CIUDAD DE MÉXICO (31/OCT/2016).- Conocer exactamente qué tipo de alteraciones transforman una célula normal en un tumor canceroso puede ayudar a desarrollar fármacos o tratamientos específicos que combatan las mutaciones que afectan las células.Las ciencias genómicas no están lejos de empezar a catalogar las alteraciones genéticas específicas de los tumores cancerosos y así lograr una mejor clasificación del cáncer.“Se dice que, dentro de 10 años, ya no vamos a hablar sobre el tumor de mama, el de cérvix o el de piel; vamos a hablar de los tumores que tienen alterada una vía celular en particular”, explicó el director del Laboratorio de Genómica del Cáncer en el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), Alfredo Hidalgo Miranda.“Esto abrirá las posibilidades de una clasificación mucho más útil que una simple anatomía, permitirá hablar de alteraciones moleculares particulares de los tumores independientemente de su sitio de origen. Con ello se podrán diseñar tratamientos más dirigidos al tipo de tumor”.El investigador consideró que “para que una célula normal se transforme en célula cancerosa debe sufrir una muy alta cantidad de alteraciones, tanto del ADN como de su expresión, su regulación y del cúmulo de proteínas que se encuentran en la célula”.Además aseguró que las características que definen a una célula cancerosa, “principalmente es la proliferación descontrolada y la alta capacidad replicativa, que además es ilimitada. Qué quiere decir esto: si yo tomo una biopsia de piel y la cultivo en una caja de Petri se va a dividir entre 12 y 15 veces, que es el tiempo de vida normal de una célula cualquiera. Pero una célula tumoral, si tú le sigues dando de comer y le sigues dando espacio, se va a poder dividir de una forma prácticamente infinita”.Otra de las características de algunos tumores, según el especialista, es que tienen una tasa de mutación mayor, comparada con la de una célula normal, por lo tanto la masa acumula alteraciones en su ADN mucho más rápido. Esto sucede porque los genes encargados de mantener la integridad del genoma se encuentran dañados, y si la maquinaria de reparación celular no manda a la célula dañada a una muerte celular programada, la reproducción sigue su curso a pesar de los daños.Actualmente se reconocen entre seis y 12 características específicas que permiten diferenciar una célula normal de una cancerosa, y todas estas características tienen una contraparte en alteraciones del ADN.SUNSABER MÁSLos factoresLas células del cuerpo se encuentran expuestas a factores como rayos ultravioleta, contaminantes o virus que pueden ocasionarles alteraciones severas. Cuando estas alteraciones afectan los controles de reproducción en una célula, ésta comienza a dividirse de una forma descontrolada, lo cual puede dar pie a la formación de un tumor que puede, desembocar en cáncer.Dormir poco puede ser peligrosoLas alteraciones en el ciclo de sueño propician enfermedades como el cáncer, la obesidad y la diabetes, alertó la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Lorena Aguilar.La especialista del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, explicó que, de acuerdo a los últimos datos de la ciencia, se comprobó que las personas que trabajan en horarios nocturnos son más propensas a padecer males como el cáncer.“Por ejemplo, las enfermeras que trabajan por la noche tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de mama”, aseguró.La especialista mencionó que estos nuevos descubrimientos comenzaron a difundirse para alertar a la gente y así modificar sus conductas.“Incluso, la Organización Mundial de la Salud ya ha puesto el ojo en los ritmos circadianos como un factor de desarrollo de cáncer, entonces, es importante mantenerlos adecuadamente de manera robusta”.Aguilar añadió que los procesos metabólicos también son afectados cuando no existen hábitos adecuados para la conciliación del sueño.“Si comenzamos a desorganizar nuestra vida y las horas en que nos vamos a dormir y a comer, existe un efecto de desincronización del reloj circadiano del organismo y va a producir que seamos más propensos a desarrollar obesidad o enfermedades metabólicas como la diabetes”, apuntó.La científica también explicó que las luces de la tecnología LED mantienen una longitud de onda azul, la cual también afecta al reloj biológico del ser humano.“Los aparatos electrónicos pueden mandar señales falsas y decirle al organismo que en lugar de ser de noche es de día”, señaló.Por ello, hizo un llamado a la población a evitar los celulares, tabletas y pantallas desde dos horas antes de ir a dormir.“Al menos para poder promover la secreción de melatonina que es la hormona del sueño y así, poder tener descansos reparadores”.