Suplementos | Quince pistas para enamorarse de la metrópoli checa Praga: entre Kafka y una Pilsner La ciudad suena a Dvorak y a Smetana; se refresca con más de 500 cervezas y sabe a salchichas de la Plaza Wenceslao Por: SUN 2 de septiembre de 2012 - 00:46 hs PUENTE DE CARLOS. Una joya gótica que cruza el río Moldava para unir la Ciudad Vieja (Staré Mesto) con la Ciudad Pequeña ESPECIAL / PRAGA, REPÚBLICA CHECA (02/SEP/2012).- Toma un mapa y piérdete para descubrir las tiendas y bares que no aparecen en las guías de viajes. Sugerimos una estancia de cuatro a cinco noches en Praga. La ciudad es delirante, no sólo por su arquitectura, con ejemplos que permanecen intactos desde hace mil años, sino por la cantidad de turistas que llegan a esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Pero qué se le va a hacer. Tan sólo al estar en el interior de la Catedral de San Vito uno ya se siente insignificante, pero tocado por Dios a través de los rayos de luz que atraviesan los vitrales de dicho monumento, el icono de la capital del antiguo Reino de Bohemia. Y después de tanto asombro, habrá que buscar un bar y pedir una pilsner o cualquier otra cerveza. Alguien podrá sugerirte alguna con la suficiente autoridad, pues es el país donde habitan los mayores consumidores de cerveza en el mundo. No olvidemos mencionar que República Checa también exporta a Dvorak, a Milán Kundera y el absinthe. 1.- La arquitectura Praga conserva una arquitectura viva de más de mil años. Fue invadida durante la Segunda Guerra Mundial, pero resultó ser más afortunada que otras urbes europeas que quedaron destruidas, cuenta Fernando Cano, de la Oficina de Turismo de República Checa. El viajero puede perderse entre edificios románicos, como la Basílica de San Jorge; góticos, como la Catedral de San Vito; renacentistas, como el Antiguo Palacio Real, en el Castillo de Praga, o la Casa al Minuto, en la Plaza de la Ciudad Vieja; barrocos, como el Templo de San Nicolás y rococós, como el Palacio Kinsky. Algunos tour operadores organizan recorridos de arquitectura que incluyen edificios contemporáneos como la Casa Danzante, de estilo deconstructivista, concebida por Frank Gehry y otros arquitectos. Su forma, sin líneas rectas, parece la de una pareja bailando. Por eso lo llaman Ginger & Fred, en alusión a Ginger Rogers y Fred Astaire. En el piso siete se abrió un restaurante de lujo, Celeste, con una vista única a la ciudad (www.celesterestaurant.cz). 2.- El puente de Carlos Una joya gótica que cruza el río Moldava para unir la Ciudad Vieja (Staré Mesto) con la Ciudad Pequeña (Malá Strana). Las 32 estatuas de santos de estilo barroco, no son las originales. Estas se conservan en el Museo Nacional de Praga. El puente, de 516 metros de largo, comenzó a construirse en 1357. La primera estatua que se levantó fue la de San Juan Nepomuceno. En vida, el hombre fue tirado al río por orden de Wenceslao IV. Un deseo le será concedido a quien coloqué su mano izquierda en la base de la estatua del santo. En temporada alta, el puente está infestado de turistas, de puestos y artistas callejeros. Los más neuróticos, con reloj en mano, dicen que han tardado hasta 40 minutos en atravesarlo. 3.- El castillo de Praga Del siglo IX. Es el complejo medieval más grande del mundo (70 mil metros cuadrados) y el único en República Checa que permanece abierto durante todo el año. Intramuros se levantan la Catedral de San Vito, el icono de Praga; el Palacio Lobkowicz y su museo del Reino de Bohemia, y el Callejón del Oro, con tiendas de artesanías alojadas en casitas muy antiguas. Desde la colina se domina toda la ciudad. Observa el cambio de guardia todos los días, a las 12. Entrada: de 250 a 350 coronas (ww.hrad.cz). 4.