Miércoles, 09 de Octubre 2024
Tecnología | Los zombies de la vieja escuela y el regreso de Leon Kennedy, con Resident Evil 6

Bioterrorismo y muerte en vida... en su sexta entrega

Los zombies de la vieja escuela y el regreso de Leon Kennedy a las consolas, con Resident Evil 6

Por: EL INFORMADOR

Resident Evil 6 recurre en algunos tropiezos que manchan lo que pudo ser una entrega épica. Foto: @GamesTorrents. ESPECIAL /

Resident Evil 6 recurre en algunos tropiezos que manchan lo que pudo ser una entrega épica. Foto: @GamesTorrents. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (03/MAY/2014).- Si en menos de cinco minutos de juego el protagonista está obligado a dispararle al Presidente de los Estados Unidos, porque éste ha sido infectado por un virus que liquidó su razón y lo ha convertido en un ente autómata, se advierte que el desarrollo de la trama será por demás interesante.

Y lo es. Aunque lamentablemente tiene altibajos.

Escribir sobre la sexta entrega de Resident Evil, en el mercado desde octubre de 2012 por obra de la desarrolladora Capcom, es riesgoso. A diferencia de títulos olvidables de la "nueva saga" (como su predecesor) o buenísimos (como la cuarta entrega), éste destila una vibra que conduce a amarlo o de plano a odiarlo. Tres vueltas dadas a la historia de cada personaje me llevan a decidir por lo primero.

Que no se malentienda: RE6 es un juego completísimo (y gráficamente tampoco queda a deber), pero incurrió en varios tropiezos que manchan lo que pudo ser una entrega épica. Al final, el título dividió a los seguidores pues encierra una historia muy próxima a la acción/ficción, y muy distante a su vez del añorado survival horror de finales de los 90s.

Capcom decidió retomar aspectos de entregas exitosas para olvidar el desgaste sufrido por el juego previo, que en definitiva no fue lo esperado. Por eso aquí tenemos a un émulo de Némesis (RE3), y aunque ésta arma bio orgánica es mucho más fuerte y veloz, carece por completo del carisma que irradiaba el monstruo de la sonrisota que tantos saltos del asiento provocó en sus tiempos.

El León no duerme esta noche

Tenemos tres historias ligadas y seis personajes principales, pero no todos los recorridos valen tanto la pena. Leon S. Kennedy, sobreviviente de la infección en la ciudad Raccoon, y encargado único del rescate de Ashley Graham (hija del Presidente), en manos de Los Ganados de RE4, regresa a la acción con una imagen más madura y la que, considero, es la mejor historia del juego.

En realidad nunca ha habido problemas por dispararle a un zombie en la cabeza. Los apocalípsis que ya los videojuegos han usado como historia central desde hace tiempo --o las series televisivas en la actualidad-- nos muestran que esa tarea será entendida como una obligación ciudadana y, lo mejor: que hay en ello una responsabilidad con gran placer terapéutico como recompensa.

Por eso es tan bueno que RE6 te permita descargar una escopeta en el rostro de los muertos vivientes de la vieja escuela... antes que se te arrojen encima. Lamentablemente sólo la línea de Leon y su --hasta hoy conocida-- compañera Helena Harper tiene de regreso a estos enemigos, y con ellos el último atisbo de terror en RE.

La lógica de antes dictaba que los zombies son torpes, lentos y erráticos. Pero esos eran los 90s.

Ahora, el recorrido de Leon y Helena los llevará a enfrentarse a mutaciones extrañas e infectados que en vida eran policías antimotines (sí, con armas que detonarán en tu contra). La locura provocada por el gas que despide el Virus C, protagonista de la historia, también arrasará con ciudades y te presentará una nueva modalidad de armas bio orgánicas; algunas más asquerosas que lo habitual.

Por lo anterior, deben saber que concluir el episodio de mayor valía en el juego no será un recorrido en el parque; hay reto garantizado para lograrlo y grandes revelaciones durante la misión.

