Jueves, 17 de Octubre 2024
Suplementos | Detalles los que determinan que una cita sea un éxito o una catástrofe

Manual para una cita desastrosa

Son los pequeños y delicados detalles los que determinan que una cita sea exitosa, o una absoluta catástrofe

Por: EL INFORMADOR

La autenticidad y la honestidad son la base de una buena cita, pero hay temas que no se deben tocar.  /

La autenticidad y la honestidad son la base de una buena cita, pero hay temas que no se deben tocar. /

GUADALAJARA, JALISCO (07/FEB/2014).- La primer cita puede ser el comienzo de una  historia que dure toda la vida, o convertirse en una anécdota para reírse. Puede ser el lazo que una a dos personas en una vida de cuento, o convertirse en algo que provoque comezón nada más de recordarlo.

Todos tenemos una amiga o amigo que platica la anécdota de su primer cita según como le fue en la feria. Algunos presumen la experiencia como si se hubieran sacado la lotería, ofreciendo detalles de cómo encontraron a su alma gemela, y sienten que casi casi sepultaron a la soltería.

Pero están los otros, los que vivieron una pesadilla, que sienten que están más salados que un charal, o cuya primera salida se convirtió en una experiencia digna de programa de chistes y que prefieren seguir en una cómoda soledad.

No hay una guía para que la primer cita sea perfecta, pero el primer paso para que funcione cualquier relación es ser uno mismo, y honestos en lo que ambos buscan. A partir de este punto, las variables son infinitas, pero hay temas, situaciones y gestos que es mejor no intentar tocar. Y es que en esa legendaria, temida y deseada cita número 1, la línea que delgada a lo especial de lo catastrófico es muy delgada.

Hablar de los ex


Fatal, con mayúsculas, el ponerse a hablar del de antes. O bueno, como cantaba José José, “ya lo pasado, pasado”. Si aún estás atrapado en una relación anterior, o toda la charla de tu cita es sobre como el “ex” le arruinó la vida o l@ sigues añorando, las cosas no van a terminar bien en esta cita. Esta salida no debe convertirse en un confesionario de ninguna de las partes.

Llevarte tu trabajo a la cita


Si los dos se van a conocer, date tiempo real para hacerlo. No quieras hablar de estados de cuenta, recetas, entrevistas o cualquier cosa que tenga que ver con tu trabajo. A menos que seas Indiana Jones o Batman, no va a ser interesante. No es malo mencionar tu profesión, pero hasta allí. Muestra que tienes muchos temas, y no todos tienen que ver con lo laboral.

Sé realista

La primera salida es para conocerse, platicar, observarse. Pero cuidado con comenzar a hablar de boda, o si sus apellidos son compatibles para sus hijos, o hasta el plan de retiro que tienen. Está bien querer ser previsor y mostrar seguridad en lo que buscan, pero tampoco es la pedida de mano. Toda relación funcional es un día a la vez.

Ver a otras personas

Andar de “ojo alegre” y piropeando a cuanto ente se aproxime, cuando se supone que se van a conocer demuestra mucho del compromiso que van a poner en la relación.

La cita debe ser un momento mágico, en el que hay que abrirse al otro, y no una pasarela para andar viendo por todos lados.

El síndrome del “Yoyo”

No es que uno de los dos se ponga a hacer el columpio o la suerte del perrito con un yo-yo. Es centrar la conversación en uno solo. “Yo hice esto...”, “Yo rescaté aquello...”. Tenerse buena estima siempre es saludable, pero presumirse y venderse como si fuera Superman es aburrido.

Demasiadas preguntas

Una cita no es un interrogatorio. No intentes averiguar cuanto gana o cuanto tiene. La economía individual es un tema que lleva tiempo ir abriendo (varia de persona a persona), y es mejor respetarlo, así uno de los dos sea un magnate.

Errar en el vestuario y maquillaje

Causar una buena impresión es una cosa, ir pintada como pared graffiteada es otra. En una chica, el exceso de maquillaje se ve mal, como en un caballero llegar vestido como vagabundo o náufrago. El aseo personal y el arreglo adecuado cuentan y mucho.

Beber como cosaco


Cuidado si la primer salida es a un bar. Está bien una copita o dos. Alegrarse por la reunión. Se vale. Pero comenzar a tomar como si fuera barra libre, o para mandar temprano al cantinero a su casa es mala, muy mala idea. No te excedas jamás con la bebida, menos en la primera cita. No, nadie es más chistoso, más cantarín o más agradable borracho. Si ya sientes que ya estás viendo cuádruple a tu pareja, suelta la bebida.

No hables de sexo

Si hablar de economía es una mala idea, hablar de sexo es adoquinar el camino a la catástrofe social. Salvo en los guiones de películas XXX, el sexo siempre está fuera de cualquier primera cita realista. Se vale que veas a tu potencial pareja con gusto, que la  halagues, un piropo de buen gusto se agradece; pero una mirada como la que los lobos le lanzan a las ovejas antes de comérselas no es sexy.

Adiós al celular


Revisar el celular para ver la hora, actualizar el Facebook, subir una foto a Instagram de lo que vayan a cenar o hacerle RT a Werevertumorro en Twitter. Navegar en internet es mala idea, y andar viendo la hora para ver en qué momento se acabará la cita es de mala educación. La otra persona puede notar que no hay interés, y entonces hacerte block...pero en la vida real.

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