Viernes, 22 de Noviembre 2024
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Mejores personas para una mejor sociedad

El equipo de investigadores y redactores integrados en Talento Educativo provienen de diferentes disciplinas

Por: EL INFORMADOR

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GUADALAJARA, JALISCO.-
El documento que tiene en sus manos, apreciable lector, es el primer número de Talento Educativo, publicado bajo los auspicios de Infolectura: Programa de fomento a la lectura, que aglutina a diferentes instancias –públicas y privadas—con un objetivo común: promover la educación, entendida como el desarrollo de las potencialidades humanas.

El equipo de investigadores y redactores integrados en Talento Educativo provienen de diferentes disciplinas, desde las ciencias duras hasta la creación en las artes plásticas, el denominador que los hilvana, es su especialidad en los terrenos de la educación, tanto de la escolarizada como la ejercida en la vida ordinaria, es decir en la integración –en su acepción más amplia— de la cultura.

Cuenta Mario Vargas Llosa que en un viaje a Bruselas tuvo que hospedarse con una familia de esa localidad, que por sus profesiones no estaban vinculados a las humanidades. Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió la biblioteca de esa familia, llena de Filosofía, Literatura Antropología y además se encontró con unas buenas personas: Danielle y Michel.

¿Por qué no hay en el mundo—se pregunta Vargas Llosa-- más gente como Danielle y Michel? Si la hubiera, estoy seguro de que habría menos guerras, menos fanatismo, menos violencia, menos estupidez.

¿Tiene la mala educación reinante en casi todas partes la culpa de que la cultura sea un lujo prescindible para cada vez más gente? Tal vez sea al revés: porque la cultura es un reducto de minorías es que la educación anda como anda. Pero la educación no puede suplir por sí sola lo que anda mal en las familias, y en los medios, y en las costumbres y los usos de una sociedad. Acaso parte de la culpa la tengan también los hombres y las mujeres de cultura, que andan por las nubes y miran, cuando los miran desde esas alturas, a los indoctos con infinito desinterés, sin hacer el menor esfuerzo por llegar a ellos y seducirlos. En realidad, no tengo una respuesta que me convenza a mí mismo.

Pero sí sé que no es verdad que una rica vida cultural sea imposible por razones prácticas en ese mundo frenético y ocupado que es el de la mayoría de los mortales. Lo planteado líneas arriba obliga a la reflexión, en la medida que es cotidiano darse cuenta –sufrirlo, participar— del deterioro de las relaciones humanas, es decir exponencialmente crece la deshumanización, la pérdida del sentido de la vida: La esperanza.
Cuando surge el concepto de Esperanza, es muy difícil sustraerse a los pronósticos, que a partir de los resultados de la prueba PISA, emitió la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el futuro de los estudiantes mexicanos está en la realización de trabajos repetitivos que impliquen el uso de la fuerza física. De ser así nuestra aspiración como sociedad para el futuro de nuestros jóvenes, bien y vale; que sean felices. Pero no. No es esa la aspiración. La aspiración es a una mejor sociedad, en la que el individuo logre resolver de manera honesta y solvente sus necesidades básicas y asuma una vida plena. La solución no está en esta en una sola acción, sino en la suma de todas las acciones que realicemos para una mejora continua de la persona, para este caso las orientadas a los niños y jóvenes, partiendo de lo básico, una buena educación y una mejor práctica cultural. En las páginas de Talento Educativo, pretendemos dar ideas, aportar contenidos, divulgar propuestas que ayuden de alguna manera a los responsables de la buena crianza de los niños: los padres, los educadores; mejor a los que se interesen por una educación –formal o informal—para un mejor país.

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