Más que un simple entorno

GUADALAJARA, JALISCO (14/MAY/2010).- Con medida que pasa el tiempo, la independencia personal va en aumento y junto con esta los gustos y las aficiones se definen. Ideamos el futuro en base a nuestras preferencias, desde lo más íntimo, como la pareja hasta lo más material como el coche, la casa y los artículos que decorarán el entorno en que se desea vivir. No obstante, existe un detalle que muchos olvidan o no dan importancia hasta que nacen los hijos. Es la habitación de los pequeños. Aunque no lo parezca, la decoración en el cuarto de los hijos es esencial para su desarrollo y crecimiento. La estimulación provocada por los colores y objetos, induce en los pequeños hábitos de orden y limpieza.

Hay que tener en cuenta aspectos como el espacio de la habitación, si es demasiado chica o bastante amplia, la temática que se le piensa dar, casi siempre va encaminada en los gustos del niño –personajes de cine, deportes, naturaleza y juegos – además de la edad y sexo del menor. Aquí te decimos algunas recomendaciones para que la habitación luzca fabulosa.

Según la edad

Para iniciar con la decoración debes tener en cuenta la edad. Por lo general el rango de edad en los niños se divide en dos, bebés y niños grandes. La primera opción abarca para recién nacidos hasta los tres años, la segunda es después de los tres hasta los 11 años. Los bebés no requieren de tanto decorado, ya que los objetos personales de ellos, se basan más que nada en ropa y artículos higiénicos. Lo ideal es colocar muebles con suficientes cajones para guardar la ropa fácilmente. Por su lado los niños más grandes, si necesitan de espacios determinados y amplios. Con el paso del tiempo, la adquisición de juguetes, pares de zapatos y vestimenta incrementa considerablemente, por lo que acondicionar el cuarto se vuelve un reto más complicado al buscar muebles que realmente cubran las necesidades del menor y los padres.

Recién nacidos

Cuando un nuevo miembro llega a la familia además de la felicidad y sensación que causa, esto implica una serie de cuidados que aseguren su comodidad y bienestar. Por lo general, durante los primeros cuatro meses de vida el bebé duerme con los padres en su respectiva cuna o moisés; esto con el fin de vigilarlo lo más cerca posible. Pasando estos cuatro meses de riesgo, el bebé puede ser puesto en su propia habitación. Hay que pensar que conforme la edad del pequeño avance, sus necesidades también lo harán, es recomendable pensar en la funcionalidad que los muebles y adornos tendrán en un futuro. Como bien se comentaba, el dormitorio es una plataforma para estimular al niño, por lo que propiciar un ambiente para que juegue y divierta sin salir de casa es vital. La versatilidad es importante, adquirir muebles de línea clásica y cortes convencionales – cuadrados y rectangulares - en colores neutros que combinen con la mayoría de colores, te ofrecen funcionalidad a largo plazo.

El color de fondo es importante

Otro aspecto a que a futuro causa problemas son las paredes, pues de éstas también depende la versatilidad del espacio. Los colores claros crean un efecto visual importante, dan amplitud a la habitación y mejor visibilidad, que en comparación a los colores oscuros y demasiado brillantes reducen la sensación de amplitud y achican la altura del espacio.

Algo muy recomendable es pintar con tonos similares o idénticos a los de los muebles. Si la habitación es para una niña, los muebles pueden ser blancos con algunos detalles en color rosado y la pared en un color blanco, esto con el fin de hacer contraste en la luz. Así se puede seguir un sinfín de sugerencias basadas en los colores más comunes para niños pequeños, como lo son el blanco y los tonos pastel.

Deja volar su imaginación

No es necesario rehacer la habitación conforme el niño crece, ni comprar por completo todo un arsenal de muebles, actualmente, existen muchos accesorios que se encargan de modernizar la habitación en un dos por tres, y convertirla en un verdadero escenario de acción y aventura. Las calcomanías son un ejemplo claro de ello, son autoadheribles, económicas y fáciles de hacer, además de que se adaptan perfectamente a cualquier tamaño y estilo. Por lo general, las tiendas de decoración de interiores especializadas en temáticas infantiles, las venden o te las adaptan a tus necesidades. Estas “pegatinas” como son conocidas en Europa, son una verdadera inversión, puesto que sólo basta con retirarlas y colocar nuevas, si es que se desea volver a cambiar al concepto del cuarto. Lamentablemente, no todas las habitaciones son aptas para este tipo de decorado, puesto que el principal requisito es contar con una pared lisa sin y sin orificios, ya que al momento de pegarlas, el papel se daña con el relieve del muro y las orillas tienden a pegarse y a distorsionar el diseño.

Otras opciones de decoración, son las adaptaciones a los mismos muebles, con la ayuda de un carpintero, la base de la cama puede dar espacio a cajones para prendas ligeras, sábanas o de un sencillo zapatero. Los botes para ropa sucia o basura, pueden ser acondicionados con algún tapiz y un cojín para simular un banquito que soporte el peso del niño.

Prevención
Por naturaleza, los niños son traviesos e inquietos por lo que te damos algunos consejos para que evites cualquier accidente dentro de su habitación

1.- Colocar unos interfonos infantiles para que escuches todo lo que pasa dentro del dormitorio.

2.- Procura que el suelo sea antideslizante con la ayuda de algún material fácil de limpiar.

3.-La habitación debe ser fresca y contar con áreas de ventilación

4.- Las puertas y los cajones pueden llamar la atención de los bebés, es por ello que existen puntas de goma para colocar en las puertas, y así el niño no salga lastimado en caso de caer o tropezar.