- La Catedral de San Vito Su construcción comenzó en 1344 y terminó hasta el siglo XX. El rey Carlos IV la mandó edificar al estilo de las catedrales góticas francesas. Contiene unos enormes vitrales en los que hay que detenerse un momento, la tumba de Wenceslao IV y las joyas de la Corona. Sirvió como lugar de coronación de los reyes de Bohemia y como tumba real. Programa conciertos de música clásica. 5.- El reloj astronómico Construido en 1490 por un relojero al que, según la leyenda, le sacaron los ojos para que no repitiera su obra. Cada hora, de 9:00 a 21:00 horas, aparecen las estatuas de los 12 apóstoles. Además de la hora, muestra la posición del Sol, las fases de la luna, los ciclos astronómicos y las fiestas del calendario cristiano. Cuatro figuras humanas rodean la segunda carátula simbolizando la muerte, la lujuria, la vanidad y la avaricia. En la Torre gótica del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja. 6.- La Plaza de la Ciudad Vieja Desde hace mil años ha sido escenario de protestas, ejecuciones y bodas. Algunos de los edificios principales que la rodean, además de la Torre del Ayuntamiento, son la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, con el altar más alto de Praga; La Casa al Minuto, con esgrafiados en su fachada (la misma que fue habitada por Franz Kafka) y la iglesia barroca de San Nicolás. Aquí también se concentran cafés, bares y restaurantes. 7.- Monasterio de Strahov Es uno de los complejos románicos más antiguos de Europa. En el Templo de la Abadía de la Asunción de la Virgen María se conserva el órgano que tocó varias veces Mozart y en la biblioteca se resguardan manuscritos medievales, mapas y globos terráqueos. Su pinacoteca es una de las más importantes de Europa central. 8.- Franz Kafka Dicen que “Kafka es Praga y Praga es Kafka”, aunque al autor de La Metamorfosis parecía no agradarle del todo su ciudad. ¿Qué pensaría ahora que varios tour operadores organizan recorridos guiados (y muy bien hechos) para seguir su rastro? La ruta busca su espíritu, sus gustos, aunque sea unas líneas de sus obras, la historia de sus últimos años tormentosos, su infancia y juventud en sitios como el número 22 de la Calle del Oro, en el Castillo de Praga, una casita que habitó durante algún tiempo, o la Casa al Minuto, en la Plaza de la Ciudad Vieja que vale la pena visitar para contemplar su fachada decorada con la técnica del esgrafiado. Franz Kafka es un buen pretexto para entrar a los cafés Slavia y Louvre, frecuentados por él. Ahí, también vuela la imaginación de los viajeros. Un curioso monumento se le dedicó muy cerca de la Sinagoga Española y hace unos cuantos años se abrió un museo con una exposición interactiva (aunque no muy buena, comentan algunos fanáticos kafkianos). 9.- Las calles Parizska y Nerudova Parizska, que desemboca en la Plaza de la Ciudad Vieja, es el equivalente a Presidente Masaryk de la Ciudad de México –pero con banquetas en buen estado–, ocupada por boutiques de grandes firmas. Otra opción para gastar la suela es la calle Nerudova, llamada antiguamente el Camino Real, que parte de la Plaza del Barrio Pequeño hasta el Castillo de Praga. Hay que poner atención a los portales de las casas, las puertas antiguas, con sus decorados y lo signos que les daban sus nombres: De Tres Violines, De Dos Soles, De la Llave de Oro. 10.- La Isla de Kampa Un pedacito de tierra artificial, del lado de la Ciudad Pequeña, en el río Moldava, muy cerca del Puente de Carlos. Por las noches, sus bares y restaurantes adquieren una personalidad romántica. Ahí se encuentra el Muro de John Lennon, ahora lleno de graffitis -que significó, en su momento, la protesta contra el régimen comunista-, las casas de compositores, escritores y artistas famosos, el Museo Kampa, de arte moderno, y la calle Jirí Cervený X9, la más pequeña de Praga, de tan sólo 27 metros de largo. 11.