Viernes, 29 de Noviembre 2024
Suplementos | Antigüedad

Extensión de la memoria

El libro en el tiempo

Por: EL INFORMADOR

El libro en el tiempo

Los libros están íntimamente ligados al lenguaje, la expresión, la escritura de cualquier tipo, aunque éstos elementos hayan existido desde antes de la invención del libro. Éste contiene información y es una extensión de la memoria puesto que puede perdurar más allá de ella. La historia se sustenta en esta magnífica y maravillosa invención humana: el libro. Ha sido para la humanidad, lo que el sonido es para la música, o lo que el color es para la pintura.

  Antigüedad

Hablando de formas cercanas al formato de libro, tenemos los rollos de papiro que egipcios y mesopotámicos desarrollaron desde hace más de tres mil años; son pliegos de papel (plagulae) cortados en largas tiras de hasta 20 metros de largo que luego eran enrolladas. Son famosos, por ejemplo: el “Papiro de Turín”, antiguo mapa egipcio que data de la época de Ramses IV, y el de la ciudad italiana de Herculano que es poema fragmentario sobre la batalla naval de Actium entre las tropas de Cayo Julio Cesar y las de Marco Antonio y Cleopatra, en el año 31aC.

Fue Egipto el principal centro productor y proveedor de papiro. Los chinos desarrollaron el papel desde el siglo I de la era cristiana, y los árabes aprendieron su técnica y la introdujeron en Europa en el siglo VIII dC, a través de España, cuando ésta fue invadida por los musulmanes. Antes que el papel, también el pergamino elaborado en piel vino a ser fuerte competencia del papiro.

También se usaron tablillas de madera que luego fueron unidas formando pequeños“cuadernillos”; durante los primeros tiempos del Imperio romano el soporte de madera fue cambiado por el pergamino, que para esos tiempos su uso estaba ya generalizado. Esto es, sin duda, el antecedente del libro que actualmente conocemos. Existió el libro llamado “palimpsesto”, el cual podía ser “reutilizado” luego de ser lavado el pergamino y borrada su escritura para redactar sobre él una nueva.
 
Edad Media


El uso del papel vino a revolucionar de manera importante la elaboración de libros. Ante la invasión árabe a España (siglo VIII), fueron los monasterios los encargados de conservar la cultura hispana y cristiana. Ahí se produjo una importante cantidad de libros, como fue el Códice Sinaítico de la Biblia, elaborado en el monasterio de Santa Catarina, al pie del monte Sinaí. La reproducción de libros se volvió una de las principales ocupaciones de los monjes quienes invertían horas para preparar el pergamino o papel, dibujar las líneas para enmarcar el párrafo, su redacción, paginación y hasta su final encuadernación y detallado.
Sin duda que los episodios bíblicos, evangélicos y demás temas del cristianismo fueron un tema predominante en la producción de libros medievales, además de la realización de copias de obras antiguas griegas y romanas. Éstas son ahora conocidas precisamente gracias a estas reproducciones y traducciones medievales.

Sabemos que fueron los chinos quienes crearon el primer libro impreso (Sutra de diamante), hacia el año 868. Se labraba una tabla de madera por cada página impresa. Entre el siglo X y XI se realizaron varios libros con esta técnica, como el Evangelario de Egbert, los Evangelarios de Otón, el Codex aureus, que contiene 52 cuadros con escenas de la vida de Cristo. También dos Salterios, del monarca San Luis, escritos hacia 1254, y la valiosa Summa Theologica de Santo Tomás, representante de la escolástica medieval.

La revolucionaria  imprenta de Gutenberg

No discutiremos sobre la paternidad del invento de la imprenta de tipos móviles, sólo señalaremos que hay noticias de esta imprenta desde el siglo XI, obra del alquimista  chino Pi Cheng, así como la obra de “Anales de Korea”, de 1392. En Europa son tres las naciones que se disputan la paternidad del invento: Holanda, Francia y Alemania, aunque es esta última es la que parece tener los argumentos más sólidos en la obra de Johann Gutenberg, oriundo de Maguncia; él imprimió en 1456 la “Biblia de 42 líneas” (Biblia de Mazarino), obra que se reconoce como la más antigua elaborada con tipos móviles.
Los primeros libros impresos con estos caracteres móviles fueron llamados “incunables”, del latín incunabulum, cuna. Entre los más antiguos incunables, además de la Biblia de Gutenberg, está el “Psalterio” que contiene salmos de David.

El libro en México

Tal vez sea el Manual de adultos, 1540, el libro más antiguo impreso en México, del cual se conservan algunos fragmentos. En 1558, el franciscano Maturino Gilberti publicó Arte de la lengua de Michuacán, y al año siguiente apareció el Diálogo de doctrina cristiana, libro prohibido por el Santo Oficio. El impresor Pedro Ocharte publicó en 1571 el Arte de la lengua mexicana, de fray Alonso de Molina, libro que hasta nuestros días se sigue editando y es fundamental para el conocimiento de la lengua náhuatl.

Es de notarse que las primeras imprentas en Nueva España fueron instaladas en la capital; hacia 1639 se estableció la de Puebla, y en 1793 llegó a Guadalajara. El hecho de que nuestra ciudad no contara con una imprenta iba en detrimento precisamente de los libros y sus autores. Una vez instalada esta industria en Guadalajara por Mariano Valdés, éste se dedicó “a la edición y al comercio de libros”, que los ofrecía en su tienda en gran variedad. Dos de sus primeras publicaciones importantes fueron los Elogios fúnebres y la Novena de la milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Aranzazu, ambas de 1793. Dos años después publicó la Real Cédula del Consulado de Guadalajara, y le siguieron infinidad de obras.

La imprenta fue fundamental para darle un nuevo status al libro; éste era ya algo alcanzable y capaz de expandir el pensamiento hacia otras personas. El libro: almacén del conocimiento, las ideas y el arte, testigo milenario de la historia.

Cristóbal Durán

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones