GUADALAJARA, JALISCO (28/ENE/2017).- Si en algo la marca Acura se destaca es en la durabilidad de sus productos y la calidad del servicio de sus distribuidores. Por esto, muchos que ya vivieron experiencias poco agradables en sus rivales, voltean a ver el TLX como una gran opción.Dentro del segmento de sedanes medianos, el Acura TLX no es un auto que ocupe los primeros lugares en la percepción de la gente por los motivos tradicionales, es decir, el abolengo de marca, un desempeño espectacular o un diseño particularmente atrevido. Es un gran auto, sin duda, que ofrece más de lo que la mayoría puede querer, pero sin ser sobresaliente.Su diseño es sobrio y elegante. La excepción que confirma la regla es la parrilla en forma de flecha hacia abajo, un intento de Acura que no fue bien recibido por el público y que ya ha cambiado, como podemos ver en la MDX, por ejemplo. Fuera de esa vista frontal, el TLX es bastante agradable a los ojos y llama más la atención en las calles de lo que sus números de ventas nos hacen pensar. Es uno de esos buenos autos que el mercado no conoce tan bien como debiera.La percepción de calidad en su interior es tan buena como por fuera. Materiales suaves al tacto; buen nivel de equipamiento y espacio abundante para cuatro personas, como debe de ser. La cajuela es también muy amplia, entre las mejores de su clase, si no la mejor.El equipamiento, pese a ser bueno, ya necesita una actualización. La pantalla tiene una respuesta algo lenta y hay mejor resolución en productos de gama más baja y mejor precio, obviamente. Faltan también Car Play y Android Auto, que ya se extrañan en vehículos inferiores, mucho más en uno que cuesta 632,900 pesos. Una parte algo rara es el sistema de botones para cambio de velocidades. No que sea raro que use botones, sino que los botones que usa, en especial el de la reversa, nos parece algo exótico.Manejo y comodidadEl TLX está a la venta en México con dos motores. El primero es de 4 cilindros, con 2.4 litros y 206 HP. Pero nuestro auto de prueba tiene el espíritu más salvaje y cuenta con una máquina V6 de 3.5 litros con 290 caballos de fuerza.Para que fuera mayor su deportividad habría que pedir que ese poder llegara a las ruedas posteriores, liberando el eje delantero de la tarea de la tracción. Pero no es así y eso, junto con una suspensión algo suave, compromete el desempeño en altas velocidades.En ciudad, el TLX es un auto cómodo, amplio y aparentemente tranquilo, que despierta su lado emocionante cuando se pisa a fondo el acelerador y logramos un buen rebase. Pero la caja automática de nueve velocidades, la misma hecha por ZF y usada en otros vehículos como la Jeep Cherokee, por ejemplo, le roba algo de comodidad con brincos más frecuentes de lo que hubiera sido confortable. En autopista es donde el auto mejor se siente, incluso por momentos nos olvidamos de la indecisión de la transmisión. Sin embargo, el TLX no resiste muy bien a velocidades superiores arriba de la segunda centena de kilómetros por hora. Cuando la aguja del velocímetro rompe esa barrera, el aplomo mostrado hacia entonces desaparece y el piloto deberá estar muy atento para mantenerlo a flote.En las curvas ya se siente mejor, aunque la nota aquí tampoco sea sobresaliente. El sistema de ruedas traseras direccionales ayuda, pero la transmisión de nueva cuenta cobra un protagonismo no muy bienvenido con sus cambios constantes y brincos poco agradables.Virtudes sumadas y restadas sus áreas de oportunidad, el Acura TLX resulta un gran coche para el que quiere tranquilidad mental, el que prefiere no ostentar un alemán y, principalmente, quiere gozar de una calidad de servicio que no encuentra en ninguna otra marca Premium en el país.Sí, tal vez el TLX no sea el auto más rápido, ni deportivo ni equipado, pero es el que producirá probablemente la mejor experiencia de propiedad a sus dueños, algo que es fruto del auto sí, pero mucho más de la marca. Y esto, lo vamos a probar durante 90 días. Ya les contaremos.