GUADALAJARA, JALISCO (07/MAY/2017).- Las calles 64 y 69, de Mérida, llevan a la legendaria Plaza de San Juan, que mira con gozo a la pintoresca iglesia de San Juan Bautista. “Cuando las plagas de langosta atacaron los cultivos de los yucatecos, los vecinos de lo que hoy es el barrio de San Juan, prometieron a San Juan Bautista erigirle un templo si les concedía cedieran ya las amenazas, al recuperar de nuevo los plantíos, aquellos devotos se dieron a la tarea de cumplir con lo acordado; así edificaron una pequeña capilla (1552) en honor al santo que les había regresado sus campos; no obstante al poco tiempo una fuerte hambruna golpeó a la ciudad, motivo que llevo a los habitantes a reafirmar su fe en aquel santo que les regresó el trabajo para que también les ayudara a recuperar su aliento, de esta manera procedieron a levantar aún más la mencionada capilla, convirtiéndola en el majestuoso templo” (www.en-yucatan.com.mx).Después de haber apreciado el templo de San Cristóbal, seguimos la calle 69, con dirección oeste, tras cinco cuadras, llegamos a la Plaza de San Juan, donde antaño había un coso, las animadas corridas se dejaron de efectuar hasta la caída del porfiriato y posteriormente se edificó una plazuela con una escultura del reformador oaxaqueño. Contemplamos una preciosa fuente de una copa floreada, con un pedestal y una hermosa damisela mostrando un cautivador cuerpo con firmes pechos; su falda abierta, mostrando su torneada pierna izquierda; sus manos sosteniendo una jarra de cuello abierto, por la cual brotaba agua; su cabeza inclinada, mirando el chorro. Nos sentamos en una banca sombreada a admirar el templo del año de 1770, el atrio delimitado por columnas con almena y rejas entre ellas, la puerta principal, en dos hojas de madera, con chapetones y una cruz trebolada. Las enjutas del marco animadas por flores y hojas en relieve, en la pechina, tres abanicos, y el friso igualmente adornado con motivos vegetales. Sobre la cornisa, un barandal de fierro, de la puerta coral, de expresiva forma, enmarcada por columnas dóricas y rematada por una bizarra venera, arriba, dos leones y un exquisito arco conopial, con una almena por lado, al fondo y por remate, una barbicana curveada con decoración vegetal, en la cima posa San Juan, mirando a su querido barrio. La portada fue flanqueada por tres columnas en media luna por costado, de buen radio, rematadas por capiteles dóricos con almena. Atrás de las columnas extremas sobresalen los campanarios, de influencia churrigueresca, de planta cuadrada y de tres cuerpos, con un vano arqueado por cara, la cubierta en punta, conformada por gajos, las esquinas del desplante con almena.La puerta lateral, adentrada y enconchada, en arco de medio punto, alegrado con flores y hojas, arriba del arco, la concha, y más arriba, más flores y hojas. Por remate un arco conopial rematado con almenas. El interior ostenta de una fuente nombrada, “La Negrita” y de una escultura de Santa Teresa de Jesús. La esquina continua la ocupa la atractiva sacristía, con fabuloso portal de arcos trilobulados, sobre capiteles toscanos y columnas redondas. De la sacristía dimos unos pasos para ver el famoso arco de San Juan, que antaño daba la bienvenida a los venidos del sur, sendero a Campeche, indicaba el límite de Mérida, data del siglo XVII, hoy por hoy es un icono del barrio. El arco es en medio punto, con un vano arqueado para el venerado santo, acompañado por un vano redondo por costado, en la cresta y a los lados, una almena piramidal. Una placa dice: “ARCO DE SAN JUAN CALLE 64. MANZANA 18. CUARTEL 13 AÑO DE 1790 ESTE CAMINO SE DEVE A LA PERSONA ASISTENCIA, BUEN CELO Y PRUDENTE POLITICA CON QUE EL GOB… LUCAS DE GALVEZ SUPO ANIMAR LOS ESTIMULOS GENEROSOS DE UN PUEBLO AMANTE AL COMUN BENEFICIO, PROPENSO A LA LIBERALIDAD, EN CUYO NOBLE RECURSO ALLO LOS FONDOS DE SU ABERTURA Y CONSTRUCCION”. Vicente García Remus