Jueves, 26 de Diciembre 2024
Suplementos | Tiempos difíciles

Motor de arranque

Por: Sergio Oliveira

Por: EL INFORMADOR

No pasa una semana sin que recibamos noticias duras sobre fabricantes de autos y sus distribuidores. En ésta, lo que más sonó fue la acción de Chrysler de cancelar el contrato a cerca de 800 distribuidores en Estados Unidos, una acción que sólo es posible debido a que el fabricante se encuentra bajo la protección de las leyes del famoso “Capítulo 11” del código de bancarrota estadounidense, mal traducido por muchos (incluso nosotros, en un principio) como quiebra.

La frustración y enojo de muchos de ellos es comprensible, más cuando están imposibilitados de tomar cualquier acción legal precisamente por la presencia de Chrysler en el capítulo 11. Esto generará desempleo. Los distribuidores tendrán que deshacerse por su cuenta de los inventarios y herramientas de taller (específicas para cada marca y modelo) y podrán, tal vez, volver a ser distribuidores de la “nueva Chrysler” cuando ésta salga de la bancarrota, si se da el caso.

 Los distribuidores elegidos para tener su contrato cancelado fueron los de menor desempeño, bien como los que tenían una sola de las tres marcas del grupo, es decir, Chrysler, Jeep y Dodge. Entre ellos, está uno que pertenece al famoso millonario de las carreras de autos, Roger Penske.

Con General Motors, todo indica que se seguirá el mismo camino, es decir, antes del 1 de junio, cuando termina su plazo para entregar su plan de reestructuración al gobierno de Obama, deberá entrar también en el capítulo 11, para con esto tener apoyo legal de cancelar varios contratos, con proveedores y distribuidores, por ejemplo.

General Motors y todo el resto del mundo saben que la empresa necesita hacerse más chica para operar de manera saludable. Pontiac ya estará muerta en 2010, ya se sabe oficialmente, pero puede haber más marcas que desaparezcan y la gran cuestionada en el momento es GMC.

Por lo pronto, en  esta semana, también mandó una carta a cerca de 1,200 de sus distribuidores, informándoles que ya no renovarán sus contratos después de octubre de 2010.

 Al contrario de la situación con Chrysler, GM que aún no está bajo la protección del capítulo 11, está consciente de que sus distribuidores pueden demandarlos, pero no cree que muchos lo hagan, ya que son, según GM, sus más débiles vendedores de vehículos, que ya están perdiendo dinero con la situación actual. Como sea, solo estos 1,200 distribuidores de GM, deben generar cerca de 63 mil desempleados.

Esta verdadera tormenta eléctrica que se desató en Estados Unidos, ya comienza a llegar a México también. Los distribuidores de Chrysler no están pasando exactamente por un buen momento y más de uno pudiera cerrar sus puertas en un año o menos.

Con el mercado a la baja, que ya cayó 28% en lo que va de 2009, el costo financiero de operaciones de las agencias es más elevado de lo que la venta permite. Esto obligará a que todos se pongan la pila.

Hacerse más chicos es una de las soluciones. Nadie puede trabajar, en estos tiempos de crisis, con el mismo volumen de inventario que antes tenían.

Hay que buscar ahorros en todos lados, sea en la cuenta de luz, teléfono o papelería. Y, más que nada, hay que entender que para sobrevivir a estos tiempos, la receta es ofrecer el mejor servicio posible.

El taller, muchas veces despreciado por muchos distribuidores y fabricantes, va a mantener vivos a los que sepan trabajarlos bien.

Marcas con poco tiempo en el mercado y con pocos vehículos en la calle, tendrán dificultades aún más serias para sobrevivir. Porque con pocos autos rodando, la mayoría nuevos aún, el taller no podrá ser su sustento. Entonces, la cosa se complica.

En Guadalajara, tenemos hoy alrededor de 90 distribuidores de automóviles. Pero el tamaño del mercado no justifica a tantos. Difícilmente hay lugar para ocho distribuidores de GM, Volkswagen y Ford. Tampoco para cinco de Honda. Toyota, que tiene localmente una muy fuerte aceptación, tiene problemas con sus cuatro agencias.

Ésta es, empero, una plaza extremadamente importante a la que hay que cuidar con mucho cariño. Guadalajara no sólo es la segunda ciudad el país, pero por su idiosincrasia, es una plaza de prueba de mercadotecnia. Se dice que un producto que funciona bien aquí, lo hará en todo el país.

 Por ello, hay que aplaudir a General Motors, que supo aumentar su participación de mercado de 15 a 20 por ciento, de marzo de 2008 a marzo de 2009.

En contraparte, hay que prender los focos rojos en Nissan, porque de tener 20.8 por ciento de participación en Guadalajara en 2008, cayó a 15% en 2009.

Justo ahora, cuando la marca japonesa es líder en México, al menos en el primer cuatrimestre. Si Guadalajara realmente “dicta la moda”, el actual liderazgo de Nissan no debe durar mucho.

Los tiempos son difíciles y de cambios. En la capacidad de adaptación estará la clave para la supervivencia.

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