Jueves, 28 de Noviembre 2024
Tecnología | La asociación Gafreh trasforma objetos contaminantes con ayuda de la mano femenina

Crean colecciones de moda con desechables reciclados

La asociación Gafreh trasforma objetos contaminantes con ayuda de la mano femenina, una moda que está triunfando

Por: NTX

BOBO-DIOULASSO, BURKINA FASO (06/JUN/2015). - Gafreh es una asociación que ha hecho del reciclaje y de la mano de obra femenina sus puntos fuertes. Con una experiencia de más de 10 años transforma objetos contaminantes, como bolsas de plástico, en pequeñas colecciones de moda, que triunfan entre la población local y también en el exterior.
 
Todo, gracias a la unión de unas 80 mujeres que han decidido poner manos a la obra y contribuir a mejorar su país. En las ciudades africanas hay numerosos suburbios sumergidos por la basura y, en particular, por las bolsas de plástico. Se trata de productos que tardan entre cientos y miles de años en desintegrarse.
 
Algunos gobiernos, como el de Burkina Faso, aprobaron en fecha reciente leyes que prohíben producirlas y comercializarlas. Sin embargo, la situación sigue siendo trágica: hay verdaderas montañas de bolsas de colores desechadas que hacen difícil vivir en el territorio y reducen la fertilidad de la tierra. Afortunadamente hay personas que han dicho basta a todo eso.
 
Madame Awa Ouedraogo tenía un pequeño rebaño de ovejas, pero las bolsas de plástico se las han exterminado: "Hacía pastar a los animales libremente. A fuerza de tragar bolsas de plástico empezaron a enfermar y luego a morir. Trataba de controlar que no comiesen basura, pero era imposible. Hay plástico por todas partes. Al final, ya sin ganado, me di cuenta de que no podíamos seguir así".
 
En 2003, junto con unas amigas, Awa fundó Gafreh (Groupe d'Action des Femmes pour la Relance Economique du Houet), una asociación formada principalmente por mujeres que, reciclando bolsas de plástico, producen originales bolsos, muñecas, carteras y fundas para ordenadores, tabletas y teléfonos móviles.
 
La sede administrativa de Gafreh está situada en un barrio periférico de Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad más importante de Burkina Faso. Una modesta pero acogedora casa con patio alberga las oficinas administrativas y un pequeño taller donde experimentan con los nuevos modelos.
 
"Ésta es nuestra segunda casa. Aquí, durante las horas de trabajo, nuestras colaboradoras pueden llevar a sus hijos pequeños. Los niños traen alegría e inspiran muchos de nuestros trabajos. A veces esto parece más una guardería que un taller de costura", explica Awa, que desde la fundación de Gafreh ocupa el cargo de directora.
 
En los países del Sahel, y Burkina Faso no es una excepción, el desempleo femenino está por las nubes. "En lugares como este el asociacionismo es la única manera de salir de la pobreza. "Uniendo las fuerzas y el ingenio, algo que a las mujeres nos sobra, hemos conseguido crear algo que permite a más de 80 mujeres llevar adelante a sus familias. Obviamente no estamos colgadas de oro, pero comemos todos los días. En la basura hay riqueza, y nosotras hemos sabido entenderlo".
 
Los inicios del proyecto Gafreh no fueron fáciles. Después de varias encuestas entre posibles patrocinadores, la embajada de Canadá en Burkina Faso hizo un paso adelante, y actualmente es la principal donante. El gobierno apoya la iniciativa, que considera un modelo a seguir en las campañas contra la contaminación. Sin embargo, la administración nunca ha ayudado económicamente al desarrollo del proyecto Gafreh.
 
"Estamos pensando en cooperar con las autoridades para llevar nuestro mensaje ecológico a las escuelas y a las calles. Queremos mostrar a la gente que las bolsas de plástico son perjudiciales para la salud de las personas, los animales y la tierra, hasta el punto de que a la larga pueden producir cáncer y otras enfermedades graves", agrega Awa.
 
El verdadero corazón de Gafreh es una edificación en medio de un vertedero a cielo abierto. En el interior, uno se queda impresionado por la marea de sacos de tela blanca que contienen el plástico para reciclar. Hay centenares.
 
Madame Madeleine Konate, secretaria general de Gafreh, hace de cicerone: "Aquí es donde se produce la magia. Aquí transformamos el plástico en pequeñas obras de arte. Es un proceso lento y arduo, pero los resultados son excelentes".
 
La asociación paga unos 100 francos (alrededor de 2.6 pesos) por cada kilogramo de plástico recogido en la calle. Los que se hacen cargo de la recogida y del transporte del plástico son los hombres. Todas las demás operaciones las dirigen las mujeres.
 
En un porche lleno de basura, las mujeres, armadas con delantales, guantes y máscaras, lavan con agua y jabón el plástico, que después dejan secar al sol. Otro grupo de mujeres cortan las bolsas en tiras que entretejen como cualquier otro tipo de tejido. Aquí se producen las bases de las bolsas, que después se asignan a los sastres, que se esmeran para crear composiciones siempre nuevas.
 
"El trabajo de las mujeres de Gafreh no se acaba aquí. Estamos planeando diseñar ladrillos, mesas de bar y baldosas. Detrás no hay ningún estudio de ingeniería, sino solamente mucha experiencia y buena voluntad", dice Madeleine.
 
Gafreh tiene un punto de venta directa en el centro de Bobo-Dioulasso. Dentro de un pequeño kiosco azul se puede ver gran parte de la colección de este año. Cada vez más empresas locales compran maletines personalizados, y llegan pedidos a través de Internet desde el extranjero, sobre todo de Canadá, gracias a la publicidad que ha hecho la embajada.
 
Negocios a parte, el principal objetivo de Gafreh sigue siendo el mismo, muy bien resumido por Madeleine: "Lo que pretendemos es ayudar al gobierno a combatir la contaminación. Creo que un objetivo como este puede ser algo positivo para todo África, porque la proliferación de bolsas, el cambio climático y la deforestación son factores que no hacen más que retrasar el desarrollo de nuestro país", explica.
 
"Para calentarnos cortamos árboles todavía verdes que luego se ponen a secar al sol. Esto destruye nuestro ecosistema, reduce a la mitad las lluvias y por lo tanto hace disminuir los cultivos. Sólo a través de un mayor cuidado del medio ambiente podremos impulsar la economía. En Gafreh estamos convencidos de que el medio ambiente debe ser considerado el principal sector de desarrollo de un país", sostiene Madeleine.

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