Martes, 26 de Noviembre 2024
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El diablo en el cuerpo

Hace casi 40 años los endemoniados irrumpieron en el cine de horror con tremenda asonada

Por: EL INFORMADOR

Posesión. De nuevo una historia sobre un espíritu que se aloja en una niña. ESPECIAL  /

Posesión. De nuevo una historia sobre un espíritu que se aloja en una niña. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (02/SEP/2012).- Hace casi 40 años los endemoniados irrumpieron en el cine de horror con tremenda asonada. Stephen King, que de cosas que dan miedo sabe bastante, dice que esos personajes fueron un símbolo muy claro del malestar que padecían las viejas generaciones: “Aquellos padres que sentían, en una especie de agonía y terror, que perdían a sus niños y no podían entender por qué o cómo había ocurrido eso”. Así El exorcista (1973) condenó a niños y a mujeres adolescentes, algunas no tan adolescentes, de la posteridad, a sufrir con regularidad asaltos de los espíritus chocarreros más violentos, y a ser rescatados mediante una combinación de viejas y santas tradiciones, y el método más drástico, que consiste en ponerse al tú por tú con el diablo.

Desde entonces nuestro conocimiento se ha incrementado con la certeza de que esas entidades sobrenaturales no se amedrentan tan sólo con rezos y objetos sagrados, y más bien, siempre aceptan con ardor la posibilidad de “darse un tirito” con uno de su tamaño.  

Posesión satánica es la enésima película de su tipo que se produce en el mundo. Posiblemente no sea la peor, aunque para mi gusto no alcanza cuotas muy altas de frenesí y delirio.  De novedad tiene que ahora el maligno es un demonio judío, un dybbuk, ente al que el  cine polaco en yiddish había dedicado una cinta en 1937. Los guionistas afirman que tomaron el pretexto de una leyenda urbana, es decir algo nacido de las habladurías de Internet, que refiere la existencia en Estados Unidos de una caja que cambia de dueño constantemente, y que sólo trae maldiciones a quien la tiene.  

El realizador es un danés, con una carrera de 20 años filmando temas que coquetean con el misterio criminal, el suspenso sobrenatural,  y el drama psicológico, a la vez. Su interpretación del guión empieza por imponer a los distintos personajes la necesidad de moverse por espacios en penumbra, y olvidar el uso de la luz eléctrica. La oscuridad le sirve para componer imágenes elegantes, dar una sensación de clima frío, facilitar los espantos, y en el punto culminante expresar la intensidad de la lucha entre lo humano y lo quimérico, con un calculado parpadeo entre claridad y tiniebla.

A estas alturas los efectos especiales permiten sustituir los acostumbrados vómitos de color verde por elementos más sorprendentes como manos que salen de la boca o dedos que asoman por la garganta. También han vuelto vistosos  hasta los análisis clínicos; ahora desde la primera resonancia magnética los padres pueden echar un buen vistazo al engendro, evitando tanto el diagnóstico médico, como más penurias, y confirmando la necesidad de un exorcista. Sin embargo, el viejo y apasionado truco final del padre Karras, sigue funcionando a la perfección aún con espíritus hebreos.

Posesión satánica (The Possession), EUA, 2012; Director: Ole Bornedal; Guión: Juliet Snowden, Stiles White; Actuación: Jeffrey Dean Morgan, Natasha Calis, Kyra Sedgwick, Madison Davenport.

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