San Blas, el descanso cristalino

GUADALAJARA, JALISCO (28/JUL/2013).- Las delicias de la playa no siempre están al pie de los complejos turísticos más importantes ni de los más lujosos. Existen ciertos caprichos de la Naturaleza que son capaces de deleitar al turismo más exigente y delicado cuando de confort y entretenimiento se trata.

San Blas es un ejemplo. Este municipio del estado de Nayarit goza de las bondades que el Océano Pacífico regala en la región poniente de México, con un mar azul y fresco que va y viene entre los parajes arenosos dorados que se aferran a las costas, y que durante todo el año ofrecen actividades familiares, deportivas, culturales y de aventura ecológica y marina.

San Blas se localiza a 62 kilómetros de la capital nayarita, Tepic, lo que le brinda las facilidades de contar con los servicios básicos para breves y amplias estadías de descanso, desde aquellos que sólo buscan la tranquilidad y degustar de un plato de mariscos sazonados, hasta aquellos que desean realizar actividades en las que la adrenalina es el principal motor en dinámicas sumergidas en el mar, en el aire y en las veredas tropicales.

Una de las principales características de San Blas es su amigable clima que se mantiene templado, pero con ese halo característico del calor playero y las frescas brisas nocturnas. Es en la Naturaleza donde este punto ha encontrado su riqueza e insignia particular, perfilándose como un sitio ideal para vacacionar durante todo el año, desde un ambiente familiar, romántico o de diversión entre amigos.

A pesar de los diversos hoteles que tienen áreas de playa familiar, San Blas aún cuenta con arenas poco exploradas que sirven de punto de reunión para aquéllos que prefieren la privacidad y el modo de campismo, a la par de los surfistas que se dan cita para aprovechar el oleaje que de mayo a septiembre son ideales para soltar las tablas; entre las más visitadas están las playas de Bahía de Matanchén, Los Cocos, Las Islitas y El Borrego.

Identidad pirata y adrenalina

San Blas se resiste a dejar su encanto pueblerino, por lo que recorrer a pie su centro histórico es una experiencia tranquilizante y cultural, a través de los museos y casonas antiguas que tienen como tema de atracción la vida pirata que detonó en la época colonial.

Es precisamente la historia de San Blas lo que atrae a cientos de curiosos que desean conocer la vida y costumbres que el puerto tuvo después de la colonización, pues según detallan los cronistas de la región, en la temporada colonial la costa nayarita fue de las más importante del Pacífico Norte, lugar que daba albergue a los buques de guerra como el Santiago, La Favorita, La Princesa, el San Carlos y el San Antonio.

Aún se exhiben vestigios de aquellos combates piratas entre fuertes construcciones que fungían como protección y murallas, así como cañones de guerra, cofres y vestimenta típica de la época de las doncellas y pescadores.

Las actividades de entretenimiento desarrollas en San Blas, abarcan todo un espectro de diversión adecuada para cada necesidad del turista, ofreciendo dinámicas desde los clásicos buceos, hasta recorridos a pie y en bicicleta entre la flora y fauna nativa de la región.

El buceo es uno de los servicios de mayor demanda y gusto entre los turistas, pues además de la actividad física, la experiencia de sumergirse en las aguas costeras permite al visitante conocer hermosos paisajes submarinos colmados por corales y peces de todo tipo. La playa Los Cocos es una de las protagonistas. A 14 kilómetros del sureste de San Blas, este pedazo arenoso es casa para especies como el pez vela, el atún de aleta amarilla, el pargo, la sierra y el dorado, entre otras.

Para los aficionados al campismo, la zona de La Manzanilla —a 20 kilómetros de San Blas— es ideal para quienes buscan la tranquilidad; la mayoría de los visitantes suelen quedarse por varios días en casas rodantes y cabañitas, y disfrutar de los platillos típicos que los habitantes locales preparan con pescados y mariscos recién sacados del mar.

Pero si de belleza se trata, San Blas tiene su carta fuerte: La Tovara, una localidad que se localiza a dos kilómetros del puerto, y en el que las aguas dulces son el paraíso viviente a través de los manantiales que se transforman en ligeros ríos y lagunas, en el que los visitantes pueden zambullirse sin ningún problema y disfrutar de los beneficios minerales que los cristalinos líquidos brindan al cuerpo.

Por si fuera poco, el paisaje se nutre de flora ente lirios, orquídeas, higueras, helechos y algunos animales como la garza blanca, el pato buzo, lechuzas y tórtolas, entre otras. La Tovara está abierta al público todos los días del año, desde las 08:00 hasta las 18:00 horas.

Parajes por descubrir

Estando de visita en San Blas, el paseante puede escabullirse a otros sitios de interés de Nayarit, como lo es el Parque Nacional Isla Isabel, cual se ubica a 74 kilómetros del puerto, siguiendo la vía marítima. Este lugar responde a una de las reservas ecológicas más importantes de México que destaca por su conservación y diversidad, en cuanto a aves marinas, como la tijereta, pájaro bobo, pericote, rabijunco y la gaviota, entre otras.

A escasas dos horas se encuentra la Isla de Mexcaltitán, que siguiendo la carretera 54, desemboca en un observatorio natural de aves. Otra opción es la zona conocida como La Bajada, en el que se ofrecen diversas rutas de safaris fotográficos.

De esta forma es como San Blas destaca como un destino plácido y perfecto para los momentos de relajación. Sus calles se visten de colores ante el festín de artesanías que, fabricadas de conchas, caracoles, estambre, tejidos de lana, ropa bordada, trajes típicos y chaquira, de la cultura Cora y Wixárika.

Para las festividades, San Blas celebra cada 2 de febrero a la Virgen de la Candelaria, entre procesiones y danzas de arco y flecha. En junio, Mexcaltitán se realiza la Fiesta de San Pedro y San Pablo, en la que se practican competencias en lanchas. De paso, la diversidad gastronómica reluce por sus platillos típicos de pescado zarandeado en madera de mangle, así como empanadas, tostadas y pasteles de mariscos.

Existen alrededor de ocho tipos de tablas de surf. Pueden adquirirse nuevas y de medio uso. La venta de estos artículos es en tiendas especializadas ubicadas en centros comerciales o también en tiendas de artículos deportivos. Para más información:

http://www.tablassurfshop.com/tablas-surf-shop.aspx