La conclusión es que alrededor del ecuador, entre los 200 y los 800 metros de profundidad el oxígeno apenas podría llegar, debido a la acidificación de los mares, que absorben el dióxido de carbono de la atmósfera, explicaron hoy Hofman y Schellnhuber durante la presentación del estudio.Según los últimos datos, en el último siglo el índice de pH de la superficie marina -que mide la acidez del agua- ha caído de un 8,2 a un 8,1 (a menor índice, mayor acidez, siendo el pH 7 el índice neutro).Hofman y Schellnhuber han querido evaluar los daños que se producirán en los océanos si las personas siguen vertiendo en ellos tanto CO2 como hasta ahora y por tanto el índice de pH se reduce en torno a un 0,7.En los océanos más ácidos, las reacciones químicas implican que haya en el agua menos cantidad de carbonato de calcio (CaCO3), lo que origina el esqueleto calcáreo de los corales y muchos pequeños organismos que nadan libremente, como la coralina Emiliania huxley.Este fenómeno conduciría por tanto a un debilitamiento del conocido como corazón de carbono biológico, ya que si los corales están muertos, los compuestos de carbono de las profundidades marinas aumentan aproximadamente cien mil millones de toneladas al año.Por otra parte, al haber en un mar ácido menos calcio para los bancos de algas, se extenderían otras especies de plancton vegetal, que son más ligeras que las algas y, después de haber muerto, se hunden mucho más lentamente que éstas.Así pues, las bacterias tendrían mucho más tiempo para debilitar todo el plancton muerto en las capas de agua superiores, lo que implicaría que se agotara el oxígeno en esas zonas.