Diario de un snob

GUADALAJARA, JALISCO (23/ENE/2011).-  Probablemente a los actuales habitantes de esta otrora "noble y leal ciudad" nada les diga el nombre de “Miss Bell” y mucho menos el del payaso Bell, así Guadalajara tan carente de memoria colectiva (a su manera, pues sólo se recuerda lo que no debe recordarse y viceversa) ha perdido mucho de su patrimonio artístico en todos sentidos, en aras de un supuesto progreso del que por cierto, nunca hemos visto resultados... En fin Querido Diario, no hace mucho que falleció a la edad de 102 años la otrora célebre primera bailarina y maestra de ballet Amelia Bell, mejor conocida como "Miss Bell" y que llenara toda una época de la vida artística de esta ciudad... maestra que fue de "medio Guadalajara", entre niñas y chicas de sociedad... o pequeñines a los que les montaba sensacionales coreografías, ya fuera por la época de Navidad o a la llegada de la primavera... siendo la mayor de las veces el Teatro Degollado su principal escenario y en donde se sentía a sus anchas... pero vayamos un poco más atrás en la historia que nos ocupa… hacia 1880-1885 habían llegado a México un circo muy famoso, el Chineli, y su rival: el Orrin... procedentes de Europa (esa clase de rivalidades que 80 años después la hubo entre los Circos Atayde y Bell`s aquí en nuestro país)... al desembarcar y montar ambos sus espectáculos en la ciudad de México, los Orrin convencen a Ricardo Bell (de origen inglés) de que se integrara a su espectáculo a fin de enriquecerlo con su arte y gustados números e ingenio... de que pasa de una compañía a otra... se transforma en el Clown Bell... y en menos que "canta un gallo" se echa a la bolsa a toda la sociedad mexicana de la época, incluido Don Porfirio Díaz y su esposa Carmelita, con los que además cultivaron una estrecha amistad... casado con la dama de origen francés Francisca Peyres de Bell, procrearon numerosa descendencia, todos envueltos en el mágico mundo de la actuación y el espectáculo... y ya en 1891 se inaugura el "Gran Circo Teatro Orrin" en la antigua Plazuela de Villamil, en la capital... un teatro a todo lujo con enormes carpas y gigantescos candiles de mil luces... a su noche inaugural asiste "todo México" y así se consolida el Clown Bell como el artista más querido que pasó por México en el azaroso siglo XIX... tal vez por los fuertes lazos que entonces tuvo la antigua “alta sociedad” capitalina, con la tapatía, se dio una especie de sinergia, y a su debut en esta ciudad, como los cientos de veces que hubieron de presentarse aquí, siempre se rodearon de los mejores grupos y se atribuye también el hecho de que eran personas "muy educadas" y extremadamente unidas como familia... leemos en una vieja crónica que una ocasión estando la compañía dando funciones aquí en Guadalajara, enfermó gravemente Gladis, una de las hijas pequeñas... antes de salir a escena, don Ricardo se rehúsa a actuar... empujado por su mujer doña Paca, le dice: "anda Ricardo, tu público te aclama... no puedes dejar a los pequeños asistentes sin dar tu número... ellos te esperan... si algo grave sucede con Gladis, te lo hago saber... vete sin pendiente…". Al poco rato, en medio de la ovación de los cientos de espectadores, llega la funesta noticia: ¡la pequeña hija del más famoso payaso había muerto! La noticia cundió de inmediato, y el profesionalismo de Mr. BELL hacía que actuaba en medio de aquella tragedia... mientras se le derramaban las lágrimas... entonces la luneta y plateas ocupadas por las personas más notables de la época en un tris saltaron a escenario y cargando al Clown Bell lo sacaron en medio de la más grande ovación que jamás recibiera en su vida... entre los que se contaban los Paulsen, los Corcuera y los Schnaider.... esto jamás lo olvidaron y será tal vez por eso que después de fallecido en 1911, el gran Clown y su familia se instala en una de las más maravillosas mansiones que tuvo esta ciudad, en una de las 4 esquinas de las entonces aristocráticas Avenidas Lafayette y Vallarta, hoy desde luego demolida... aquí la pequeña Amelia, hija de Ricardo Bell Jr. y de la intrépida caballista Amelia Feeley, se educa con las Monjas Teresianas y decide dedicar su vida al ballet y la danza... primero junto con una de sus hermanas y después ya por su propia cuenta abriendo un estudio en uno de los pisos del añoso Hotel Francés... de ahí se mudan al edificio Mosler presentando a poco, hacia 1935-1936 su primer gran festival, o beneficio... como les llamaban entonces, en el Teatro Degollado... el resto es historia Querido Diario... sus gustados números como "La Danza de las Horas", de Ponchielli o "El Desfile de los Muñecos”, atraían a todo mundo en tropel... no dejó un momento de su vida de bailar... alcanzando a ser homenajeada en el Palacio de Bellas Artes a instancias de la entonces Primera Dama doña Cecilia Occelli de Salinas en 1991... y de su inquietud y empuje salieron muchísimas hoy reconocidas bailarinas, las que a su vez formaron en su momento sus propias escuelas... Helen Hoth O Chiquina Palafox... dio clases y montó números para los principales colegios como el Nueva Galicia, Sagrado Corazón, Americano... y continuó dando clases particulares... Guadalajara, cuna de grandes bailarines clásicos mucho le debe a esta notable mujer, testigo de una época y además protagonista de sonados lances de todo tipo...!! Hoy sus restos descansan para siempre en el cementerio de Mezquitán...!!