Viernes, 29 de Noviembre 2024
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El colmillo más largo de la madriguera

Es un político con grandes victorias y derrotas en su carrera y ahora enfrenta el reto de salvar al Atlas, que está al borde del precipicio financiero y deportivo

Por: EL INFORMADOR

Eugenio Ruiz Orozco es el hombre sobre el que caerá la responsabilidad de dirigir el destino de un club privado. ESPECIAL /

Eugenio Ruiz Orozco es el hombre sobre el que caerá la responsabilidad de dirigir el destino de un club privado. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (21/JUL/2013).- Le apodan “el Caballo”, el tapatío de cepa de 66 años encabeza la encrucijada más compleja en la historia del Atlas. Eugenio Rodrigo Ruiz Orozco es un hombre de retos, político reconocido, con grandes victorias y derrotas en su carrera. Inteligente, que se maneja (usualmente) en público con una sonrisa y emana educación y respeto, y también se desenvuelve gustoso como pez en el agua cuando atiende a los medios. Es un zorro veterano, pero con energía y deseoso de reinventar el futuro rojinegro, en el que puede quedar marcado como héroe o villano: como el presidente que al fin se decidió a entregar el club a otras manos que no sean las de los 124 socios que han dejado al Atlas al borde del precipicio financiero y deportivo.

¿Cómo llegó a la presidencia del Atlas? ¿Por qué un político al frente de un club en que los grupos de poder pelean entre ellos de la misma manera que lo hacen dos bandos rivales en una escuela secundaria privada? La respuesta puede ser tan obvia como parece. Los tiempos actuales en el mundo rojinegro necesitan un cambio de fondo y con urgencia. Lo dijo él mismo fuerte y claro: Atlas necesita unión.

Los Zorros deberían estar más unidos que nunca, cuando han aceptado públicamente (¡al fin!) que gastan más de lo que ingresan, que tienen un boquete financiero que puede llegar a los 200 millones de pesos y que actualmente rondan los 15 millones de pesos mensuales para operar.

Deportivamente el equipo viene de una temporada regular de ensueño en la que terminaron en tercer lugar general, para escapar momentáneamente de las garras del descenso y despertar abruptamente en la Liguilla (eliminados grotescamente a la primera oportunidad por el Santos). Actualmente no pueden tirarse a la hamaca y pensar que ya están salvados de caer al infierno de la Liga de Ascenso MX, pues una temporada como la pasada se antoja casi imposible de repetir.

Eugenio Ruiz Orozco es aficionado rojinegro desde la infancia, y es socio activo del Atlas desde finales de los ochenta. Como hombre de política sabe que un grupo dividido está condenado al fracaso, y su principal obstáculo en la próxima Asamblea Extraordinaria del club el 29 de julio (en la que expondrá todas las propuestas recabadas en su gestión y escuchará a los 124 socios con derecho a voto) debe ser encaminar las ideas hacia un solo rumbo. Una empresa que luce imposible, aunque parte de la ventajosa situación de haber sido ungido como candidato único (el de la “unidad”) por los dos bandos que han manejado al Atlas en los últimos tiempos. Eugenio ya había contendido a la presidencia rojinegra en 2007, cuando fue superado por otro veterano, Fernando Acosta.

Ruiz Orozco nació el 5 de abril de 1947 en Guadalajara. Es Licenciado en Derecho por la Universidad de Guadalajara, donde fue Catedrático, y también es egresado de la Escuela Normal de Jalisco. Es decir, “licenciado y profesor”. Además, Notario Público No. 81 en Guadalajara.

Política y futbol

Es miembro activo del Partido Revolucionario Institucional, ha ido escalando hasta alcanzar algunos de los puestos políticos más importantes: regidor del Ayuntamiento de Guadalajara, diputado Local del Congreso de Jalisco, presidente municipal de Guadalajara y senador de la República.

El peor momento político de Eugenio Ruiz Orozco lo vivió el domingo 12 de febrero de 1995, cuando fue derrotado en la contienda a Gobernador por Alberto Cárdenas Jiménez. Ese fue el día que el PAN destronó al otrora invencible partido oficial. Eugenio tiene el no grato “honor” de ser el primer candidato tricolor que perdió una elección estatal en Jalisco.

