Sábado, 23 de Noviembre 2024
Suplementos | Una roca del espacio cayó a sus pies cuando tenía 11 años

La tía Rosa y su curioso meteorito

La vida de una pequeña cambió por completo hace 83 años, cuando un objeto celeste cayó a sus pies en el pueblo de Ardón, España

Por: EL INFORMADOR

Al margen de su curiosa historia, el meteorito tiene un valor científico.  /

Al margen de su curiosa historia, el meteorito tiene un valor científico. /

GUADALAJARA, JALISCO (27/ABR/2014).- Como si se tratara de una historia de ciencia ficción, Rosa González Pérez ha tenido guardado su meteorito durante más de 80 años en su pequeña caja, al lado de medallas antiguas y las cadenitas rotas. El objeto cayó del cielo, justo detrás de ella el 9 de julio de 1931, a eso de las 09:30 horas, en el centro del pueblo leonés de Ardón (España), justo en el momento en que había salido para hacer un encargo de su madre. Al recoger la roca negruzca, irregular, del tamaño de una canica, notó que estaba muy caliente. Tenía 11 años.

“Claro que me acuerdo, la estoy viendo caer ahora mismo”, cuenta la mujer. Por la tarde, el cura se presentó en casa de Rosa y le dijo que era un meteorito, que lo había oído por la radio, cuenta su sobrino, José Antonio González. Y estaba en lo cierto el cura. Se trata de un meteorito, o mejor dicho, una condrita de hace 4.565 millones de años, de cuando se estaba formando el Sistema Solar.

José Antonio, intrigado por el meteorito que con tanto cariño guardaba la tía, se puso en contacto el año pasado con el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, Josep María Trigo, y la pequeña roca de Rosa inició la fase científica de su existencia, en la que ha pasado de la caja de las medallas al Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN).

Una vez analizado, caracterizado e inscrito como tal en la Meteoritical Society, una lámina del meteorito de Ardón pasa a formar parte de la colección del museo, junto con una réplica de la pequeña roca, mientras la familia de Rosa decide su destino definitivo.

“Lo queremos conservar por cariño”, dice José Antonio encantado del salto a la ciencia que ha hecho, después de tantos años, el meteorito de su tía . Ella, a sus 94 años, está contenta porque “por fin, se solucione el misterio”.

Rosa cuenta que, cuando cayó la piedra, miró a ver si alguien se la había tirado, “pero todas las casas estaban cerradas, y quemaba mucho así que pensé que a lo mejor era de una chimenea. En casa se la enseñé a mi madre y a mi tía y se quedaron asombradas”. El meteorito, que había viajado por millones de años en el espacio, terminó en una pequeña cajita, junto a pequeñas medallas y cadenitas.

El País

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Alguna vez fue un ovni


La ciencia tiene una explicación para todo, o al menos la busca, y en el caso del meteorito que cayó en Ardón, sirvió para que el objeto tuviera, más que un análisis químico, un nombre nuevo.

Y es que con todos los análisis y estudios que ha hecho con sus colegas, la pequeña roca que encontró Rosa aquella mañana de 1931 ha dejado de ser un ovni (objeto volador no identificado), para ser un objeto plenamente identificado: una condrita de tipo L6

Secretos revelados por la ciencia

El meteorito de la tía Rosa tiene mucho que a revelarle nuevas pistas de cómo funciona el universo a la comunidad científica. “(El objeto que cayó en) Ardón es una maravilla de meteorito, es un testigo, como todas las condritas, de los procesos de agregación primordial de materia en el Sistema Solar”, explica el investigador Josep María Trigo, experto en Meteoritos del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña.

El objeto pertenece a una familia de condritas que serían fragmentos del asteroide mil 272 Gefion y, hoy en día, llegan a la Tierra desde el cinturón de asteroides que está entre Marte y Júpiter. Esta roca leonesa (antes estelar) es muy porosa, nunca se calentó más de 800 grados centígrados, continúa Trigo, “por lo que no sufrió las transformaciones químicas y físicas de un planeta como la Tierra. De ahí su importancia para saber cómo eran los sólidos primordiales del Sistema Solar”.

El 73 por ciento de todos los meteoritos conocidos que han llegado al suelo son condritas. Pero cada uno guarda una historia fascinante que espera ser descubierta. El de Ardón “en su composición mayoritaria hay silicatos, sulfuros y metales, componentes cuyas características isotópicas indican que participaron en la formación de nuestro Sistema Solar’, explica el investigador. Lo interesante del pequeño cuerpo celeste que cayó a la Tierra puede no encontrarse a simple vista, pero ha maravillado a los científicos que lo han analizado.

“El meteorito de Ardón preservó en su textura pequeñas esférulas vítreas denominadas cóndrulos y granos metálicos que giraban alrededor del Sol hace unos cuatro mil 565 millones de años. Eran los primeros componentes sólidos del Sistema Solar”, remata Trigo. La ciencia sigue mirando al cielo en busca de respuestas.

Tapatío

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