Diario de un snob

GUADALAJARA, JALISCO (05/JUN/2011).- Algunos periódicos, como el DIARIO DEL HOGAR, habían anunciado en sus titulares el miércoles 24 de mayo que esa misma tarde de 1911 tendría lugar la renuncia del general PORFIRIO DÍAZ, ello significó que numerosos grupos de revoltosos se conglomeraran alrededor de la Cámara de Diputados, otros más en torno a la plaza del caballito, precisamente enfrente de la mansión que ocupaban NACHO DE LA TORRE y MIER y su esposa AMADITA DÍAZ de DE LA TORRE, la hija consentida de DÍAZ; al desmentirse la noticia, otros intentaban acudir a la casa del dictador en las calles de Cadena, muy cerca de catedral, otros más lograron llegar a casa de JOSÉ YVES LIMANTOUR con toneles de combustible, a fin de incendiar la casa de uno de los más cercanos colaboradores de DÍAZ... por fin la lluvia que se dejó sentir esa noche acabó de disgregar a los manifestantes. A la mañana siguiente, jueves 25 de mayo, DÍAZ entregó su renuncia a los miembros del Congreso de la Unión. Se había resistido a salir de su recámara y no había permitido siquiera la visita de cierto embajador. La noticia cayó como una bomba por todos los confines del país, y esa misma noche y sin avisar a nadie, acudieron a la calle de Cadena número ocho varios automóviles para llevar al general DÍAZ con los suyos, que lo esperaban ya en la estación de San Lázaro. Estaban ya puestos ahí todos los objetos personales del general, entre ellos, ocho baúles que guardaban sus archivos; al poco rato descendió en silencio, mientras su esposa, doña CARMELITA ROMERO RUBIO de DÍAZ, le esperaba en un auto Mercedes Benz negro, con los ojos empañados por las lágrimas; en silencio también se monta al auto  y en silencio pasan por última vez por la enorme Plaza de Armas, viendo recortada la silueta del Palacio de Gobierno y de catedral, para en poco tiempo llegar a la estación. DÍAZ vestía un traje de casimir claro y encima un ligero abrigo de lana; ahí les esperaban el resto de su familia, junto al general FERNANDO GONZÁLEZ y el teniente coronel ARMANDO I. SANTACRUZ, el inspector CELSO ACOSTA y el ingeniero GONZALO GARITA; ni tiempo había tenido para mudarse de ropa y así, a las cuatro y cuarto de la madrugada del 26 de mayo, sale por fin el tren hacia Veracruz, llegando al puerto al anochecer y hospedándose en una casa propiedad del británico Lord COWDRAY, habiendo solicitado ese favor con el temor de que los mismos mexicanos cometieran una traición. Permanecieron en el puerto por cinco días, sorprendidos por las atenciones que todos los sectores de Veracruz les dispensaron; nutridos grupos de personas de todos los estratos sociales intentaban darle el adiós al general, encabezados por el entonces gobernador, don TEODORO DEHESA. Por fin, el 31 de mayo, día de la partida, un batallón de zapadores inició la ceremonia de despedida, manteniéndose DÍAZ de pie mientras presentaban armas. De pronto, el general VICTORIANO HUERTA se acerca a despedirlo y mediante un abrazo le comenta: “Ya se convencerán... de que la única manera de gobernar bien al país es como yo lo hice...”. Poco después de almorzar y comenzada la tarde, DÍAZ y sus familiares salen definitivamente hacia los muelles para tomar el “Ypiranga”, un correo-vapor de la línea Hamburg-Amerika de unos 100 metros de eslora, ostentando una bandera con las armas de la noble familia de los HOHENZOLLEREN. En el puente del vapor y al lado de su hijo permaneció el general DÍAZ de pie por unos minutos, lo rodeaban los ya citados GONZÁLEZ Y SANTACRUZ, así como ROBERTO NUÑEZ, hombre de confianza de LIMANTOUR; abajo se arremolinaba tal cantidad de gente que hubo de ser necesaria la intervención de la fuerza pública para contener a los miles de mexicanos que con pañuelos, sombreros o con la mano, le daban el adiós al general DÍAZ... con la voz entrecortada por la emoción se despide de su México querido con unas breves, pero muy emotivas palabras (de esto existe una grabación y en alguna ocasión nos tocó escucharla), mientras las bandas del puerto tocan el Himno Nacional, se escuchan los 21 cañonazos de salva y unas horas después se inicia suavemente el viaje que lo habría de llevar al destierro sin retorno... muere en París en 1915... Y pasando a otros temas más actuales, pero que de algún modo nos conectan con el pasado, con un pasado que muchas veces tiene que ver con el presente... así, noches recientes en una tertulia de “salón”, por llamarle de algún modo, hablábamos de la importancia que tuvo para la música popular y clásica de un auténtico autor que por equívocos de sus historiadores se da por sentado que “era sinaloense”, cuando él mismo aclaró el dato de que el hecho de haber nacido por accidente en Culiacán, nada tenía que ver con aquel Estado; su familia, su formación y sus querencias eran y lo fueron siempre Guadalajara... nos referimos al notable ALFREDO CARRASCO, autor de la célebre pieza Adiós, mejor conocida como EL ADIÓS DE CARRASCO, y que a pesar de haber sido (y todavía lo es) una de las piezas más conocidas en la historia de la música de México, fue la que lo encumbró y lo sepultó, pues quedaron de lado cientos de obras serias, conciertos completos, réquiems, etcétera, que no se han dado a la tarea de publicar aún y que pueden ser materia para investigadores en el tema... y viene al caso porque precisamente una linajuda y generosa dama de fines del siglo XIX (como ya no las hay), fue la mecenas que lo salvó de la extrema pobreza en que creció el músico; así, doña MARÍA FERNÁNDEZ DEL VALLE de su peculio se ocupó de buena parte de la educación, y como si fuese un hijo más lo arropó y le dio ánimos para convertirse en un gran músico, como en realidad lo fue... ¿Qué viene al caso? Que precisamente este miércoles 8 de junio expone en los salones del MUSEO DE LAS ARTES (rectoría de la Universidad de Guadalajara) una de las bisnietas de tan generosa dama... la notable artista LORENZA ARANGUREN exhibe en gran forma su muestra Paso sin ver  hasta agosto 15, demostrando con ello el crecimiento y profesionalismo de LORENZA como artista ya de primer orden... aún recuerdo hace años su primera expo en la Ciudad de México... daba sus primeros pasos, pero siempre firme y con mucha consistencia; hoy ve sus frutos al exponer en un recinto de tal importancia... su obra, 100% abstracta y maravillosa, siempre ha sido de nuestro total agrado. Bravo por LORENZA, quien lleva en su sangre la venia artística que en otro sentido llevó su bisabuela... al final de la muestra se ofrecerá el coctel de rigor.