Las H de Bazbaz

GUADALAJARA, JALISCO (13/ENE/2013).- He decidido presentar al gobernador del Estado mi renuncia al cargo de procurador general de Justicia”. Tenía el semblante serio, como si se tratara de cualquier otro asunto oficial. El zarpazo de su renuncia lo soltó después de un discurso sobre la importancia de la credibilidad de las instituciones. En su caso, ésta estaba acabada. Aquel 25 de mayo de 2010, Alberto Bazbaz Sacal renunció a la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, tras las críticas por la investigación sobre el caso de la niña Paulette Gebara Farah, quien, según la versión oficial, murió por asfixia.

Desde entonces se había mantenido en la sombra. El caso de la niña Paulette formó parte de las críticas hechas a Enrique Peña Nieto cuando era candidato presidencial, pues su fallecimiento se presentó cuando él gobernaba el Estado de México. De ahí en más, pocos se acordaban de un tal Bazbaz en el ámbito público.

Esto cambió en días pasados. El lunes 7 de enero, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, nombró a Alberto Bazbaz como titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, dentro de esta dependencia federal. De inmediato llegaron las críticas. Si bien hay mala memoria colectiva, basta con poner su nombre en internet para recordar al personaje.

La tarea que se le ha designado presenta uno de los grandes dolores de cabeza del país. En un contexto donde permanece la lucha contra los cárteles de la droga, los recursos que éstos manejan son parte elemental del problema. La función de la Unidad de Inteligencia Financiera, según la descripción que la misma Secretaría de Hacienda tiene en línea, es “diseminar reportes de inteligencia y otros documentos útiles para detectar operaciones probablemente vinculadas con el Lavado de Dinero (LD) o el Financiamiento al Terrorismo (FT)”.

Entre las aulas y el servicio público

Alberto Bazbaz Sacal nació el 24 de octubre de 1973. Sobre su vida personal no hay mucha información, pero se sabe que pertenece a la comunidad judía.

Su vida profesional ha tenido dos escenarios: las aulas y el servicio público. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Anáhuac. Según información tomada del diario El Economista, desde hace más de 11 años funge como catedrático de Derecho Penal y Derecho Procesal esa universidad, en el campus del Estado de México. Además, también se ha desempeñado como profesor de Amparo en materia Federal por la Universidad del Valle de Toluca.

Su carrera ha estado de diversas maneras ligada al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Siendo parte de la firma “Moreno y Bazbaz”, participó en la defensa de Raúl Salinas de Gortari, el “hermano incómodo” del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, acusado de presunto enriquecimiento ilícito.

Dentro de su trayectoria en el sector privado, ha tenido nexos con prestigiados bufetes jurídicos de la talla de “Aguilar y Quevedo”, “Nassar Daw y Asociados” y “Collado y Asociados”.

El primer cargo público de Bazbaz del que se tiene registro está marcado en 1994, como agente del ministerio público en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, cuando Óscar Espinosa Villarreal era regente de la capital.

A partir de 1996 y hasta 10 años después, se dedicó a alimentar su carrera como abogado litigante. Fue en 2007 cuando al fin regresó a un cargo público. En ese año fue nombrado asesor de la Coordinadora de Planeación, Innovación y Desarrollo Institucional de la Procuraduría General de la República, en donde también jugó el papel de asesor del entonces procurador Eduardo Medina Mora.

Y de ahí, de regreso a las manos del priismo. Después de que Abel Villicaña Estrada abandonó el cargo de procurador general del Estado de México, en 2008, el gobernador Enrique Peña Nieto propuso a Alberto Bazbaz como su sustituto. Aunque el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se negaba a esta designación, el Congreso estatal ratificó al abogado como el nuevo encargado de investigar los crímenes en la Entidad. Dos de los grandes pendientes en ese momento eran unos 600 feminicidios por resolver y el asesinato de Enrique Salinas, otro hermano del ex presidente Carlos Salinas, quien fue encontrado muerto en diciembre de 2004. Hasta el momento en que Bazbaz renunció a la Procuraduría, ninguno de los dos problemas habían sido resueltos por la autoridad.

Sin embargo, no sería ése el caso que lo llevó a dejar un el puesto, con el tono serio y la credibilidad en su nivel más bajo.

La niña en la cama

Nada de supo de la niña Paulette Gebara Farah desde el lunes 22 de marzo de 2010. Nueve días después de una exhaustiva búsqueda mediante redes sociales y con el uso de anuncios espectaculares, además de la investigación de las autoridades, la opinión pública recibió la noticia a la que no se le pudieron quitar rastros de suspicacia: la niña, de cuatro años de edad, fue encontrada sin vida en su cama, entre la estructura de ésta y el colchón.

Los agentes investigadores entraron y salieron de la propiedad durante varios días. Las mismas niñeras dijeron no haber dejado un sólo rincón sin revisar en busca de la menor. Con todo, el informe oficial consignó que la muerte fue por asfixia y accidental.

La historia fue exprimida hasta su última gota por los medios de comunicación. Una telenovela contada en varios capítulos, en donde había que forzar las lágrimas y el tono de angustia. Hubo algún programa en el que incluso intentaron contactar a la niña mediante métodos paranormales. Pero para entonces, la historia que ya estaba llegando a su fin, era la de Alberto Bazbaz al frente de la Procuraduría.

Un mes después del hallazgo de la niña, Alberto Bazbaz confirmó: “No hay lesiones o indicios en Paulette de que la obstrucción de orificios nasales fuera provocada por otra persona”. Es decir: la muerte, por más inverosímil que le pareciera a la opinión pública, fue accidental. Esta versión la defendió reiteradamente el Procurador estatal.

En la antesala de su despedida, dijo: “La investigación y su conclusión se apegó estrictamente a derecho”, alegando que la Procuraduría General de la República coincidió en su dictamen. Pero no quedaba nada más que hacer. En ese mismo discurso, a más de un mes de que la niña fuera reportada como desaparecida, Alberto Bazbaz anunció su renuncia. Hoy está de regreso, y no con la misión de encontrar una persona, sino con la de hallar esos miles de millones de pesos que se manejan por debajo del agua.

PARA SABER

Olfato financiero

- Las principales tareas de la Unidad de Inteligencia Financiera consisten en implementar y dar seguimiento a mecanismos de prevención y detección de actos, omisiones y operaciones, que pudieran favorecer o ayudar de cualquier manera para la comisión de los siguientes delitos previstos en el Código Penal Federal:

- Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (Artículo 400 bis)

-Terrorismo nacional y su financiamiento (Artículo 139) y

-Terrorismo Internacional y su financiamiento (148 bis)

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público