Rehabilitación y regreso al combate

¿Problemas? Sí: Resident Evil sostiene una cruza extraña con Gears of War en otra línea de su historia.

Mientras Leon nos hace liberar endorfinas con personajes célebres (Ada Wong, por ejemplo) y lo más parecido al terror a la vieja usanza, el rehabilitado Chris Redfield (sufre un problema de alcoholismo) y su olvidable compañero Piers Nivans escapan, por completo, a la carga adrenalínica del primero. No es broma el parecido con el juego que menciono.

Pero alejándose de esa similitud, que desentona por completo con la línea central; y colocándonos en el campo de la permisividad, encontramos un desarrollo entretenido con los dos miembros de la B.S.A.A (Alianza de Seguridad contra el Bioterrorismo, por sus siglas en inglés).

Destrozar con armas de asalto a las mutaciones que provoca la inyección del Virus C (y no la inhalación por gas, que como decía, vuelve zombie al infectado) sí es divertido. También la masa muscular de Chris le permite lanzar unos golpes brutales, por lo que el videojugador disfrutará bastante los encuentros cuerpo a cuerpo.

Pero el último tramo de esta misión sí está lleno de clichés; además hay un inesperado final con un buen jefe, pero con un sentimentalismo exagerado durante la batalla en su contra. De plano, Chris y sus apariciones en solitario atraen al fantasma del desinterés, y los desarrolladores deben asumir toda la responsabilidad en ello, pues no es un mal personaje.

El hijo pródigo y su sangre azul

El tercer protagonista es Jake Muller, quien es ni más ni menos que el hijo de Albert Wesker, el gran responsable de las mutaciones que hoy traen de cabeza a las autoridades en el universo de Resident Evil, y quien fue eliminado por el buen Chris en RE5.

Pero la gran sorpresa de este individuo, cuya sangre es pieza clave en el juego, es su compañera: Sherry Birkin (hija del mutante que derrotó Leon en RE2, quien antes era el prestigioso investigador William Birkin), a quien conocieron Leon y Claire Redfield (hermana de Chris) durante los sucesos de Raccoon City.

Sherry ya está crecidita y ahora es una agente de los Estados Unidos al servicio de Derek Simmons (quien también tiene una actuación destacada en la línea histórica de Leon). Se le ha encomendado la misión de convencer a Jake de entrar al banco de sangre y donar unos cuantos litros para facilitar la investigación que permita dar con la cura de las víctimas de ataques bioterroristas.

Pero Jake es, básicamente, un asesino a sueldo que vive de sus habilidades en la batalla. Y en esa incompatibilidad de personalidades radica la belleza de la relación que sostienen Sherry y él durante cada capítulo. Relación que crecerá conforme el transcurso de los episodios.

Por razones que no se conocerán al principio, Jake es perseguido por aquella arma bio orgánica de la que escribí al principio de la reseña. De hecho, adelanto que será el dolor de cabeza de su campaña.

Ustanak (así se llama esta belleza) es EL arma orgánica, pues en el comparativo obligado con otras a las que he tenido qué enfrentarme en el pasado, ésta es una verdadera pieza de destrucción que posee fuerza, velocidad y resistencia. Es decir: sí hay que temer. La última pelea contra ella es muy buena.

En lo general, la dupla del carisma cumple bien su cometido. El videojugador conocerá lo que ocurrió con Sherry después de los sucesos de RE2, y verificará un paulatino cambio de personalidad en el mercenario Jake.

En síntesis, la sexta entrega de la línea central de Resident Evil es muy buena. La historia, el motor gráfico, la música, la dificultad y los variados escenarios son prueba fehaciente de que en Capcom hay quien sabe hace bien las cosas.

No obstante, arrojar el calificativo de excelencia no es posible por los notables puntos débiles del desarrollo, que han dado distancia a la dosis de terror que esta saga sembró en sus inicios. Aunque la historia, por sí misma, tiene la fuerza suficiente para soportar el gran nombre que sigue imponiendo esta saga de culto... y que las películas Milla Jovovich se esfuerzan por manchar.


EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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