- Música En Praga, el jazz y el blues son casi tan poderosos como la música clásica. Se organizan festivales y conciertos durante todo el año, y no pocos son los clubes hechos para los fanáticos de estos géneros. Algunos de ellos: el AghaRTA Jazz Centrum, el Lucerna (aunque esté invadido de turistas), el Reduta y el Jazzboat Prague, un paseo nocturno de casi tres horas a bordo de un barco sobre el río Moldava, con o sin cena incluida. Música clásica. La ciudad presume el genio de dos grandes compositores checos, Bedrich Smetana y Antonin Dvorak, cada uno con su propio museo. Al segundo se le dedica cada año un festival en Praga: el Festival Internacional de Música Dvorak Praga, del 8 al 22 de septiembre (www.dvorakovapraha.cz). 12.- El Teatro Nacional Ópera, teatro y danza en un recinto neorrenacentista a orillas del río Moldava. Se inauguró en 1881. Tras un incendio fue reabierto en 1883. El viajero no debe perderse una función de teatro negro en este recinto o en sedes alternas como la Linterna Mágica. De acuerdo con Fernando Cano, es un teatro que no te exige idiomas, es muy expresionista y místico. Emplea técnicas audiovisuales y otras herramientas que juegan con la imaginación del espectador (www.national-theatre.cz). 13.- La cerveza Ni alemanes ni irlandeses ni belgas. Los checos son los mayores consumidores de cerveza a nivel mundial, contando a niños y ancianos. Se producen más de 500 marcas de cerveza en el país, aunque la más popular es la Pilsner, una cerveza rubia que se produce desde 1842 en la ciudad de Pilsen. Es la preferida de muchos locales, pero tenemos otra sugerencia: la Kosel’s Medium, tipo pale Lager, que en 2008 fue elegida por el Instituto de la Cerveza y la Malta, como la mejor del país. En Praga encontrarás algunos bares y restaurantes que elaboran artesanalmente su propia cerveza. Y para salir de la ciudad, existe una ruta que incluye Pilsen y el spa de la cervecería Chodovar (chodovar.cz). Dónde probarlas: en Novometsky Pivovar (cerca de la plaza Wenceslao), que produce su propia cerveza, y el bar U Vejvodu. 14.- La comida Prueba el gulash (estofado de carne bañado en una salsa); pato al horno, los dumplings y el strudel de manzana, originario de República Checa. Uno de los mejores restaurantes de comida regional es el Zlata Praha, dentro del hotel Intercontinental. Los puestos de salchichas de la plaza Wenceslao son la salvación de aquellos viajeros con poco dinero. Sus salchichas de talla extra grande pueden ir con cebolla o col preparada; mayonesa y mostaza al gusto, solas o en hotdog. 15.- Las compras Las marionetas de madera talladas a mano representan personajes de historias populares y son una tradición que se remonta al siglo XVII. El Teatro Nacional de las Marionetas, en la Plaza de la Ciudad Vieja, presenta funciones para niños y adultos. Una de las más emblemáticas es Don Giovanni, basada en la obra de Mozart. Cuenta con un museo y una tienda (www.mozart.cz). PARA SABERCómo llegar Iberia ofrece vuelos (viaje redondo) desde mil 10 dólares por persona, partiendo entre semana, a mediados de septiembre y regresando una semana después. TOMA NOTAAlgunos detalles *Moneda. Corona checa. Equivale a 67 centavos de peso, aproximadamente. *Prague Card. Tarjeta de ahorro en más de 40 atracciones. Puede incluir transporte y tienen vigencia de dos a cuatro días. Puedes ahorrar hasta 40% (www.praguecitycard.com). La cama Por regulaciones del Gobierno checo, salvo los hostales, todos los cuartos tienen baños privados. Busca ofertas para mexicanos en la página www.latam.czechtourism.com Cómo moverse en la ciudad Metro, tranvía y autobús. Se utiliza el mismo boleto para los tres y la tarifa depende de la vigencia, de 90 minutos a 72 horas, con un costo de 32 a 310 coronas ($206.86). Si llevas equipaje pagarás 16 coronas más por maleta. La ciudad tiene autobuses y tranvías nocturnos de las 24 horas a las 4:30. Frecuencias cada 30 minutos. Temas Pasaporte República Checa Lee También ¿Quién era Isidro Cortes, jefe policial de Texcaltitlán que se quitó la vida? 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