CIUDAD DE MÉXICO (09/MAY/2017).- Según un estudio realizado por la Universidad de Greenwich, en Londres beber cierta cantidad de alcohol equivale a tomarse un analgésico, pero los científicos ignoran los mecanismos que producen ese efecto.Los científicos aseguraron que la ingesta moderada de alcohol produce los mismos efectos que un analgésico convencional. Estiman que elevar un 0,08% los niveles de alcohol en sangre incrementa a su vez suficientemente el umbral del dolor como para sentir que éste se modera o desaparece. Lo traducen a beberse un litro, aunque hay que tener en cuenta el contenido alcohólico de la bebida.Dirigidos por Trevor Thompson, de la facultad de Educación y Salud de la Universidad de Greenwich, los expertos compararon 18 experimentos en los que se sometió a más de 400 personas a diferentes tipos de dolor, como el producido por el frío, el calor y la presión. De promedio, beber dos pintas o dos vasos de vino medio llenos aliviaba el sufrimiento de los voluntarios un 24%, de acuerdo con sus reacciones.De momento, se ignora por qué elimina el dolor, aunque se manejan varias hipótesis, como que actúa sobre los mismos receptores nerviosos que la ketamina -una potente droga anestésica- o que reduce la ansiedad, por lo que su capacidad analgésica sería en este último caso indirecta.De cualquier manera, Thompson advierte: "La cantidad de alcohol necesaria para conseguir un efecto sostenido a largo plazo conlleva una serie de problemas para la salud, sin descartar incluso la aparición de dolor crónico".