Explorando el mundo

GUADALAJARA, JALISCO (09/MAY/2010).- Es cada vez más frecuente que viajen personas solas por múltiples razones.
¿Y el turismo está preparado para atenderlos bien?

Es la pregunta importante,  porque las necesidades y el estilo de vida son muy diferentes.

Es conocido que los costos de un cuarto de hotel es mucho más alto sólo que acompañado y los cuartos individuales son poco atractivos. Que  en los restaurantes  resulta incómodo sentarse a comer y los tours acaban siendo aburridos.

El turismo se ha organizado para grupos, familias o parejas; pero realmente no hay mucho que ofrecerle a los que prefieren andar solos.

La vida actual tiende al individualismo y a que las personas vivamos de acuerdo a nuestra muy particular forma de vivir. La prueba está en que en la mayoría de las grandes ciudades, los automóviles van sólo con el conductor,  de aquí que el concepto de “car pool” se acompañara  del privilegio de tener

un carril exclusivo para dos o más personas. Y aun así sigue siendo una realidad,  que miles de vehículos sólo llevan a una sola persona.

Lo mismo está aconteciendo en los aeropuertos,  donde es cada vez más frecuente ver viajeros solitarios, amén de los hombres de negocio y ejecutivos que suelen estar acostumbrados a viajar así.

Parece que el turismo no ha contemplado un esquema especial para hacer que los solitarios encuentren en sus viajes una oportunidad de conocer gente nueva y establecer vínculos interesantes.

El mundo se llena de gente sola, que no sabe cómo establecer relaciones con los demás y de aquí el éxito de tantas páginas de Internet que ayudan a conectar parejas.

Queremos ver hoteles, centros de diversión, visitas guiadas y cuanto se pueda ofrecer para que los millones de solitarios disfruten de viajar también solos.

Tal vez no estemos preparados aún, pero el momento ya lo empieza a exigir y cada vez serán más las personas dispuestas a utilizar los servicios hechos a la medida de sus necesidades.

Son muy pocos los que se sienten bien viajando solos, hay muchas personas, sobre todo mayores que estarían muy agradecido de que los tomáramos en cuenta por su decisión de vivir así.