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Motor de arranque

¿Salvar el planeta o sólo las ciudades?

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (22/ENE/2011).-  En octubre de 2007, en el marco del Salón del Automóvil de Tokio, Carlos Ghosn, el mandamás de la Alianza Renault-Nissan, orgullosamente presentaba lo que en el futuro sería el mayor orgullo y la más importante apuesta de Nissan, el auto eléctrico Leaf. Como la producción de energía eléctrica se hace con materiales que casi invariablemente contaminan la atmósfera como el carbón o el diesel, le pregunté directamente si esa sería la solución, ya que el auto no emitiría emisiones contaminantes al desplazarse, pero éstas se producirían de todas maneras en otros lados. Su pragmática respuesta fue: “Ese no es un problema de Nissan, sino de los gobiernos”. Ghosn, como casi siempre, tenía toda la razón. El detalle es que hoy, las empersas que conduce, principalmente Nissan, está ofreciendo el Leaf como una alternativa en la lucha contra la contaminación. Su publicidad en Estados Unidos, muestra un oso polar abrazando al dueño de un Leaf, como agradeciendo a éste por ayudar al planeta. El problema es que los autos eléctricos, como lo reconoció el mismo Ghosn, de manera indirecta, en 2007, no ayudan a limpiar el planeta, cuando mucho, ayudarán las ciudades ya que no emiten contaminantes, pero la eletricidad generada para moverlo, contamina en otro lugar.

Apenas el año pasado, visitando la planta de Nissan en Tennessee, platiqué con un ingeniero de la marca y le hice la pregunta directa: “Tomando en consideración que se contamina para producir electricidad, un vehículo eléctrico resulta menos contaminante que uno de gasolina?”. Su respuesta fue que sí, que de todos modos el auto eléctrico contamina menos que el de gasolina.

Electricidad sucia

Otra empresa que está haciendo una fuerte apuesta en un auto eléctrico es General Motors. Con el Volt, la marca ofrece una solución distinta, que busca en la gasolina una ayuda para generar eletricidad en su auto. Por lo tanto el Volt contamina, aunque mucho menos que uno que usa la gasolina de sus motores para mandar fuerza a las ruedas.Es el precio a pagar por la mucho mayor eficiencia del Volt, que tiene una autonomía muy superior al Leaf, un auto que es completamente urbano y aún así, con limitaciones.

En una de las entrevistas en las que estuve presente durante el salón de Detroit de este año, el Vice Presidente de Ingeniería Global de GM, Karl Stracke, me contestó la misma pregunta que hice al ingeniero de Nissan el año pasado. “Depende de muchas  cosas, como dónde se produce la electricidad o de qué manera se obtiene. Pero podemos decir que, en promedio, un auto que usa electricidad termina por contaminar tanto como uno que usa gasolina”.

Me suena mucho más lógica la respuesta de Stracke. No porque quiera creer así, sino porque sé que el altamente contaminante carbón es áun muy utilizado para producir energía eléctrica. Al igual que el diesel y esto suena como usar energía dos veces, una para crear electricidad y ésta para mover el vehículo. Mejor eliminemos un paso y usemos el diesel directamente en el auto.

Como ya se hizo moda, casi todos los fabricantes están poniendo un auto eléctrico en el mercado. Ford, Chrysler, Fiat, casi todos lo hacen o planean hacerlo pronto. Pero hay otra corriente que me parce mucho más interesante: el hidrógeno.

Otras alternativas

Los vehículos de hidrógeno emiten agua por su escape, lo que incluso mejoraría la calidad del aire que respiramos al añadirle humedad. Son eficientes, silenciosos y hasta rápidos, como lo prueba Mercedes-Benz con el SLS que celebra su 125 aniversario y estará a la venta en 2013. Aún hay problemas para la producción y uso del hidrógeno. Los autos necesitan mejorar su seguridad, ya que el hidrógeno es de fácil combustión. Y hay que crear una infraestructura para su distribuición, pero me parece una solución mucho más interesante que la electricidad.

Mi punto con todo esto, empero, es que aún no existe, en este momento, una verdadera alternativa para los vehículos de combustión interna. Es posible que en el futuro existan varias. Es un hecho que los motores que usan derivados de petróleo serán más eficientes.  Tal vez aprendamos todos a usar menos nuestros autos, a trabajar desde nuestras casas, por Internet, saliendo de una manera mucho menos frecuente que hoy en día. Así, no tendríamos tanta polución ni congestionamientos.

Mientras esto no ocurra, podemos ayudar mejor a la Tierra quitando topes, educando a la gente, apoyando a los transportes colectivos, afinando nuestros autos y tomando otras acciones similares. Todo esto resultará mucho más efectivo que usar un auto eléctrico, que a lo mucho, manda la contaminación más lejos de las ciudades, pero la mantiene aún dentro de este planeta.

Por sergio oliveira (oliveira@informador.com)

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