Explorando el mundo

GUADALAJARA, JALISCO (21/NOV/2010).- ¿Qué es eso de salir de viaje con las caras largas y acongojadas? Pues aunque parezca extraño, hay mucha gente que le da por andar de malas  hasta para irse a pasear por el mundo.

Sí, es cierto que la vida no es fácil y  que puedan existir motivos para que las personas tengan caras de pocos amigos y con signos evidentes de que se la están pasando mal. Pero aun así, debemos de intentar ponerle buena cara  a los malos momentos por los que podemos estar pasando.

Desde que me acuerdo, existen dos opciones para viajar: o hay buen ambiente o lo contrario, tal y como sucede en las fiestas. Como  también pasa cuando llegas a una reunión y puedes respirar el ambiente apagado y sin chiste,  o esa agradable sensación de que la gente está contenta y disfrutando  plenamente del momento.

Pues es importante que tengamos conciencia de ponerle alegría y emociones positivas a los viajes. Prácticamente desde que salimos de casa hay que dejar todos los problemas atrás y comenzar la aventura con  una visión de la vida fresca y positiva. Que de verdad se note la alegría por hacer ese viaje.
Ciertamente es un reproche a todos aquellos que acostumbran ir regañando a sus hijos, a ponerse en plan de pelear a todo el prestador de servicios que pueden, desde a la señorita del mostrador, hasta a la sobrecargo, pasando por una enérgica llamada de atención  a los hijos y poniendo cara de enfado por que aún se siente adolorido por los gastos que implican el viaje.

Hace poco una persona me contaba que hay viajes inolvidables y otros que hubiera sido mejor no salir, y que generalmente es debido a la mala actitud que tenemos durante todo el trayecto, sin disfrutar nada y poniéndole peros a todo.

Así que vamos haciendo un gran esfuerzo,  para esmerarnos en poner en la maleta las mejores actitudes , especialmente la alegría que es el ingrediente principal,  para que todo cuanto suceda nos lleve a convertirse en una agradable e inolvidable experiencia.
Vale la pena.