Iglesia de San Rafael

GUADALAJARA, JALISCO (03/AGO/2014).- Al oriente de la Parroquia de San Miguel Allende, se localiza la preciosa iglesia dedicada a San Rafael. Al salir de la Parroquia fuimos atraídos por la iglesia aledaña.

Miguel J. Malo y León de Vivero refirieron: Al lado izquierdo de la Parroquia y sobre el atrio común se levanta San Rafael o “Santa Escuela de Cristo”. Proviene este último rebautizo popular de haber instituido allí, el filipense Luis Felipe Neri de Alfaro (1742) la asociación piadosa de ese nombre. Costeo la pequeña capilla —lateral izquierda— don Ceferino Gutiérrez. De las modificaciones seudogóticas en el frontis, ventanas y torre de un cuerpo, salió ilesa, en parte, la severa portada con medallón de piedra y Santo Cristo esculpido. En 1752 instalaron en la primitiva torre un reloj —donación de la Villa de Madrid— que hoy utilizan en “El Chorro”.

Nos sentamos al pie de la cruz atrial a apreciar la fachada principal, que mira al oriente, al bizarro monumento del padre Alfaro, delimitado por una pila circular, la basa con cuatro columnas salientes, rematadas por grandes almenas. El pedestal circular y de dos cuerpos, el primero estriado y bajo, el segundo liso, alto y con acabado dórico, donde posa el padre, de pie, con hábito, las manos al frente y mirando a la plaza.
Once peldaños suben a la puerta principal, en arco de medio punto, la clave con relieve al igual que las dovelas, capiteles dóricos lo soportan, puerta enmarcada por medias columnas dóricas. Friso sobrio y en la cornisa, la ventana coral, gótica, rematada por un medallón con Cristo, que sobresale del cornisamento en forma gótica, una gárgola por costado.

Del lado izquierdo se adosó el campanario, de planta cuadrada, con relieves góticos en la base y de tres cuerpos, el primero con una ventana gótica, el segundo con reloj y el tercero con un vano, elementos que se manifiestan en cada cara, y en la cornisa cuatro almenas piramidales, una por esquina.  Subimos aquellos peldaños para mirar el interior, de una sola nave, de seis tramos, cubiertos por cúpulas de cuatro gajos, el coro sobre un arco escarzano, ventanas góticas brindan luz. Fuimos viendo los altares laterales, alusivos a la crucifixión: la coronación, el calvario, la agonía, etcétera, nos evocó el Santuario de Atotonilco.

 Y el altar principal con el arcángel San Rafael entre columnas. Nos asomamos a la capilla de Cristo Rey, en el altar posa un Cristo de pie, con la cabeza algo inclinada, los brazos levantados arriba de la cintura, la palma derecha hacia arriba y la izquierda hacia abajo, acompañado por dos angelitos.

La transformación gótica fue factura del maestro de obras Ceferino Gutiérrez, quien en 1880 inició con la envoltura de la Parroquia. La Escuela goza de un bonito portal, comprendido por cuatro arcos en medio punto, sostenidos por capiteles dóricos y columnas redondas, en el patio, un Cristo Rey. Fray Luis del Refugio de Palacio citó: “La Santa Escuela, otra iglesia allí conjunta, muestra en su campanario toda la finura y sobriedad elegante de un gótico inglés.

Es obra de ayer, después que se ha comprendido bastante más el género ojival en estas nuestras tierras. Cuya iglesia en su interior es sólo un vasto galerón; donde, sin embargo de su pobreza estructural, no faltan objetos valiosos de subido arte”.