Domingo, 22 de Septiembre 2024
Tecnología | El complejo natural está situado en el monte Radan, al sur de Belgrado

Ciudad del Diablo, una maravilla de misteriosa belleza

Este lugar alberga dos fenómenos naturales poco comunes en el mundo

Por: EFE

DJAVOLJA, SERBIA.- El complejo natural de Djavolja Varos (Ciudad del Diablo) es una auténtica maravilla que con su misteriosa belleza conquista cada vez más a los visitantes y su imaginación.

Está situado en el monte Radan, a unos 320 kilómetros al sur de Belgrado y alberga dos fenómenos naturales poco comunes en el mundo así como una mina de hierro del siglo XIII.

Uno de esos fenómenos naturales es un grupo de 202 figuras de tierra, formadas durante siglos por efecto de la erosión, y con forma de estilizadas pirámides, torres o aparentes cuerpos humanos.

Las extrañas formaciones, que parecen desafiar a las leyes de la gravedad, están agrupadas en los cañones del Diablo, a la izquierda, y del Infierno, a la derecha, que deben su siniestro nombre, al igual que Djavolja Varos, al ambiente poco acogedor y de misterio que los rodea y al miedo que infunde el aspecto de este paisaje.

De marga en su fondo, arcilla en el medio y tierra arenosa en la parte superior, estas estructuras tienen una altura de entre tres y quince metros, unos tres metros de ancho en su base y 20 a 30 centímetros en su pico.

Están coronadas con ''gorras'' de andesita, que suelen pesar cientos de kilos. Las investigaciones científicas mostraron que la presencia de la andesita se debe a un volcán que existía allí en una época muy remota.

Las figuras se forman, crecen, cambian, reducen, desaparecen y nuevamente crean.

El curioso fenómeno geomorfológico, único en Serbia y muy poco común en el resto del mundo, y en ningún lugar de tal proporción y número, ha despertado siempre la imaginación de la población, que ha tejido numerosas leyendas sobre el origen de las figuras.

La más conocida cuenta que las formaciones son figuras petrificadas de los invitados que se aprestaban a participar en la boda de dos hermanos, que iban a contraer matrimonio por orden del diablo, explicó Milovan Vukovic, de la empresa ''Planinka'', encargada de la gestión de ese monumento de la naturaleza.

Otra historia dice que las figuras son diablos que la población local tenía que llevar largo tiempo sobre su espalda y sufrir por las desgracias que les ocasionaban, de los que se deshicieron al anochecer en ese lugar, donde quedaron petrificados.

Otra rareza natural del complejo son dos manantiales de los que fluyen sendos riachuelos de color rojo o amarillo intenso, debido a la acumulación de minerales: ''Djavolja voda'' (Agua del diablo), manantial de agua muy fría y de extrema acidez, y ''Crveno vrelo'' (Fuente roja), situadas junto a la senda principal que lleva hacia las raras figuras.

La gente suele tirar monedas a los manantiales creyendo que les traerá suerte y buena salud.

Otros beben el agua y la llevan a casa en botellas por creer que es remedio contra todas las enfermedades, aunque todavía no ha habido investigaciones suficientes sobre sus efectos para la salud.

Los dos diminutos riachuelos desembocan en Zuti potok (Arroyo Amarillo), cuyo color se debe a la presencia de hierro.

Djavolja Varos, que abarca unas 67 hectáreas, fue puesta en 1959 bajo protección del Estado, y en 1995 fue declarada monumento natural de primera categoría.

En esa misma zona, en el siglo XIII los mineros de origen sajón explotaban la mina de hierro por encargo del Estado medieval serbio.

Vukovic explicó que transportaban el mineral hasta la cercana localidad de Rudare (Mineros), que todavía guarda su viejo nombre.

A poca distancia de Djavolja Varos, la naturaleza se vuelve mansa, pintoresca y tranquila, que con nada sugiere el cercano prodigio de belleza cargada de misterio.

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