Suplementos | Adrenalina. No sólo de playa viven los turistas Por caminos intrépidos Emociones tierra adentro, en el aire o a cuatro ruedas Por: EL INFORMADOR 12 de agosto de 2012 - 01:34 hs Vértigo. Puente colgante a 50 metros de altura, en el circuito de tirolesas. / GUADALAJARA, JALISCO (12/AGO/2012).- Nos vamos a Manzanillo un fin de semana, un puerto en el estado de Colima conocido como “la capital mundial del pez vela”. Dicha especie habita en los mares de esta región, donde año tras año se lleva a cabo el Torneo Internacional de pesca deportiva. Esta vez le dedicamos menos tiempo a la playa para ir tierra adentro, a volar entre las copas densas de los árboles tropicales y manejar cuatrimotos sobre caminos accidentados (y encharcados) hasta llegar a una playa solitaria. Y después del ajetreo, iremos a Comala, el pueblo en el que, dicen, Juan Rulfo situó su novela Pedro Páramo. Zangoloteo en cuatro ruedas Uno de los recorridos más emocionantes es en cuatrimoto. Nuestra caravana arranca en el municipio Chandiablo, a 30 minutos del centro de Manzanillo. El sonido de los motores encendidos produce un poco de nervios, pero también promete mucha diversión y velocidad. Siguiendo rituales personales de buena suerte, busco un vehículo con número par. Me llama el número cuatro. Me coloco el casco, los goggles y un paliacate para proteger mi nariz y boca de la tierra, lo voy a necesitar, me comentan. Las cuatrimotos son muy fáciles de manejar: una vez identificado el botón para frenar, nos dejamos deslizar por el camino que nos introducirá en un paisaje de vegetación exuberante. El amplio sendero permite que dé rienda suelta a la adrenalina subiendo de vez en cuando la velocidad. Por donde quiera aparecen árboles copeteados y por momentos creo que me cierran el paso con sus ramas entrelazadas. Después de un par de kilómetros recorridos, el camino se bifurca: del lado izquierdo se levantan montañas de tierra y del otro lado, el suelo es planito. Por error tomé el camino difícil, nunca vi la señal del guía que nos indicaba seguir por la derecha, así que no tuve más remedio que saltar grandes obstáculos. Luego de acelerones y zangoloteo logré unirme de nuevo al grupo. Después de un par de horas, paramos en un mirador para tomar fotografías del Cerro de la Vaca, un peñasco de 400 metros de altura, bañado por el agua azul radiante del mar. Un kilómetro más y llegamos al punto culminante del trayecto: la playa desértica Peña Blanca. En terreno arenoso, apagamos el motor y bajamos de las cuatrimotos para descansar y deleitarnos con la sinfonía del mar. Terminamos agotados y hambrientos. A los más nerviosos, les auguro, para el sía siguiente, un dolor insoportable de brazos por tensar los músculos. Aventura desde las alturas Salimos el sábado por la mañanita hacia al ejido de Francisco Villa, a 20 minutos de Manzanillo. Ahí se encuentra Natura Camp, un campamento ciento por ciento ecológico. Para su construcción se utilizaron materiales reutilizables -como plástico y llantas-; la energía eléctrica se obtiene por medio de celdas solares y los desechos se reciclan. El principal atractivo son sus tirolesas, cinco líneas en total: la más alta, a 80 metros de altura, mide 480 metros de largo; dos son de 300 metros y las dos últimas miden 150 y 100 metros de longitud. Antes de subir un cerro nos colocan el equipo: arnés y guantes. Es recomendable llevar una pequeña botella de agua y una toalla para limpiarse el sudor de la cara, pues hay que emprender una larga caminata para alcanzar la cima. A mitad del camino, en nuestro primer punto de descanso, nos dan las instrucciones para un viaje sin problema: el cuerpo debe estar inclinado y una mano siempre debe ir por detrás de la cabeza para reducir la velocidad cuando estemos a punto de alcanzar la siguiente plataforma. La mano no se desliza por el cable, para frenar, sólo se dan pequeños toques. No hay riesgo de lastimarnos, por eso necesitamos los guantes. Del otro lado nos espera un experto, atento para ayudarnos a frenar, si es necesario. El parque agrega un atractivo más: un puente colgante cuyo vaivén hace tropezar a más de uno. Nos separan 50 metros del suelo. Este escenario, en medio de una enorme cortina vegetal con árboles de dosel, me hace sentir parte de una película de acción. Seguimos cuesta arriba, aproximadamente 400 escalones para ejercitar pierna. Desde la cima observamos los árboles de más de 60 metros de alto que ahora parecen pequeños arbustos. Para emprender el vuelo y poder “aterrizar” se construyeron plataformas de madera en diferentes puntos. Es mi primera vez, así que en mi estómago hay una revolución de mariposas y un ligero cosquilleo se siente en las piernas. En pocos segundos mis pies se despegan del piso y mi cuerpo pende de un cable. El trayecto dura menos de un minuto. No puedo evitar sonreír y gritar. La velocidad y una brisa me acompañan y una alfombra verde se extiende por debajo de los pies. Cuando llega el momento de frenar, hay que estar atento y, sí, algunos se preocupan. Así de emocionantes fueron las otras líneas. El miedo, finalmente se convirtió en ganas de repetir la experiencia. Nuestro éxtasis se apaciguó al entrar a la UMA (Unidad de Mantenimiento Ambiental), una reserva donde cuidan venados de cola blanca. Algunos animalitos se alejaban temerosos y otros, más vivaces, se acercaban para arrebatarnos de un mordisco las hojas de lechuga que les mostrábamos. El parque no abre todos los días con la intención de mantener el equilibrio ecológico de la zona. Por eso se recomienda hacer reservación. Para realizar esta actividad, es indispensable que el visitante pese 50 kilos como mínimo. La tirolesa soporta hasta 120 kilos. Niños que tengan más de dos años, pueden deslizarse con sus padres. Después del mediodía salimos a Playa Azul, a devorarnos una paella cocinada en el restaurante del hotel Marbella, en el corazón de la zona hotelera. Las mejores mesas se encuentran en la terraza. Desde ahí los comensales se refrescan con la brisa y disfrutan la vista del mar. Recomendamos las empanadas de jamón con queso, los hongos con aceite de olivo y guajillo y los pulpos con papas y chile. TOMA NOTA La diversión - Cuatrimoto Tláloc Tours. Llama al (314) 334 11 80. Contacto: tlaloczlo@hotmail.com - Tirolesa Natura Camp. Teléfono: (045) 314 1019 949. Contacto: informacion@naturacamp.com, página web: www.naturacamp.com - Iguanario Archundia, Calle 21 de Marzo 521, en el centro de Manzanillo. Cooperación voluntaria. PARA SABER Dónde dormir - Hotel Barceló Karmina. Desde mil 964 pesos por persona, por noche. Plan todo incluido. Teléfono: (314) 3311 359. www.barcelo.com/manzanillo - Hotel Marbella Manzanillo. Desde 777 pesos por noche. A cinco minutos del Centro de Manzanillo. Teléfono: (314) 333-1102. http://www.hotelmarbella.com.mx/ Temas Turismo Pasaporte Deportes extremos Lee También Lorena Martínez impulsará regiones de Jalisco y Pueblos Mágicos Estos son los deportes más costosos del mundo, según la IA Jalisco tiene uno de los mejores destinos este 2025; descubre dónde México lidera medallero de la Serie Mundial de Para Natación 2024 Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones