Viernes, 29 de Noviembre 2024
Tecnología | Los nanofármacos se dirigen a órganos, tejidos o células determinados

Farmacéuticas presentaron sus innovaciones recientes

Siete compañías farmacéuticas acaban de presentar los frutos de cuatro años de investigación en nanofármacos

Por: EL INFORMADOR

MADRID, ESPAÑA (17/MAY/2010).- La ciencia de lo muy pequeño abarca cada día más ámbitos de la medicina. Aunque no se trate de un área nueva, sigue teniendo múltiples avenidas inexploradas. Siete compañías farmacéuticas acaban de presentar los frutos de cuatro años de investigación en nanofármacos: 90 patentes y seis moléculas en desarrollo clínico.

El Proyecto Cenit Nanofarma, subvencionado por el Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial ( CDTI) del Ministerio de Ciencia e Innovación, se ha adentrado en las minúsculas profundidades de los nanofármacos, es decir, los sistemas de liberación de fármacos que tienen un tamaño inferior a una micra (una millonésima parte de metro).

El empeño en trabajar a una escala tan pequeña no es un capricho. "El objetivo es 'dialogar' con las células al tamaño en el que las cosas funcionan", explica Pilar Calvo, jefa de Desarrollo Farmacéutico de PharmaMar (Grupo Zeltia), uno de los laboratorios que conforman el consorcio Nanofarma.

Los medicamentos 'tradicionales', es decir, la mayoría de los que consumimos habitualmente, se distribuyen por todo el organismo y su acción comporta más efectos secundarios. En cambio, los nanofármacos, al trabajar al mismo nivel que las células, "se dirigen a órganos, tejidos o células determinados, lo que permite reducir las dosis", apunta Calvo. En definitiva, se logra mayor actividad con menor toxicidad.

Estas estructuras nanométricas están formadas por, al menos, dos componentes. Uno de ellos es el principio activo y el otro, el soporte o vehículo que permite que esa molécula llegue a su destino de forma más certera.

Ya hay diversos medicamentos de este tipo comercializados y, probablemente, la mayoría de los pacientes que los han consumido no han sido conscientes de que 'introducían' nanotecnología en su organismo. De hecho, su aspecto no suele diferir de las cápsulas o preparados a los que estamos acostumbrados. Su vía de administración puede ser oral, parenteral, nasal.

En la partícula nanométrica se introduce el fármaco y se pueden añadir otras "moléculas exteriores para que direccionen el producto al lugar en el que se requiere", explica la experta. Por ejemplo, se suelen utilizar anticuerpos que son reconocidos por las células en las que se quiere actuar.

Las estructuras que se emplean son muy variadas. Con frecuencia se utilizan nanopartículas poliméricas (formadas por los compuestos químicos conocidos como polímeros) que albergan el principio activo.
Distintas formas de encapsular los fármacos

Otro sistema de liberación son los liposomas, que "permiten una buena comunicación con la membrana celular porque su composición es muy similar", señala Calvo. En el interior de estas vesículas constituidas por una o más capas de lípidos (grasas) se encapsula la molécula activa.

Las siete compañías del Proyecto Nanofarma han invertido los 33 millones con los que contaban en desarrollar, con la colaboración de 30 centros públicos de investigación, distintas soluciones que permiten mejorar las propiedades terapéuticas de los fármacos.

PharmaMar se ha centrado en el área terapéutica en la que está especializada, la oncología, y ha obtenido una molécula antitumoral que ya se encuentra en la primera fase de ensayos clínicos con pacientes. Se trata de una nueva formulación que permite llegar a la diana terapéutica más directamente, reduciendo la toxicidad en las células no tumorales.

Faes Farma también ha investigado antitumorales, así como medicamentos para la osteoporosis. Rovi ha desarrollado una heparina (anticoagulante) por vía oral que también se está probando ya en humanos.

Noscira ha encaminado sus esfuerzos a la búsqueda de sistemas que permitan tratar el Alzheimer superando la barrera hematoencefálica, que es la que impide que muchos productos lleguen al cerebro. Esta compañía ya ha iniciado ensayos clínicos con dos moléculas.

Otro de los laboratorios implicados, Sylentis, emplea un método para el tratamiento de la hipertensión arterial y el glaucoma que entraría en el campo de la terapia génica y se conoce como ARN silenciador. También ha iniciado la investigación en pacientes.

Lipotec trabaja sobre todo, como su nombre indica, con liposomas. Su objetivo es encontrar dianas terapéuticas para enfermedades como la neuropatía diabética o la enfermedad de Crohn. Finalmente, Dendrico se ha especializado en unos sistemas nanotecnológicos denominados dendrímeros.

Las principales ventajas de los nanofármacos son, además del aumento de la eficacia y de la seguridad de los medicamentos, la mejora de la biodisponibilidad (fracción de dosis del producto que alcanza su diana terapéutica), la prolongación del tiempo de permanencia en el organismo y la optimización de su distribución.

El principal freno para el desarrollo de estas opciones terapéuticas es el alto coste que representa su introducción en el mercado.

Con información de el mundo.es

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