La Encarnación

GUADALAJARA, JALISCO (10/JUL/2016).- Tres mesas zacatecanas: El Llano, El Horno y Los Caballos, triangulan la admirable hacienda conocida como: “La Encarnación”. Sitio que inició siendo un presidio del camino real que enlazaba a Zacatecas con Guadalajara, 12 kilómetros al Sur de Villanueva. De Encarnación, el sendero se abre paso rumbo Sur, entre las mesas: Los Monos y La Pitahaya, para llegar a Tuxtuac. De El Salto regresamos a Villanueva y en el crucero viramos a la derecha, con dirección a la Mesa de los Valdez, después de El Molino un letrero nos anunció la hacienda y a una corta distancia, detrás de un lienzo de piedra, una atractiva troja delató a La Encarnación, muy peculiar, por su altura, por su portada y por el aprovechamiento del espacio de los arbotantes. Se adosaron muros de similar material, piedra, reforzados por contrafuertes y cubiertos por bóvedas de un cuarto de cañón, con puerta lateral, cercana a la principal, que es una señorial puerta para una troja, de arco escarzano, enmarcada por una columna redonda a cada lado con capitel dórico. El friso con redondeles floreados, por remate un frontón de arco rebajado, más arriba el alto muro, sobresaliendo el medio punto de la bóveda de cañón, que hace cruz con la bóveda larga. A un extremo se adosó una pequeña troja, ventilada por un ojo de buey. De la esplendida troja, el camino descendió para acercarnos a la preciosa capilla.

La puerta del atrio, arqueada con remate en medio punto y cruz de cantera rosa. La puerta del recinto en arco de medio punto, embellecida por una labrada clave a base de volutas. La puerta fue enmarcada por columnas jónicas. El friso ostenta un águila entre volutas, arriba, la ventana coral, vertical y rematada por un nicho con la Virgen de Tepeyac, a cada lado, una increíble gárgola, figurando un león de cuerpo completo. Sobre el cornisamento y casi en la esquina izquierda, posa la  campana mayor, coronada por una esquila, y en la esquina opuesta, sobresale el bonito campanario, de planta cuadrada y de dos cuerpos, con un vano arqueado por cara entre columnas dóricas, los del primer cuerpo en medio punto y los del segundo, góticos. Por remate, cuatro piedras curveadas se unen para sostener una almena, simulando una cúpula perforada y en cada esquina, una almena.

Vimos una tumba con la inscripción: “PBRO. J. JESÚS REYES NACIÓ EL 21 DE OCTUBRE DE 1922 SE ORDENÓ EL 5 DE ABRIL DE 1953 FALLECIÓ EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1983 ESTA TUMBA GUARDA TUS RESTOS DIOS TU ALMA Y NOSOTROS TU RECUERDO, FAMILIA SANDOVAL. Y una placa dice: “… VOY A PREPARAROS UN LUGAR EN EL CIELO PARA QUE DONDE ESTE YO, ESTEIS TAMBIÉN VOSOTROS”… SE TRASLADO EL 17-JULIO-96.

Al costado izquierdo del atrio, apreciamos un atractivo jardín con rosas rosas, atrás, cipreses y al fondo, la casa grande, porfiriana, de dos pisos, el primero con ventanas verticales protegidas por forjas y el segundo, con distinguidos balcones, con clave saliente y remate triangular. La fachada posterior, con elegante contrafuerte en su esquina, con basa y cornisa. Enseguida un cautivador corredor conformado por tres arcos dóricos, donde se asoman tres ventanas verticales con forja, en el segundo nivel, hay cinco ventanas verticales. Continua un saliente de tres vanos, en el segundo piso corresponde una terraza, que domina la cañada, del otro lado se repite la arcada. Del costado derecho del atrio, un claro nos mostró siete trojas, techada por bóvedas en cañón. Al extremo derecho, otra troja, de piedra aparente y con techo a dos aguas. Más adelante miramos las caballerizas, con entrada arqueada y puertas de mezquite, enseguida se encuentra un galerón con un arco escarzano sobre capiteles dóricos, que liga: con una puerta de la primitiva casa, embellecida por columnas estriadas que rematan con un frontón de arco rebajado. Afuera, unas palmeras y una carreta. Un arco de piedra conduce al balneario.