CIUDAD DE MÉXICO (28/JUL/2017).- En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, el cual se celebra el 28 de julio, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señaló que la hepatitis significa inflamación del hígado, lo que puede causar que los órganos no funcionen adecuadamente.Dicho órgano tiene diversas funciones, pues además de filtrar la sangre que viene del sistema digestivo; elimina químicos y metaboliza fármacos; ayuda a la digestión de productos grasos, albúmina y factores de coagulación; y es una reserva de hierro, vitaminas y glucosa, por lo que es importante cuidarlo.Destacó que las causas pueden ser infecciosas, como las hepatitis virales, las cuales se clasifica en cinco tipos: A (VHA); B (VHB); C (VHC), D (VHD) y E (VHE), y las no infeccionas, que se dan por el consumo de bebidas alcohólicas, obesidad, enfermedades autoinmunes, fármacos, entre otros.El IMSS precisó que las principales formas de transmisión del virus tipo A son: por contacto con heces fecales de un enfermo, de persona a persona, así como por beber o comer alimentos contaminados. El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de unos 14-28 días.Y aunque los síntomas no son exclusivos de este tipo de hepatitis se presentan:debilidad; náuseas; vómito; anorexia; fiebre; molestias abdominales; dolor en la parte superior derecha del abdomen; color amarillo en piel y ojos; y diarrea. El diagnóstico se hace con un examen de sangre para detectar anticuerpos contra hepatitis A, llamados inmonuglobulinas (IgM).Resaltó que los niños menores de seis años por lo general no presentan síntomas; pero los de mayor edad y adultos usualmente muestran síntomas leves parecidos a los de la gripe o influenza.Entre ellos, indicó, están: cansancio, malestar estomacal, fiebre, pérdida de apetito, dolor de estomágo, diarrea, orina turbia y amarillenta, heces claras, color amarillento de los ojos y la piel llamada ictericia.Subrayó que la hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal. El virus se transmite por contacto con la sangre u otros líquidos corporales de una persona infectada o bien por contacto sexual. Es una de las principales causas de cirrosis y cáncer de hígado, y tiene dos fases: aguda y crónica.Aseveró que la mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase aguda, aunque algunas personas pueden presentar coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal. Este tipo de hepatitis se puede prevenir vacunándose.La hepatitis tipo C, anotó, causa infección aguda y crónica, por lo general, la primera es asintomática y raramente se asocia a una enfermedad mortal.Aproximadamente un 15 o 45 por ciento de las personas infectadas eliminan el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno; en tanto, el 55 y 85 por ciento restante desarrollará infección crónica.El instituto explicó que el virus de la hepatitis C (VHC) se transmite por contacto con sangre infectada, por lo general por transfusión de sangre y otros productos sanguíneos infectados; por inyecciones contaminadas en procedimientos médicos y por compartir agujas y jeringas entre consumidores de drogas.Refirió que es posible la transmisión sexual y pasar de la madre infectada a su hijo, aunque estas formas de transmisión son menos frecuentes. El período de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis meses.A su vez, la tipo D ocurre exclusivamente en personas infectadas por el VHB. La doble infección por el VHD y el VHB puede provocar enfermedad más grave y elevado riesgo de cirrosis y cáncer hepático.Y las vías de transmisión son similares a las de la hepatitis B, que incluye la exposición a sangre y líquidos corporales, agujas, jeringas y hemoderivados contaminados, así como transmisión sexual.Por último, explicó que la hepatitis tipo E se considera como una enfermedad aguda, asociada a viajes y pocas veces lleva a la muerte.Entre los signos y síntomas de esta tipo de hepatitis , agregó, están la ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos, orina oscura y heces pálidas); pérdida de apetito; aumento en el tamaño del hígado (hepatomegalia) y con dolor a la palpación; dolor abdominal; náuseas y vómitos; y fiebre.