Sábado, 07 de Septiembre 2024

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Suplementos | Su primer cheque como cineasta lo recibió a los 20 años

Pancho Rodríguez, Cieneasta, luchador y guerrero

Un recorrido por la vida del cineasta

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- En el marco de la 24 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, el tema de las reuniones se vuelve “cine”. Y que mejor experiencia que presentarles a un personaje que como él dice: “Nace, crece y se reproduce en Guadalajara”. Efectivamente, Pancho Rodríguez es tapatío como las tortas ahogadas. Es cineasta, escritor de cine, músico, diseñador, creativo.

Nuestro encuentro es en el corazón de la zona de Chapultepec. Llega a la cita en su bicicleta de ciudad, tranquilo y relajado, pide agua mineral, saluda y entonces viene la pregunta obligada ¿cómo y cuándo te llega el gusto por el cine?

“Cuando yo estaba chavito. El gusto por el cine lo adquirí de mi papá, es ventrílocuo, “Vicente y sus muñecos”, y toda mi familia venimos de la estirpe de circo y de teatro de revista,  burlesque y todo eso.

Mi papá de niño me llevaba mucho al cine, sobre todo a ver películas mexicanas, todo lo que viene siendo el cine de los años ochenta y noventa, cine mexicano, del narco a la sexy comedia y todo este rollo.

A mi me gustaba mucho el cine de luchadores y de chiquito yo quería ser luchador.
Mi papá conocía al “Diablo” Velasco, quien aquí en la Coliseo era el entrenador por antonomasia de los luchadores, como Mil máscaras, Rayo de Jalisco. A eso de los 10 o 11 años fue cuando me di cuenta que igual no me gustaba tanto la lucha sino las películas de luchadores. En ese momentio me di cuenta de que traigo ganas de contar historias y que me emociona mucho la pantalla. Así es como dejo la lona blanca -que nunca pisé como luchador- para buscar la lona blanca de la pared.

Por ahí de los 12 años alguien me regala un cuaderno de pastas duras y se convierte en el cuaderno importante y es en donde empiezo a escribir este híbrido de historias sin formato definido (fusiles casi todos de cosas que yo había visto), copias a mi manera y esto se empieza a mezclar con el juego de la niñez a veces con soldaditos y coches”.
 
Al llegar a los 15, y tras haber llegado con sus historias bajo el brazo, entró a estudira al Centro de Investigación y Enseñanzas Cinematográficas (CIEC). Sin cumplir con el requisito de haber terminado la preparatoria fue admitido en la escuela pues llegó con “dos largometrajes y como 20 argumentos”, sonríe al recordar aquellos días en los que convivió con grandes personajes como don Emilio García Riera (que en paz descanse) y Jaime Humberto Hermosillo.

En su adolescencia pasaba las mañanas aprendiendo cine y en las tardes en la prepa. Sus conocimientos sobre el cine populachero que se hacía en México, aunado a sus conocimientos le dieron a Pancho “una perspectiva que yo agradezco mucho porque en el momento de mi formación yo tenía referencia de las películas nacionales, mientras en la escuela conocía el cine de arte, el cine histórico, el cine de autor; finalmente lo que llega a suceder es que mi estilo o lo que yo quiero contar, se fusiona de ambas corrientes o de ambas referencias” dice al tiempo que toma un poco de agua mineral.

Tiempo de filmar


Pancho, decidido como siempre y preparado para todo, en 1999 arranca con su primer largometraje: “Esto ocurre a mis 23 años. Es un largometraje que se llama Balas Salvajes, y que para mi era el título ideal, pues se trata de una parodia del tipo de películas que se hizo para los video homes, que tuvieron un auge importante en los años 90, películas de acción de bajo presupuesto que iban directamente a la televisión con temas de acción o del narco o muy urbanas”.

En ese mismo año gana una beca para escribir un libro, con una historia que también habla del crimen y la estafa ¡ah! y de balas , el título es Una de balazos que “justamente habla de este tipo de cine medio condenado, el cine de acción en México, el cine de clase”. Historia que es publicada por el Fondo Editorial Tierra Adentro, se presenta en el 2005“con bombo y platillo en la FIL” y con un corto sensacional a manera de promocional, pero claro con un elenco espectacular del que con orgullo nombra a los actores: “Mario Almada, Manuel Ojeda, Luis Felipe Tovar, Patricia Llaca, un elenco que no he visto en ningún corto, y además en el que se mofaban de mi, de la novela y de ese tipo de cine”.

En el año 2000 hace otro largometraje Ulises y la puerta de los titanes, ya para entonces dos. “Este par de largos me permiten experimentar con el tipo de género, que desde entonces me gusta y que sigo haciendo, el género negro; las historias de criminales con sentido del humor”.

En la búsqueda de la realización de un proyecto especial para la pantalla grande aparece la historia que lleva el nombre Llamando a un ángel ( antes De Ángeles, Flores y Fuentes). “Se estrenó aquí en el Festival Internacional de Cine, ganamos el Premio del Público y cerramos trato con Walt Disney Estudios Motion Pictures de México. La película sale a distribuirse con el sello de Buena Vista Internacional y se pone en las salas con el título Llamando a un ángel”. Quizás este es el sueño de muchos cineastas, pero el romance entre el cine y Pancho Rodríguez está apenas comenzando a dar frutos, seguramente vendrán Abra cadaver, Siga las señales, varios discos con su grupo y mucho más para este joven y talentoso tapatío.

¿Por qué quedarte en Guadalajara?


“Yo con Guadalajara tengo un compromiso de arraigo. Cuando empecé con este rollo, contemporáneos míos que estudiaban actuación o cine se fueron a la Ciudad de México, otros a España y en ese momento yo, por alguna razón -que todavía no se cuál sea, dije: ‘lo que voy a hacer, lo voy a hacer desde aquí. Me tomó 10 años, pero lo logré”.

 Es muy curioso, yo llevo 11 años viviendo del cine, de escribir para cine, de enseñar, de vivir de lo que me gusta

 Mi primer cheque lo recibí a los 20 años por un guión para largo

 Me siento contento, ha sido muy pesado, ha sido divertido

 Lo que escribo, lo que hago, me sale de la tripa, del corazón y de la cabeza

Este año buscará el financiamiento de su nueva producción, que se llama Abra cadáver y que estará rodándose el próximo año.

Pancho Rodríguez es además de director, actor ocasional y contrabajista del grupo Los Bomberos, una propuesta que sale a la luz con Alex Macías, Mario Garibay, Leo Marín y Carlos Avilés, con quienes estrena producción discográfica en mayo.

Tapatío

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