Los días de la FIL

GUADALAJARA, JALISCO (04/DIC/2010).- Desde el pasado 27 de noviembre las estanterías repletas de variadísimos ejemplares de libros, parecen cobrar vida para atraer a los paseantes. El andar, que cada día se ha vuelto más saturado en los pasillos de la Expo Guadalajara, tiene un claro objetivo: la búsqueda insaciable de letras, palabras, escritores y libros.

Aún con las grandes ausencias, marcadas por aquellos que debido a su agenda o por alguna cuestión familiar no pudieron llegar hasta la fiesta de los libros, como es el caso del reciente galardonado con el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa y del escritor mexicano Carlos Fuentes, o de los que simplemente “se nos adelantaron en el camino”, como Carlos Monsiváis y José Saramago, a quienes ahora se les recuerda con emotivos homenajes, la Feria Internacional de Libro de Guadalajara (FIL) en su XXIV edición, ha sentido la presencia de muchos. Algunos que entre los pasillos van palpando las texturas y aspirando intensamente el olor a libros, algunos otros que con cada paso se asombran por la cantidad de textos que se encierran y a la vez se exponen para el mundo dentro de la FIL.

Hace siete días se llevó a cabo el primer evento, aquel que consistió en “estrenar”, al menos por esta edición, el Auditorio Juan Rulfo. La ocasión fue mucho más que una inauguración, pues también celebró a  la escritora mexicana Margo Glantz, quien fue reconocida con el  Premio FIL de Literatura 2010. Aquel evento que ahora, después de tantas actividades parece lejano, fue el arranque de 10 días que se dedican en cuerpo y alma a la literatura.

El español en todo su esplendor

Si bien España ya es un viejo amigo invitado de honor, la historia no se repite con la cuna del idioma que nos cobija, el castellano.

Este año, la región de Castilla y León transportó hasta la Perla Tapatía -como si se tratara de un viaje en el tiempo y la historia- décadas enteras de su cultura. Las muestras fueron más allá de sus escritores; la música y hasta los recuerdos del idioma se apoderaron de la ciudad. Por otra parte, la tarea de recorrer los pasillos, presenciar las conferencias y encuentros y entender lo que se dice, ha sido más sencilla en comparación con otras ediciones. Unas cuantas, o bastantes,palabras desconocidas y el acento natural del idioma, no nos alejan de nuestro bien conocido español.
El olor a libros y la gama de tonalidades en las portadas, atrapa a los caminantes de la FIL entre pasillo y pasillo. Hombres, mujeres, niños y ancianos se detienen para buscar el libro que les pertenece, ése que, tal y como dijo el escritor y periodista español, Juan José Millás, en una de sus actividades dentro de la feria “está destinado a cambiar una vida”. Algunos aciertan, lo hallan y quizá sin saber lo que les espera entre sus páginas, salen ilusionados del encuentro librero; otros tal vez, se topan con él frente a frente y luego, desviando la mirada de lo inesperado, siguen su camino sin siquiera haberlo tocado. Quién sabe, quizá todavía no era el momento…

Lo que queda

Si todavía no aciertas a darte un paseo por la FIL, aún estás a tiempo. Hoy y mañana las puertas de la expo estarán abiertas al público en general desde las 09:00 hasta las 21:00 horas, así que ya sea por amor a la literatura, a Castilla y León, o a las sorpresas, una caminata entre los libros podría regalarte momentos inolvidables.