El París de Carlos Fuentes

GUADALAJARA, JALISCO (15/JUL/2012).- Debemos encender nuestro GPS, ponernos zapatos cómodos y descubrir la ciudad vista con los ojos de Carlos Fuentes. Es el París de los años 60 y 70, que gracias al Instituto Cervantes hoy podemos conocer.

Iniciamos en el Ayuntamiento (4 rue de Lobau), donde Fuentes recibió el 26 de mayo de 2010 la Gran medalla de Vermeil. El edificio data de la época medieval y fue el primer escenario donde se utilizó la guillotina. Su fachada se decoró con nichos y pilares que conservan 108 personajes y 30 estatuas. El interior conserva pinturas, detalles en oro, mármoles y maderas finas.

Balzac y la última morada

Cruzamos al margen izquierdo del río Sena, el favorito de Fuentes. Encontramos la rue de Bièvre. Ahí el escritor vivió con intensidad el año de 1973. Su vecino era el futuro presidente de Francia, François Mitterrand. “Gracias a la rue de Bièvre y su olor a cuscús y su cante jondo arábigo frente a mis ventanas, me atreví a organizar el final de Terra Nostra. Más importante: allí nació mi hijo”, declaró al Instituto Cervantes. También fue habitada por Dante Alighieri.

La esquina de las calles Tournefort y du Pot de Fer aparece en las novelas de Balzac como rue Neuve-Sainte-Geneviève. Destaca por los escritores que vivieron en ella y por las casas editoriales. Es un punto importante de la ruta porque Balzac fue el “cicerón” parisino de Carlos Fuentes. “Cuando llegué no tenía ningún amigo, sólo a Balzac. Me paseaba leyéndole. Quería a Balzac como guía de una ciudad porque leyendo a Balzac daba un alma a París”. En un rincón de esta intersección está la pensión de Madame Vauquer que Fuentes visitaba con mucha frecuencia.

Llegamos a El Panteón, un templo del siglo XVIII, construido para guardar la reliquia de Santa Geneviève. Ahora es el mausoleo de honor de los personajes que han marcado a Francia y Carlos Fuentes tiene en ella su eterna morada.

Después, frente a la Universidad de la Sorbona (1, rue Victor Cousin), hay que leer las líneas que Carlos Fuentes escribió en su crónica La Revolución de Mayo, Los 68. “Las estatuas de Pasteur y de Pascal en la Sorbona lucen pañoletas rojas en el cuello y sostienen banderas negras entre los brazos; Víctor Hugo, viejo sensualista, parece culminar un placer legendario y secular con esa maravillosa muchacha morena que hoy se sienta en sus rodillas de piedra. La cabeza de Descartes sirve de apoyo a dos jóvenes que, en el patio atestado, escuchan esta noche a Jean-Paul Sartre...”.

Cinéfilo y embajador

Debemos llegar al Cinema Le Champo (51 Rue Ecoles), uno de los cines clubes del Barrio Latino. Era su preferido. El “Champollion”, como lo llamaba, sufrió un incendio, tras el suceso su propietario inventó el sistema “rétro-réflex.

Le Champo proyectaba lo mejor del cine francés. Actualmente programa retrospectivas, ciclos temáticos con sesiones nocturnas y proyecciones con desayuno.

La Plaza Furstenberg, el Pasaje Conti y los candados que sellan el amor en Pont des Arts también están incluidos en la ruta. Ahora estamos el jardín de las Tullerías. En este escenario, el libro Una familia lejana tiene su desenlace. “No sé si mis ojos ven claramente lo que ven; llevo prisa y sólo una ráfaga de viento me trae el olor de las magnolias en flor del jardín de las Tullerías”.

El final está cerca, en la antigua sede de la revista L’Express (25 rue de Berri). En los cafés de la zona surgieron las primeras líneas de Aura ,en 1961. Fuentes redactaba su novela por las mañanas.

Llegamos a la Embajada de México (9 rue de Longchamp) en donde nuestro escritor desempeñó el papel de embajador en 1977. Recuerda en su novela Una familia lejana la presencia de Octavio Paz en esas oficinas: “en el boulevard de La Tour Maubourg oiré la voz de Pablo Neruda, en la rue de Longchamp la de Octavio Paz. Para extender el recorrido consulta la página “www.paris.rutascervantes.es”, que incluye la casa de Cortázar.

TOMA NOTA

¿Cómo llegar?
El costo de los vuelos a París oscila entre mil 200 y mil 500 dólares, según la aerolínea o disponibilidad.