La Quemada

GUADALAJARA, JALISCO (17/JUL/2016).- Al Sur de la Presa Macha se ubica la señorial hacienda zacatecana, nombrada, “La Quemada”. Camino atrás vimos la Mezcalera Real de Jalpa, con tres portones arqueados, animada por palmeras datileras y a un costado un anuncio del Mezcal Don Antonio Aguilar reposado, “pá mi la vida es un sueño”. Sara de Santiago nos comenta: Las distintas clases de mezcal, dependen del maguey, del clima, de la técnica de destilación y del recipiente en donde reposa. Por la tradición ceremonial que envuelve al mezcal, se cree que debe efectuarse todo un ritual durante su consumo, por ejemplo, se le llama trago y es “bendito”, por lo que con éste se ofrenda y con otras bebidas alcohólicas se brinda… Gracias a las características del agua, los suelos, leña, el proceso empleado por zacatecanos en la producción y en eventos como la Feria del Mezcal (en la Alameda de Zacatecas del 28 de marzo al 3 de abril), esta bebida avanza en la consolidación de su consumo a nivel nacional e internacional.

De La Encarnación, regresamos a Villanueva para después tomar el camino a Potrerito de los Callejones y luego de la Mesa la Cruz, llegar a La Boquilla o Boquilla del Carmen, poblado que conserva la capilla de su hacienda. Miramos unas bodegas, arriba de la puerta de la primera, leímos: “SALÓN EJIDAL BOQUILLA DEL CARMEN”. Unos cuartos se destinaron para “Casa de Salud”. A la izquierda de ellos observamos la bonita capilla, la puerta en arco de medio punto, sobre capiteles dóricos y la clave en relieve con ramas, dos, una a cada lado del vano, y el arco con rombos. La puerta fue enmarcada por columnas redondas con capiteles jónicos, que soportan una cornisa dentada, arriba, la ventana coral, un atractivo rosetón, delimitados por medias cañas, comprendido por columnas toscanas y arcos dóricos, truncados. Más arriba, una media almena y por remate, una barbicana curveada con una cruz de piedra en su cresta. A la derecha de la iglesia se levantó sobre el cornisamento el vistoso campanario, de planta cuadrada y de un solo cuerpo, con un vano arqueado por cara, embellecido por columnas redondas con capiteles jónicos, coronado por una gran almena. El interior, cubierto en bóveda de cañón, recibida por columnas y cornisas dóricas. Un aguamanil tenía agua bendita.

De Villanueva continuamos con dirección a Zacatecas, pasando Puente de Coyotes viramos a la derecha, rumbo a la Hacienda la Quemada y a corta distancia estábamos apreciando la preciosa casa grande, con aires porfirianos. La fachada principal con nueve ventanas verticales, esbeltas y altas, con forja y cornisa arqueada, sus marcos de piedra blanca, vanos muy refinados. La primera ventana, es más ancha que el resto y fue levantada a unos 70 cm. del nivel de piso, las demás están a unos 4 cm. Entre la quinta y la sexta ventana se localiza la puerta, también algo angosta, y de la altura de las ventanas, ligeramente arqueada, encuadrada por columnas dóricas. La clave sube con dos canales que salen con gracia en dos planos, arriba, un ovalo saliente. La cornisa con figuras y el friso con rectángulos parados, divididos por dos canales. Enseguida una cornisa dentada, donde posa un frontón truncado. Y sobre el frontón sale un brazo curveado que sostenía un farol, hoy sólo cuelga un foco. Unas bancas de cantera yacen aledañas a la puerta, de donde se admira el cautivador jardín, delimitado por añejos árboles, de buenas frondas. El alto muro de la finca es blanco y fue estampado con figuras grises en bajo relieve y de textura rústica. La primera figura hacia arriba, es un listón delgado; luego dos hiladas de rectángulos con cortes ochavados; enseguida, un listón grueso, a la altura del frontón; después una cadena, donde las gárgolas delatan el nivel de techo; por último un listón delgado, que corresponde con el cornisamento, de donde sobresale un tiro de chimenea.