Un nuevo brillo en casa

GUADALAJARA, JALISCO (16/JUL/2010).- Probablemente es el paso del tiempo uno de los factores que mayormente dañan nuestro hogar, desde el techo y las paredes, hasta el piso.

Normalmente resulta sencillo y parece más económico pensar en mejorar las condiciones de las paredes y el techo, echando una mano o dos de pintura; mientras que los pisos suelen dejarse para una mejor ocasión, pensando que el reestablecimiento de éstos supone un gasto mucho mayor.

Sin embargo, si se deja pasar más tiempo, probablemente no haya otra solución que hacer un cambio definitivo del mismo, pues aunque es posible sustituir algunas lozas, en su conjunto el piso perderá su belleza y lucirá parchado.

Como sucede en la salud, las recetas médicas no sirven para todos los organismos y tampoco los métodos de cuidado son los mismos para cualquier tipo de piso. Y es que las variedades son enormes, hay pisos de mármol, madera, cerámica, concreto e incluso de corcho, cuyos cuidados son completamente distintos.

• Madera
Un piso de madera requirirá un trabajo de pulido (alisado y abrillantado) probalmente más caro que el resto de los materiales y quizá la durabilidad de su brillo sea menor.

En este caso, el pulido consiste en el frotamiento de la madera con un objeto abrasivo, por lo general es una lija o una pulidora. Para la primera etapa se utiliza una pulidora de rodillo abierto o expansivo con un mínimo de tres pasadas. El pulido final se hace con pulidoras rotativas. También se puede utilizar una amoladora o taladro eléctrico, al que se le acopla un lijador. El movimiento de lijado debe ser uniforme y parejo, para evitar la formación de pozos.

Lo más recomendable es contratar un servicio especializado, pues si bien existen algunas máquinas que se alquilan, seguramente un especialista logrará un resultado mejor.

Lo que sí puedes hacer antes del pulido, es impiar cuidadosamente el piso, retirando polvo, grasa o suciedad; acción que debe ejecutarse luego de realizado el trabajo, a fin de eliminar particulas que posteriormente puedan deteriorar el piso.

• Concreto
En el caso de los hogares con diseños novedosos, es probable que se cuente con pisos de concreto decorativo, previamente pulido.

Al pulir un piso de estas características, se le puede dar un acabado glaseado, como espejo (como lo tienen algunas tiendas y centros comerciales). La ventaja de este tipo de piso es que para su mantenimiento, no se requiere de químicos; además de que se mantiene con brillo por un tiempo más prolongado.

Las ventajas más comunes del concreto pulido son: ahorrar dinero en mantenimiento y evitar que el desgaste por el tráfico constante de personas haga notar su deterioro rápidamente. Con este material basta con eliminar polvo.

• Mármol
El proceso de rebajar y pulir el suelo de mármol, terrazo o granito es previo al proceso de abrillantado -no es lo mismo una cosa que la otra- y consiste en emparejar el suelo, pues cuando éste se coloca pocas veces se logra igualar la superficie.

El pulido primero rebaja la capa superior del suelo con la piedra de grano muy grueso, seguidamente allana la superficie con el grano mediano hasta llegar al grano el más fino para conseguir el nivel y textura de piedra adecuada para poder proceder con su abrillantado.

Dicho proceso consigue desengrasar la superficie tratada, limpiarla y abrir el poro de la piedra para que el líquido cristalizador penetre en ella profundamente.

La acción de la máquina rotativa -utilizada por un especialista- sobre el líquido cristalizador proporciona al suelo un espectacular brillo, natural y duradero. Al mismo tiempo el líquido actúa como capa protectora. El brillo de la superficie de mármol o terrazo puede mantenerse intacto durante tres o cuatro años.