Explorando el mundo

GUADALAJARA, JALISCO (13/MAR/2011).- Recientemente me contaron que en la compañía aérea de Volaris han introducido un nuevo concepto en la interacción de la tripulación con los pasajeros. Rompieron la forma de explicar los protocolos de seguridad y la información, para hacerla “chistosa”, coloquial y bromista. Desde luego que hay quien piense que no viene ni al caso, pero para otros muchos es una nueva manera de acercarse al cliente y darle un toque más amigable y cercano. Y si lo piensa uno, pues es cierto que no tienen que ser explicaciones rutinarias, aburridas y hasta chocantes. La verdad, es que ni caso les hacemos. En cambio así hay más probabilidades de que la gente ponga atención a las medidas que hay que tomar, para mejorar la seguridad o escuchar las condiciones atmosféricas y la ruta a seguir.

Al menos, parece un buen intento, y el buen humor siempre es mucho más grato que la solemnidad y la frialdad de un anuncio o hasta un mismo video que te repiten en todos los vuelos.

El problemas puede ser, que si alguien de la tripulación no tiene el carácter ameno y positivo , para caer bien con sus chistes, pues puede caer gordo y hasta molestar con su falta de respeto. Y entonces rayar en el ridículo y la payasada.

De cualquier manera, el buen humor es mucho mejor opción que las caras largas y la actitud pesada y enfadosa, que han tomado casi todos los prestadores de servicio que tienen que ver con los aeropuertos y la transportación aérea, cobijados con el prurito de la seguridad internacional. De eso sí ya estamos cansados, porque te revisan todo y te quieren impedir que subas al avión casi cualquier tontería. Y todo regularmente de mal modo y con actitudes poco amigables.

Así que bienvenidos los intentos de hacer agradables y amenos los trayectos. El buen humor es un regalos que debemos de agradecer. Un poco de risa y chistecitos, son una buena medicina para tanta malas caras.

Ojalá y que dure el plan.