La tradición y la cultura que saben a guayaba

GUADALAJARA, JALISCO (06/OCT/2013).- Calvillo es de esos lugares ideales para el descanso del cuerpo y la mente. Este municipio perteneciente al Estado de Aguascalientes es un Pueblo Mágico que, independientemente de su nostálgica estructura arquitectónica colonial, de adoquinadas y callejuelas iluminadas, es capaz de satisfacer todo tipo de aspiraciones de diversión y tranquilidad de aquellos visitantes que se sumergen en sus intactas tradiciones que hacen de este sitio un paraíso gastronómico y cultural.

El lugar es internacionalmente famoso por ser la cuna de la guayaba. Entre dulces artesanales y platillos típicos, la comunidad de Calvillo se resiste a dejar el título de rey frutal en Aguascalientes, pues de las actividades más visitadas por los turistas son las ferias gastronómicas que constantemente se realizan para enaltecer la bondades que este fruto posee, además de ser uno de los motores económicos con mayor impacto de sus habitantes.

Este poblado está ubicado en la región sureste de Aguascalientes y durante la época colonial se conoció como la zona Valle de Huajúcar, que significa “Lugar de los sauces”, en honor a la gran población de árboles que cobijan aún al pueblo y que por resultado brinda un clima agradable para actividades al aire libre, con un panorama semi-cálido, también compartido con una reserva forestal de roble, álamo, pino y encino, parajes verdosos que sirven como vivienda de fauna diversa.

Para caminar un rato

En el Centro Histórico de Calvillo se concentra gran variedad de recorridos históricos y arquitectónicos que se encargan de guiar al visitante hasta los sitios más emblemáticos del pueblo. En el comienzo puede conocerselos misterios del Santuario de la Virgen de Guadalupe, edificación de estilo neogótico en cantera que, al caer la noche, es iluminado en puntos estratégicos para crear  espectáculos visuales, aprovechando los vitrales decorados distribuidos en el resto del inmueble religioso. Otro lugar característico es la Casa de la Cultura, que al ser de cantera rosa, recalca un espíritu pueblerino y tradicionalista, luego de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia, declaró el recinto como patrimonio histórico del país.

Pero si de tradición e historia se trata, la Parroquia del Señor del Salitre es el vivo ejemplo de la devoción y costumbres que se manifiestan en las celebraciones religiosas para expresar devoción al que es considerado patrono del pueblo, y que según el dicho popular, ha concedido diversos milagros a quienes cumplen con distintas mandas.

Tampoco hay que olvidar el tradicional Parián, punto de encuentro comercial por excelencia que, desde 1825, reúne a lo más destacado de la artesanía antigua y contemporánea, así como un mosaico gastronómico imposible de ignorar. Pero sin lugar a dudas, las estadías en las haciendas —que la mayoría funge como hoteles boutique— son esenciales para conocer el alma guayabera de Calvillo. Aquí se pueden poner en práctica actividades familiares y románticas.

Encuentros culturales

La tradicional Feria de la Guayaba se desarrolla en diciembre, donde además de las verbenas populares, la coronación de la reina del festejo es otro de los atractivos con mayor audiencia. Para quienes gustan de las manifestaciones de devoción, cada 28 de octubre el día se dedica por completo a celebrar la Fiesta a San Judas Tadeo.

Al visitar Calvillo no hay que olvidar acudir a los antiguos mercados para conocer personalmente los procesos de creación y diseño de las artesanías más emblemáticas del Pueblo Mágico, como lo son los deshilados y bordados en telas de algodón, así como los rebozos. Al pasear de noche por las calles también empedradas de Calvillo, la música no puede faltar a través de los mariachis, tríos y rondallas.

El recorrido en tranvía, es otro de los hechos tradicionales, que a bordo de un rústico móvil de ventanas panorámicas y sistema de sonido, lleva a las diversas rutas principales de la región como lo son la ruta de la guayaba, del mimbre, de la joyería artesanal y la del queso, guías en donde no hay que olvidar degustar de los dulces y productos que van desde sencillas empanadas, ates, jaleas, mermeladas y licores.

Aunque la estadía en este municipio hidrocálida sea breve, infaltable será el conocer el famoso Tepozán, lugar en donde se conservan pinturas rupestres con siluetas antropomorfas de múltiples colores. Este sitio tiene un encanto muy particular, pues está protegido por una cadena de peñas en donde se practican caminatas, paseos en vehículos 4x4, motocicletas y senderismo.