Suplementos | Sergio Oliveira Motor de arranque Todos vamos a sobrevivir Por: EL INFORMADOR 7 de febrero de 2009 - 11:52 hs De la noche a la mañana, sin previo aviso, el valor del peso mexicano cayó a menos de la mitad. Las empresas con deuda en moneda extranjera no sabían qué hacer y cesaban puestos de trabajo, cuando de plano no cerraban sus puertas. La inflación saltó de 7 para 52 por ciento. Las deudas, incluso en peso mexicano, se fueron a las nubes gracias al aumento imparable de las tasas de interés. Con ello, subió la cartera vencida. El efectivo era más escaso que el agua en el desierto de Sonora. El mundo, perplejo, bailaba borracho al son del “efecto tequila”. Las ventas en el mercado interno de autos, cayeron 70 por ciento. El Producto Interno Bruto (PIB) cayó 6.2 por ciento. Dos años más tarde, México mostraba a todo el planeta —que otra vez miraba incrédulo— su capacidad para salir adelante en los problemas. No sólo ya no estaba en recesión, sino que crecía a pasos agigantados como muestra el PIB que en 1997, creció 7.2 por ciento. Como los grandes, el país se mostraba, de nuevo, fuerte. Muchos están asustados ante la crisis que ahora vivimos, que sin duda es severa. Pero un poco de historia nos muestra que ya vivimos cosas peores, como la relativamente reciente crisis de 1995, descrita en el primer párrafo de este texto. Es verdad que hay muchas cosas que son distintas entre el periodo histórico de 1995 y el de 2009. Primero, la crisis de 95 fue “hecha en México”, mientras que la actual es importada y aún más global que aquélla. La crisis de hace 14 años, abarató tanto a muchas empresas mexicanas, que nuestro país fue considerado un territorio de “gangas”, donde extranjeros encontraban terreno fértil para invertir con poco dinero. Hoy, la ausencia de liquidez es global. Pero si por un lado esto significa que pocos tendrán dinero para venir a comprar las empresas nacionales, las nuestras que sobrevivan y tengan algo de efectivo, pueden aprovechar el verdadero mundo de oportunidades que comenzará a abrirse. En 1994, México se acercó por primera vez a un mercado interno de automóviles de medio millón de unidades vendidas anualmente. Era el primer año del Tratado de Libre Comercio y la importación de coches comenzaba a ser más fácil que nunca. Había muy pocas señales que indicasen lo que ocurriría en diciembre, una de ellas fue la llegada de los insurgentes en Chiapas, con el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) comandados por “Marcos”. Pero nadie esperaba que, días después de la toma de protesta de Ernesto Zedillo, todo viniera abajo como ocurrió en 1995. Fue en ese escenario, que llegó la hasta hoy única industria automotriz instalada en Jalisco. Honda, que ya fabricaba motocicletas en El Salto, comenzó a producir y vender el Accord. Justo cuando el mercado cayó 70 por ciento. No era una etapa simple para comenzar a vender vehículos. Pero la marca decidió seguir adelante con sus planes. Y sus ventas fueron subiendo poco a poco. Honda, más que vender sus autos, sembró una filosofía: la de atención al cliente, que debería recibir un servicio de calidad en sus agencias, por un precio justo. Esa receta para enfrentar una crisis le ha rendido a la marca un crecimiento prácticamente constante, sin nunca llegar a la espectacularidad de otros. La filosofía rinde frutos de largo plazo, algo difícil de percibir por los inmediatistas. Pero el año pasado, entre los siete mayores vendedores de autos en nuestro país, Honda fue la única que pudo crecer. Este año, las ventas de autos van a bajar y los números de enero ya nos mostraron que así será. Las ventas cayeron cerca de 18 por ciento. Unos, como Toyota, hablan que el mercado va a encoger 20 por ciento. Otros son más optimistas, como AMDA, que piensa que en el peor de los casos la caída será de 11 por ciento. Otros más, tras bambalinas, estiman que la caída está más cerca de 30 por ciento. Nadie, hasta ahora, ha pronosticado una caída de 70 por ciento, como la que vivimos en 1995. De hecho, incluso en etapas como la actual, hay quienes crecen, como lo demostró Mazda cuyos números de enero de 2009 son 4% mayores que los de enero de 2008. En otras palabras, hay más pánico que realidad ante la crisis actual. En lo que todos están, o deberían estar de acuerdo, es que cuando las ventas de autos nuevos dejan de ser la fuente de ingresos que acostumbran ser, es en el servicio que se encontrará el dinero que mantendrá vivos a los distribuidores. Honda ya nos lo enseñó hace 14 años. Sólo hace falta que los demás muestren que han aprendido la lección. De hecho, hasta la misma Honda necesita volver a estudiarla un poquito. No está de más. Temas Autos Motor de arranque Lee También ¿Alemania puede competir contra China? BMW M5: Más de 700 caballos… Y sin poder usarlos Hoy No Circula Sabatino: Autos que no pueden transitar este 23 de noviembre ¿Qué pasa con los carros cuando hace mucho frío? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones