GUADALAJARA, JALISCO (26/MAR/2017).- Hace unos cuantos días que entramos en la estación primaveral y con ella los rincones de nuestro país se desenrollan tapices de colores que engalanan con vegetación cada cerro, cañada, monte y valle. Pero en algunos lugares parece que la primavera no necesita volver, pues está presente de forma permanente…tal como sucede en Atlixco.“Heroica”, “Joya de la sierra Norte de Puebla”, “Pueblo Mágico” o “Cuna de las flores”. Todas las etiquetas anteriores le ajustan a la perfección a esta localidad, aunque será la que le otorgues una vez que la conozcas la que se quede en tu mente.Con el volcán Popocatépetl en el horizonte y a 25 kilómetros de la capital de esa Entidad, este Pueblo Mágico presume como uno de sus principales encantos de un clima envidiable todo el año. También destaca el respeto que guarda de sus tradiciones y la rica conservación que presenta su Centro Histórico, cuyos edificios de arquitectura colonial transportan a los viajeros a los años dorados de la Nueva España.Al escribir que Atlixco está en Puebla puedes imaginar que en su oferta gastronómica brilla el mole, pero también destacan la cecina, los chapulines fritos, el consomé y las truchas. No puedes dar por terminada la comida sin disfrutar de un helado, famosos en todo ese Estado y que se han vuelto un auténtico imán de turistas.Si deseas adentrarte en estos sabores, debes darte una vuelta por el mercado de la ciudad, que se encuentra muy cerca de su encantador y colorido Zócalo, cuyas jardineras son eternas fuentes de flores. Aquí también se dan cita artistas y turistas, lo que convierte a este punto del pueblo en un espacio de encuentro y bullicio. Los colores de Atlixco no están únicamente en sus platillos. Las flores son un elemento omnipresente en su rica cultura, gracias a sus ricos viveros. El próximo Viernes Santo, por ejemplo, la ciudad se adorna con un camino de flores de colores vibrantes, así que si lo tuyo es el turismo fotográfico, es algo que no te puedes perder. Si bien el sentimiento católico está firmemente arraigado en los habitantes (basta con admirar las impresionantes construcciones del Ex Convento del Carmen, Ex Convento de San Francisco y la Iglesia de la Merced), también es correcto decir las costumbres prehispánicas se mantienen como parte de la cultura popular. Aún se honra a Quetzalcóatl, Xochipilli y el Huey Atlixcáyotl en fiestas de música y danzas tradicionales. Con un pasado tan presente y un futuro tan brillante, no es extraño que aquí la primavera haya decidido quedarse.