Lunes, 02 de Diciembre 2024
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Santorini: una isla volcánica con mucha historia

Una hermosa ísula en el Mar Egeo para maravillar a sus visitantes sus majestuosos paisajes bañados de azul y verde

Por: EL INFORMADOR

Ninguna foto real puede expresar el carácter jovial de Santorini como este dibujo sobre cristal, de Antonio, un famoso artista local.  /

Ninguna foto real puede expresar el carácter jovial de Santorini como este dibujo sobre cristal, de Antonio, un famoso artista local. /

GUADALAJARA, JALISCO (05/AGO/2012).- Santorini: única e insustituible, es una de las más hermosas islas griegas que parecen estar flotando en las aguas del Mar Egeo –la parte más oriental del Mediterráneo–. Santorini y las islas hermanas de su derredor, están situadas entre la Grecia hegemónica de antaño; la Turquía de profundas y arraigadas tradiciones; y la legendaria isla de Creta, con su misteriosa civilización Minoica, que habla de hazañas, héroes, toros, y dioses maravillosos.

La isla, pues, está situada en el medio de un enorme crisol geológico, étnico, cultural, religioso y costumbrista, que proviene desde el amanecer de los siglos y... Bien vale la pena que, al estar echándole el conocido vistazo turístico, ligero y actual a Santorini, no dudemos en agregarle una mirada enriquecedora a lo valioso y profundo de sus entresijos físicos, ideológicos y costumbristas.

Santorini (o Thira como era llamada en la antigüedad) prácticamente desapareció del mapa al explotar con gran intensidad el volcán que formaba parte de la isla; habiéndose llevado –además de una infinidad de vidas– gran parte de la civilización minoica que imperaba en la cercana isla de Creta; y hasta la controvertida Atlántida, que Homero describe con vehemencia y gran detalle.  

Desde tiempos medievales se le ha llamado Santorini –en honor a Santa Irene– a los remanentes de la explosión volcánica que dejó sus huellas en la actual caldera (todavía encendida), con su gran “laguna” al centro y rodeada por las pequeñas islas, mudos testigos de la gran explosión sucedida hace más de tres mil 500 años. Vale la pena mencionar que en 1950, una de sus chimeneas volvió a revivir, habiendo, por fortuna, arrojado tan sólo ceniza y lapilli (piedritas de pocos milímetros) sin causar daños de importancia a la población.

Rodeada de acantilados de más de 300 metros de altura, se encuentra la profunda “laguna”,  boca del antiguo cráter en la que, dada la profundidad de sus aguas (400 metros), puede recibir a los enormes barcos crucero, hasta la plataforma que hace de puerto. Ahí es en donde los turistas tendrán que iniciar su ascenso por los cientos de escalones de una escalinata morrocotuda, que pareciera dar la jocosa bienvenida a quienes pretendan “conquistar” a Fira, su ciudad capital, que pareciera estar colgando, con sus blancas casas de carácter marroquí rematadas por vistosas cúpulas azules, del borde del acantilado.

Es bueno aclarar que hay un equipo de bien dotados burros, que pueden se alquilados para hacer el ascenso; son expertos en subir y bajar la escalinata cargando a los asustados turistas sin mayores contratiempos. Confieso que para los asustosos o poco atléticos visitantes, ya ha sido instalado un teleférico que, aunque se pierde un poco la diversión, a veces resulta cómodo por la resaca de la noche anterior en el crucero.

Caminar por el intríngulis de callecitas desacomodadas, entre las casas relucientemente blancas con detalles en azul añil y rematadas con redondas cúpulas al estilo de Túnez o de Marruecos, es una diversión en si misma. Decenas de tienditas de curiosidades y productos regionales aparecen continuamente, rodeadas por restaurantes y tabernas de todos gustos y colores,  esmerándose en ofrecer los platillos más variados de la cocina griega, hacen todo un escenario  El turismo es la base de su economía.

Posadas de todo tipo ofrecen hospedaje para todos gustos y bolsillos. En nuestra visita, tuvimos la suerte de hospedarnos en un viejo convento (que no recuerdo su nombre) donde nos ofrecieron hospedaje en algunos de sus dormitorios que –dentro del claustro mismo– han sido adaptados para recibir a un cierto tipo de turistas que puedan apreciar un lugar así.

Una buena idea para pasar el día, es hacer una caminata hasta el cráter del volcán, disfrutando de las magníficas vistas de uno y de otro lado; para luego regresar a comer un clásico “pita-giro” en una de las tabernas, acompañádo de un buen riego del “Vinosanto” característico de Santo-rini; para luego encontrar un buen lugar para mirar -palabra- unos de los más bellos atardeceres que jamás hayan visto.

¡Que la gocen! Y… ¡Salú…!

PARA SABER

El vuelo

Lo más recomendable es volar a Atenas y de ahí trasladarse a la isla de Santorini. El vuelo redondo tiene un costo desde $48,780.

ANÓTALO


La cama

Stelios Place, situado en la playa de Perissa, la más popular de Santorini. Una habitación doble tiene un costo desde $1,138.

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