Pestañas, más que un accesorio

GUADALAJARA, JALISCO (07/ENE/2011).- La propia mercadotecnia y los estándares de belleza nos marcan que la imagen estética debe ser la más exótica y delineada, siempre al margen de lujo y la sensualidad. Sin embargo, en muchas ocasiones dejamos de lado lo que realmente es importante: el estado de salud en el que se encuentra cada una de las partes del cuerpo.

Y aunque no lo parezca, las pestañas son una extensión de nuestro organismo, vital y específico para realizar las actividades más simples durante el día, como tener una estupenda vista a cualquier hora del día, sin importar la intensidad de luz que haya, o enfrentar las ráfagas de aire y bacterias más bruscas que podamos imaginar.

La función de las pestañas es básica, nos protegen de la luz solar, de la contaminación y de agentes bacterianos latentes en el ambiente. Patricia García, dermatóloga de la Clínica Dermédica, nos explica las circunstancias a las que las más de 100 pestañas que poseemos -en cada párpado- pueden padecer, incluso enfermedades que más que brindar estética al rostro, impactan agresivamente en el resto de nuestras funciones.

Por mucho tiempo, la palabra pestaña ha sido referente a la feminidad, un tema exclusivo para mujeres, por lo que la mayoría de los hombres olvidan darles “mantenimiento” para tenerlas en óptimo estado y así desencadenar una herencia genética saludable. La especialista destaca que la fisiología natural en cada pestaña debe ser lo “suficientemente larga, oscura y gruesa”, para evitar la pérdida temporal de éstas, infecciones directas al ojo y tolerancia a distintas intensidades de luz.

Para toda la vida

Genéticamente el cabello, cejas y pestañas cambian a lo largo de la vida, desde el nacimiento hasta el proceso de envejecimiento.

“Con el paso del tiempo, o simplemente por la edad, las pestañas pueden ir adelgazando e irse perdiendo en cantidad, como ocurre con el cabello; en otras ocasiones, ya sea por sufrir algún padecimiento, por la mala alimentación, el estrés o por causas externas”, explica Patricia García.

Enfermedades silenciosas

Al igual que cada sistema en el cuerpo, las pestañas pueden presentar algún trastorno que afecten seriamente sus funciones. La dermatóloga detalla los tres principales padecimientos, que sin importar la edad, sexo o clase social, se adquieren en un abrir y cerrar de ojos.

Alopecia areata: es la pérdida o caída transitoria de las pestañas, también puede afectar al cabello, cejas y vellos. Es una enfermedad de causa desconocida; la pérdida es temporal, por lo que la recuperación de cada folículo no requiere de una cicatrización en su raíz.

Hipotricosis: es la disminución del folículo que también puede afectar al cabello, cejas y pestañas; puede asociarse a una pésima nutrición o periodos importantes de estrés fisiológico.

Pérdida o alopecia traumática: es la presencia de irritación en el párpado o una determinada área afectada. “El paciente, inconscientemente o sin planearlo, se rasca o talla, por lo que traumatiza al área de implantación de la pestaña y como resultado la pestaña se pierde”, afirma la especialista.

Los mitos de siempre

Nunca está de más el comentario de algún conocido que asegura que tal producto o remedio casero le funcionó a Perenganito en cierta enfermedad. Por generaciones, uno de los mitos o consejos más dichos para que las pestañas crezcan relucientes y hermosas es: “untarse aceite de almendras… que rímel con aceite mamey para crear un efecto más profundo y grueso, y que si recortándolas un poco las pestañas se enchinan”. Estos consejos y un sinfín de recomendaciones pasan de boca en boca, hasta que alguna enfermedad severa se hace presente y es necesario acudir con el médico.

“Como todas las cosas que son mitos puede que a alguien le funcione y a otro no, como no son hechos científicos, ni existen estudios diseñados para comprobar su uso, no podemos afirmar que sirvan. Esa es la gran diferencia de tener un producto en el mercado que sí sea funcional y científicamente probado con estudios de seguridad”, destaca la especialista.

Asegura que el único producto –establecido como tratamiento médico para alargar, engrosar y pigmentar cada pestaña– es Latisse, que desde 2008 fue certificado por laboratorios científicos de Estados Unidos.

“Es un producto único en su especie, estimula el crecimiento de la pestaña desde su raíz gracias a la ‘Melanogénesis’, que genera la producción del pigmento en la pestaña para que sea más oscura. Esto se traduce en tener una pestaña más larga y gruesa. Los pacientes van a lucir una mirada mucho más linda y fisiológicamente buena”.