batalla.

Si el chamán o sacerdote era el que ostentaba allí el máximo poder, en el complejo de El Brujo fue la Señora de Cao su principal gobernante.

La "huaca" en la que fueron localizados sus restos, sepultados por grandes bloques de adobe, alcanzaba los 35 metros de alto, 90 de ancho y casi 180 de largo, con una plaza ceremonial con capacidad para unas 10 mil personas.

Según los estudios realizados, se cree que la sacerdotisa murió a los 25 años al dar a luz, porque sus caderas estaban abiertas y la piel de su abdomen cubierta de estrías, que medía un metro 45 centímetros y que fue embalsamada con un óxido denominado cinebrio.

Junto a su momia, rodeada por 26 capas de tela y una armadura de mil 100 piezas, con un peso total de 200 kilos, se encontró el cuerpo de una niña de 15 años, a quien consideran su sirvienta, que murió estrangulada.

Además de la joven, custodiaban el cadáver de la gobernante, enterrada a dos metros de profundidad, un niño y cuatro hombres.

Mazos y lanzas formaban parte del ajuar funerario que se completaba con 44 narigueras, cuatro coronas, seis pares de aretes y piedras preciosas llegadas de toda Latinoamérica.

Los sacrificios humanos eran una práctica habitual en el valle gobernado por la Señora de Cao, pero también en las huacas del Sol y la Luna, levantadas al pie del conocido como Cerro Blanco a seis kilómetros del mar.

En la de la Luna, donde desde 1991 se realizan trabajos de excavación y recuperación, los arqueólogos han destapado los relieves decorados con los colores negro, rojo y amarillo que representan a "Ai apaec".

Este templo, como el resto, está compuesto de varios pisos, en este caso cinco, cada uno de los cuales era cerrado con bloques de adobe cada 100 años para construir el siguiente.

Los dibujos de sus paredes relatan las ceremonias ancestrales en las que los hombres eran drogados mediante una cocción de una especie de cactus llamado "sampedro", y atados y desnudados para ser llevados ante el sacerdote para ser degollados.

Su sangre era bebida por el chamán, arrojada sobre la tierra o derramada por los genitales del sentenciado como símbolo de fecundidad.

Los trabajos arqueológicos han descubierto en uno de sus recintos 70 esqueletos completos de los sacrificados, cuya edad solía variar entre los 15 y los 38 años.

Los expedicionarios conocieron también algunos detalles de la cultura Chimú, que precedió a la Moche en el mismo área.

Hoy profundizarán en ella, cuando visiten el sitio arqueológico de Chan Chan, donde vivieron los Reyes Chimú, la familia real y sus sirvientes.

Antes, los jóvenes 'ruteros' conocerán los secretos de la fabricación artesanal de las canoas conocidas como "caballitos de totora" y de su navegación.

La expedición de la Ruta Quetzal BBVA viajará también hasta Trujillo y recorrerá su centro histórico.

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