Toda experiencia suma y al paso del tiempo se convierte en sabiduría. Aunque pertenece a una generación política anterior a la que actualmente dirige el Gobierno estatal, Ruiz Orozco y Jorge Aristóteles Sandoval Díaz aparentan una relación cordial desde que Eugenio se retirara en 2009 de la candidatura tricolor, que obtuvo Sandoval, quien llegó a la presidencia municipal de Guadalajara. Y aún más cercana se volvió esa relación cuando el actual Gobernador del Estado recibió recientemente un reconocimiento que lo convierte en socio distinguido del club Atlas, con el cual puede hacer uso de las instalaciones de los tres clubes deportivos con los que cuenta la institución rojinegra.

El mandamás de Colomos ha insistido consistentemente que no tenía tintes políticos la solicitud de apoyo económico por 12 millones de pesos que entregaron al Gobierno estatal (con el argumento de que Atlas es una institución intermedia que permea en la sociedad tapatía porque el Atlas es un bien común de la ciudad de Guadalajara, y que en realidad no tenían dinero y sí deudas que ponían en peligro su participación en Primera División del futbol nacional), y que finalmente el martes pasado retiraron tras una avalancha de críticas y desaprobación generalizada de la población (y selectos actores políticos con quien Eugenio tuvo sus dimes y diretes) a través de todos los medios disponibles, aseverando también que no han recibido ninguna clase de recursos públicos de esta administración. Sin embargo, un reconocido columnista local de un periódico deportivo de circulación nacional reitera que Atlas sí recibió dinero del Gobierno y que con ello pagó la deuda de los salarios de mayo de los jugadores del primer equipo, al igual que lo concerniente con la Femexfut para poder participar en el torneo de Apertura 2013 de la naciente Liga Bancomer MX. Y también es un tanto curioso que a pesar de retirar la solicitud de apoyo financiero al Gobierno estatal, durante la presentación del nuevo uniforme del Atlas para la temporada que recién comienza, el máximo directivo rojinegro puso a consideración del Consejo Directivo actual, lucir en la playera una leyenda alusiva a las campañas del gobierno estatal: “bienestarjalisco.mx”. Es interesante que un club endeudado y con una necesidad urgente de ingresar patrocinios, esté en posibilidad de aportar un espacio vendible a una causa que no le generaría beneficios económicos.

Propuestas han ido y venido sobre la mesa del presidente rojinegro, aficionado supremo a los caballos (de ahí su apodo). Se sabe que tanta franqueza como con la que se ha manejado públicamente en los últimos meses no ha caído del todo bien en el seno del club (especialmente cuando declaró que Atlas está en peligro de desaparecer). Intriga que acepte que no sabe nada de futbol y que se lo hizo entender al técnico del primer equipo (el argentino Omar Asad) a quien sí le aseguró que sabe sumar y que al final del torneo espera recibir buenas cuentas. Es llamativo también que se muestre tan tranquilo cuando acepta que desconocía a profundidad la problemática del club al momento en que tomó el mando, y que esté tan abierto a escuchar al resto de los socios (situación improbable con los presidentes anteriores del Atlas).

¿Navega con bandera de ingenuidad un político de colmillo largo y retorcido, o está sembrando dudas y pánico sobre el presente y futuro entre las fracturadas líneas rojinegras?

Se viene una semana crucial para el Atlas. Es muy difícil que se pongan de acuerdo los 124 socios para que cambien de Asociación Civil (la única sobreviviente entre los clubes de Primera División en México) a Sociedad Anónima, que puedan conseguir la unanimidad para vender a la institución rojinegra, o que puedan conseguir un socio externo capitalista y que los socios que han manejado al club como si jugaran “Turista” queden de lado.

Eugenio Ruiz Orozco es el hombre sobre el que caerá la responsabilidad de dirigir el destino de un club privado, que es infinitamente de interés público y patrimonio moral para más de un millón de personas sólo en Guadalajara. Más que nunca necesitará de la sapiencia que ha adquirido en su larga carrera política para la misión tal vez más ardua de su vida: salvar a un equipo de futbol.

Tapatío

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