Pamplona, tradiciones medievales

ESPAÑA.-Lo más impresionante de Pamplona son los Sanfermines, que desarrollan en verano una increíble escenificación donde casi todos los habitantes saldrán a la calle vestidos de blanco con un pañuelo rojo al cuello, y presenciarán o protagonizarán el espectáculo de arriesgar la vida delante de un toro.

Asimismo también existe el lado de la ciudad moderna, limpia, con numerosos jardines y un centro histórico bien conservado. A sus alrededores disfruta de bellísimos paisajes y pueblos pintorescos, ofreciendo al visitante multitud de sorpresas de una España más autentica y desconocida.

En Pamplona las comparaciones entre una ciudad con grandes avenidas y la ciudad medieval amurallada, con pequeñas callejuelas, plazas y antiguos monumentos son interesantes, a diferencia de otras ciudades que mantienen separados su casco antiguo y el moderno, En Pamplona se logra una conjugación admirable.

Así lo podremos apreciar fundamentalmente en su muralla, reconstruida en el siglo XVI y XVIII, que en extraordinaria longitud, parcialmente paralela al río Arga, abraza la ciudad. A su flanco pasaremos por los más bellos y modernos jardines, grandes avenidas y los más antiguos monumentos de la ciudad, todo ello en extraordinaria armonía.

Iniciamos el recorrido por Ochagavia, típica villa del Valle de Salazar, situada en una de las zonas más pintorescas del valle y centro de excursiones de montaña; aquí se encuentra la basílica románica de Nuestra Señora de Musquilda, del siglo XIII. Y llegamos a la villa de Roncal, donde se podrán apreciar numerosas casas nobles y el mausoleo del celebre cantante de ópera Gayarre. Pasando por Isaba, típico pueblo pirenaico y centro de deportes alpinos, llegamos a Belagua que ofrece fantásticas posibilidades para el alpinismo, acampada y deportes blancos.

Qué visitar

La Catedral. De estilo gótico, reconstruida entre 1397 y 1530, es uno de los edificios más importantes de España. Su fachada presenta un estilo neoclásico y fue realizada por Ventura Rodríguez en el siglo XVIII. El santuario se asienta sobre uno anterior de estilo románico, consagrado en 1124. De éste se pueden aún apreciar sus vestigios en el Museo Navarro así como en su Refectorio. Su claustro gótico está considerado como uno de los más perfectos y bellos de Europa. En su nave central se pueden admirar el Mausoleo de los Reyes de Alabastro, realizado en 1415 en estilo borgoñón. Contiene un retablo del siglo XV; La Adoración de los Magos; la Capilla de Barbanza, del siglo XIV; la Fuente de Santa Cruz, con el Sepulcro de los Condes de Gades y la Puerta Preciosa.

La Ciudadela. Compuesta de cinco fortificaciones del siglo XVI, durante el reinado de Felipe II. Su construcción está basada en el sistema Vauban, similar a la de Amberes. En su interior encontramos preciosos jardines. Sus salones interiores se utilizan actualmente para exposiciones y conciertos.

La Taconera. El Parque de la Taconera es amplio con densos árboles. Salpicados por bellos monumentos conmemorativos como lo son el del famoso tenor navarro Julián Gayarre, Hilarión Eslava, Navarro Villoslada y el de la Inmaculada Concepción y la Fuente de Neptuno, obra neoclásica de Luis Paret. También se localiza La Iglesia de San Lorenzo que flanquea el parque; tiene en su interior la Capilla de San Fermín, construida con el esfuerzo de muchos navarros, tanto ricos como pobres, que incluso ayudaron a construirla con sus propias manos, en el año de 1717.

Los Burgos. Los burgos constituyeron el casco antiguo de la ciudad, los de San Cenin, Navarrerias y San Nicolás. Hasta que en septiembre de 1423, Carlos III, rey de Navarra, promulgó el privilegio de la Unión y las tres poblaciones se agruparon y supuso la paz y prosperidad de la ciudad. Las Iglesias que se encuentran en los burgos son: San Cenín, de estilo gótico, del siglo XIII; San Nicolás, de estilo de transición y Santo Domingo, igualmente gótica, construida durante el siglo XVI. En la Plaza de los Burgos, podremos admirar el Hotel de la Villa, con su interesantísima fachada barroca, uno de los más característicos monumentos de la ciudad.

Museo de Navarra. Edificado en el antiguo Hospital del siglo XV con bellísima portada plateresca, alberga restos arqueológicos desde el paleolítico hasta época visigoda, objetos de piedra desde la época romana hasta el renacimiento y una magnífica serie de pintura mural gótica. Cabe mencionar la valiosa arqueta hispano-árabe del siglo XI procedente del monasterio de Leyre, y sus colecciones de pintura, (desde un cuadro de Goya hasta una exposición de arte contemporáneo).

Gastronomía. En Pamplona las verduras y la carne son básicas en cualquier menú, provenientes de sus huertas y de la Ribera; así como los productos lácteos de la montaña y el pescado de la costa cantábrica. El cordero pasa a ser producto importante de su cocina tradicional, típico en los mercados de la ciudad y en todos los restaurantes de Pamplona y su comarca. Entre los platillos se encuentran las truchas con jamón, requesones, cuajadas y cordero en chilindrón.

Monumentos. En la Plaza del Castillo se encuentran los Archivos de Navarra, edificio moderno de líneas neoclásicas que contiene una de las más ricas colecciones de archivos medievales del siglo X. Fue Inaugurada en 1851 y reformada en 1934. Alberga las capillas de Santa Maria la Real, San Fermín y San Francisco Javier. Destaca su espléndido Salón del Trono y el Salón del consejo de Gobierno. Atrás de la Iglesia de San Ignacio de Loyola, encontramos el Monumento a los Fueros de Navarra, fundado en 1903 por subscripción popular como alegoría a la justicia, la historia, la autonomía, la paz y el trabajo. Otro más es el Monumento a San Francisco de Asis, ubicado a un lado de la Iglesia de San Nicolás.