Viernes, 22 de Noviembre 2024
Tecnología | La red forma parte de un programa de investigación oceanográfica que durará cinco años

Crearán red de observatorios marinos en Golfo de México

La red forma parte de un programa de investigación oceanográfica que durará cinco años

Por: NTX

Es el proyecto oceanográfico más ambicioso y más complejo que haya implementado México, el cual costará mil 500 millones de pesos. EL INFORMADOR / ARCHIVO

Es el proyecto oceanográfico más ambicioso y más complejo que haya implementado México, el cual costará mil 500 millones de pesos. EL INFORMADOR / ARCHIVO

ENSENADA, BAJA CALIFORNIA (18/ABR/2015).- Un grupo de centro de investigación integrará una red de observatorios marinos y costeros que tendrá herramientas especializadas para realizar estudios sistemáticos en el Golfo de México, durante los próximos cinco años.
 
Esta red forma parte del programa de investigación oceanográfica con un consorcio integrado por nueve institutos, universidades y centros de investigación, liderados por el Centro de Investigación Científica y Superior de Ensenada ( Cicese).
 
El responsable del proyecto, Francisco Ocampo Torres, dijo que esta red estará compuesta por boyas oceanográficas superficiales, anclajes con sensores diversos, planeadores submarinos (gliders), sensores, radares y robots.
 
El también investigador del Departamento de Oceanografía Física del Ciceses mencionó que, además, se tomarán imágenes de la superficie del mar desde aviones y satélites.
 
Es la primera de las cinco grandes líneas de acción que integran el megaproyecto "Plataformas de observación oceanográfica, línea base, modelos de simulación y escenarios de la capacidad natural de respuesta ante derrames de gran escala en el Golfo de México".
 
Anotó que este es el proyecto oceanográfico más ambicioso y complejo que haya implementado México que, con un monto de mil 500 millones de pesos, es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología ( CONACYT) y la Secretaría de Energía.
 
Las otras líneas de acción o subproyectos en que fue dividido el megaproyecto se denominan "Línea base y monitoreo ambiental"; "Modelos numéricos de circulación y biogeoquímica"; "Degradación natural de hidrocarburos", y Análisis de escenarios de derrames.
 
Dijo que algo que caracteriza esta primera línea de acción, llamada "Plataformas de observación oceanográfica", es el apoyo de alta tecnología en telecomunicaciones.
 
Un glider, puntualizó, es un planeador submarino que puede liberarse incluso desde una pequeña embarcación.
 
Pueden sumergirse hasta más de mil metros de profundidad y durante el trayecto capturar datos de la temperatura, salinidad, oxígeno disuelto y de distintas propiedades y variables que tiene el océano, y que son claves para entenderlo.
 
Esos planeadores emergen después de su viaje (3 días en promedio), y en superficie levantan una antena, transmiten los datos y esperan instrucciones desde una torre de control. "Es como tener un dron submarino tomándole el pulso al océano en tiempo real", dijo.
 
Esta línea de acción planea realizar alrededor de 10 campañas de gliders con una duración aproximada de 3 a 4 meses cada una.
 
La idea es tener una flota de 2 o 4 gliders funcionando simultáneamente y de manera sistemática, monitoreando la columna de agua desde la superficie hasta mil o 1,500 metros de profundidad.
 
Por ello, se necesitará desarrollar un sitio en Internet diseñado para visualizar todas estas observaciones.
 
Adicionalmente, será necesario capacitarse en el uso de estos equipos para proporcionarles mantenimiento preventivo y correctivo.
 
También se aprovechará la experiencia en el mantenimiento de gliders para diseñar y construir un prototipo mexicano, y hacer un simulador virtual interactivo para entrenar a los operadores de estos drones antes de que los manejen de manera real.
 
De manera complementaria, se diseñarán, construirán e instalarán alrededor de 20 radares de alta frecuencia en la costa para "mapear" las corrientes superficiales, desde la zona costera hasta unos 200 kilómetros mar adentro, anotó.
 
Por otro lado, para determinar las características del oleaje, las corrientes superficiales, se pretenden usar dos tipos de boyas oceanográficas: unas costeras y las otras de tipo BOMM.
 
Se utilizarán, dijo, también en el intercambio que ocurre entre la superficie del océano y la atmósfera, y entre la capa superficial y las aguas profundas.
 

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