Miércoles, 04 de Diciembre 2024
Tecnología | Reseña, God of War III

Herejía nivel tres, con Kratos en la antigua Grecia

Reseña, God of War III

Por: EL INFORMADOR

En esta entrega podrás enfrentar a hordas de enemigos y destazarlos con las Espadas del Caos. ESPECIAL /

En esta entrega podrás enfrentar a hordas de enemigos y destazarlos con las Espadas del Caos. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (26/ABR/2014).- Nunca me sentí tan hereje. Blasfemé contra los dioses del Olimpo... y lo disfruté ampliamente.

Golpee a Poseidón hasta que me cansé; incluso hundí sus ojos con mis pulgares y lo arrojé por el acantilado. Y el recorrido previo para llegar hasta él fue sublime: dentro y fuera de un titán. No pasó ni un minuto desde que el juego comenzó y yo ya estaba enganchado a él... y apenas iba contra la primera deidad.

La tercera parte de la saga de God of War, lanzada para Playstation 3 por el estudio Santa Mónica en marzo de 2010, trazó una brecha enorme con sus predecesoras de la generación anterior. Y está claro que todo título con el buen Kratos como protagonista es digno de estar en el aparador.

El salto gráfico no fue mínimo. Con la calidad visual de esta entrega resulta simplemente una delicia enfrentar a hordas de enemigos y destazarlos con las Espadas del Caos.

La fórmula no cambió. Desde sus orígenes God of War ha sido un "Beat´em Up" (juego cuyo objetivo central es acabar con múltiples enemigos en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo), y así se mantuvo. ¿Para qué arreglar lo que no necesita reparación? Las combinaciones de botones, y la posibilidad de incrementar su variedad sobre la marcha, nunca cansaron a los fans.

Menos aún los minijuegos en situaciones clave --de nuevo, la pelea con el primer jefe es única--, que para esta tercera parte de la historia lineal de Kratos fueron refrescados.

¿Cuándo imaginaron que la cámara se invirtiera y el videojugador fuera golpeado desde la perspectiva del rival? ¿Pensaron en apretar los dos sticks y atacar los ojos del enemigo hasta dejarlo ciego? ¿Qué tal rotar el mando y decapitar al Dios del Sol, para después usar su cabeza como una lámpara divina? Yo no, y aplaudo esa originalidad.

La sed de venganza de Kratos: el general que entregó su alma a Ares (Dios de la Guerra) para después ir en su contra, es interminable. Y en el avance de la trama, el jugador conocerá (y regularmente ejecutará a sangre fría) a los personajes más importantes de la Antigua Grecia. Así ha ocurrido en cada entrega; ésta no es la excepción.

Poseidón, Dios del Mar; Helios, Dios del Sol; Hades, Dios del Inframundo; Zeus, Dios de los Cielos. Todos son el objetivo de Kratos, quien tiene un gran resentimiento contra las deidades, pues éstas le prometieron --sin cumplirlo-- perdonarle el haber matado a su propia esposa e hija. Además, Kratos fue poseído por la Ira al liberar la Caja de Pandora en la primera parte.

Los escenarios son bellísimos. Nunca en la historia de God of War hubo tal atención a los detalles: los brillos en la armadura, sus reflejos y la sangre en el protagonista al acabar con sus rivales, por ejemplo, son prueba de un arduo trabajo de pulido.

Pero es una obviedad: God of War no es un título para infantes. La violencia explícita y métodos de tortura en él (incluso minijuegos eróticos) ganan a pulso su clasificación para mayores de edad.

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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