CIUDAD DE MÉXICO (16/JUN/2017).- En días calurosos y de alta humedad, mantenerse hidratados y evitar la exposición prolongada al Sol son fundamentales para evitar que el cuerpo tenga dificultades para regular su temperatura, pierda agua y se produzca un golpe de calor. El Instituto Mexicano del Seguro Social explica que el golpe de calor es el incremento de la temperatura corporal a más de 40 grados centígrados y es más frecuente en los adultos mayores, niños menores de seis años, así como en las personas que viajan de lugares fríos a países más cálidos. Dependiendo de cómo se presenten los daños relacionados con la exposición al calor y sus síntomas, se sugiere tomar medidas para atender a la persona afectada. Aunque la principal causa de un golpe de calor es la temperatura, factores como el medio ambiente, el ejercicio y las características personales, favorecen su aparición como la mala hidratación, el sobrepeso y un mal estado de salud previo a la exposición solar. Los daños a causa de temperaturas elevadas son progresivos y se presentan como quemaduras solares, calambres, agotamiento por calor, y el golpe de calor. Cuando el cuerpo deja de mantener la temperatura normal de 37 grados centígrados, se considera como emergencia médica. Los primeros indicios de alerta son piel caliente, roja y seca, pulso rápido y débil, estado de confusión o pérdida del conocimiento, convulsiones, respiración agitada y superficial, además es probable que la persona no presente sudoración. Ante ello, el Seguro Social sugiere llevar a la persona a un lugar fresco, quitarle la ropa, colocarle paños frescos y húmedos en la frente, abdomen y axilas. Después de darle un baño en agua fresca, si es posible, usar ventiladores y/o aire acondicionado para refrescarla y de ser necesario trasladarla de urgencia a un hospital. El IMSS pide a la población no subestimar la gravedad de un caso, sobre todo si se trata de un niño, un anciano o una persona lesionada, evitar suministrar medicamentos para la fiebre. Se sugiere no suministrarles tabletas de sal, no ingerir alcohol o cafeína, jamás frotar la piel con alcohol, no permitir que alguien que sufre un golpe de calor tome algún tipo de líquido y menos si vomita o está inconsciente. Para evitar los daños por calor, es importante evitar la exposición al Sol, permanecer en la sombra, tomar líquidos en abundancia sin esperar a tener sed, comer alimentos bien cocidos, no ingerir bebidas muy azucaradas y/o alcohólicas. Además, vestir ropa ligera, holgada y de colores claros, evitar el trabajo físico intenso y prolongado, evitar el ejercicio durante las horas de más calor y en el exterior, usar sombrero o sombrilla. Es importante reducir el uso de la estufa o el horno, bañarse frecuentemente y evitar permanecer dentro de los vehículos.