Viernes, 28 de Febrero 2025
Suplementos | Un hermoso espacio de resguardo en Manzanillo que deberíamos emular para otras especies

Iguanario Archundia

Un hermoso espacio de resguardo en Manzanillo que deberíamos emular para otras especies

Por: EL INFORMADOR

Una de las cautivadoras iguanas sobre un guamúchil de la zona. ESPECIAL /

Una de las cautivadoras iguanas sobre un guamúchil de la zona. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (28/FEB/2016).- Manzanillo atesora un refugio para hermosas iguanas llamado “Iguanario Archundia”. Localizado al sur del puerto, rumbo a la Laguna Cuyutlán, vergel de flora y fauna, unos viajeros tomaron nota, Alfredo Chavero: “Se llega al Manzanillo por una vereda en que casi van pisando las mulas el agua de la Laguna… En la mitad de su extensión tiene islas frondosas, pobladas de las aves más raras y hermosas que conoce la Historia Natural”; Albert S. Evans: “Desembarcamos en cierto punto de la playa rocosa de la Laguna, donde nos dedicamos a recolectar las preciosas flores silvestres… Bandadas de loros de llamativos colores que llenaban los árboles más grandes… Los cocodrilos, que infestaban la Laguna, son muy cautelosos y tímidos y sólo muy de vez en cuando alguno mostraba la punta de su hocico oscuro por encima de la superficie… La flotilla se detuvo frente a una bella isla de suelo rocoso y llena de cactus gigantes”; Edward W. Nelson: “Vida animal: los venados, las nasúas, las zarigüeyas, mapaches, ratas de torso rojo, ardilla de pedregal, y ocelote… También el coyote es común. Los cangrejos terrestres pululan por toda esta tierra baja”; Y John Lewis Geiger: “Un vapor (“Colima”) iba a llevarnos treinta y cinco millas a lo largo de la Laguna… los manglares monopolizaban celosamente todo el espacio disponible… Algunos sitios estaban literalmente atestados de numerosas variedades de patos y cercetas… grandes grullas blancas congregadas tranquilamente en un banco de arena… En las islas flotantes, orgullosas cigüeñas y serenas y melancólicas garzas reales… cada tronco de madera en el agua, estaba habitado por toda clase de pájaros, incluyendo a la activa aguzanieves, al abuelesco pelícano, y al majestuoso flamenco… un par de atractivos andarríos o un veloz Martín pescador… gran variedad de halcones… miles de golondrinas de un reluciente azul obscuro se deslizaban de isla en isla”.

Luego de un rico desayuno que nos preparó Magali, Marisol me dijo determinante: “Papá, paséame”. Y me dije: “Lo mejor que puedo compartir son paseos, pues es maravilloso conocer lugares”. Y empezamos por ir al Iguanario. Pasamos la plaza de armas de Manzanillo y viramos a la izquierda en la última calle, después en una bifurcación, tomamos a la izquierda, enseguida seguimos la avenida Madero con dirección a la Laguna, en el primer retorno nos dimos vuelta y a corta distancia cruzamos un canal y estacionamos el coche bajo la sombra de unas palmeras. A nuestro costado estaba el Iguanario Archundia.  Al entrar admiramos cinco mapaches sobre un árbol, todos en hilera, observando al Norte, como buenos vigías, nos fuimos acercando poco a poco, hasta el límite del muro de su corral, no se inmutaron en lo más mínimo, lo que nos permitió contemplarlos muy de cerca, casi podíamos acariciar sus antifaces.

En el corral vecino estaba un mapache, que nos saludó parándose de manos. Enseguida miramos un puercoespín, pequeño, y al otro lado jugaban unos tejones Badger, inquietos y traviesos. La jaula aledaña la ocupaban unos vistosos queleles, negros con sus pechos dorados.

A un lado vimos unas serpientes en unas peceras y a unos pasos apreciamos unas iguanas dormidas en unas ramas de una gran ceiba y muchas en el patio del Iguanario, comiendo lechuga, con sus cabezas grises y sus pechos naranja al igual que su cresta, algunas con papada, unas de buen tamaño, la cola con rayas negras.

Miramos también iguanas negras, de mediano tamaño. En una gruesa higuera posaban varias iguanas, unas inmóviles y otras activas. Al salir del Iguanario, fuimos cautivados por unos añejos guamúchiles a un costado del canal, en el canal observamos unas tortugas y en las frondas de los guamúchiles, docenas de iguanas, unas cortejando, otras jugando y algunas tomando Sol, un tanto dormitadas.

Los árboles son su hábitat, pertenecen a la familia iguánidos, suborden, lacertilios, orden, escamosos. Reptil tropical, alcanza los 60 cm de largo y se reproduce por huevos. En Santiago, fuimos con “Juanitos” por unas ricas costillitas.

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